Un viaje con sentido en lo profundo de Costa Rica

¿Ya tienes planes para el verano? Si no lo has hecho, ésta es la época para programar los panoramas, ver qué tipo de paseo quieres hacer, o decidir si quieres darte unas vacaciones muy relajadas priorizando descansar o de lo contrario, optar por algo más aventurero. Hay opciones para todos los gustos, pero hoy les mostraremos una manera de viajar que sin duda al finalizar la experiencia, hará que sientas mucha felicidad y satisfacción.

“Viaje con Sentido” es una experiencia creada por Carla Silva y Pedro Mancilla, ambos fundadores de Innovación Urbana Sustentable, que trata de reunir a un grupo de turistas voluntarios de todas partes del mundo para  contribuir con el programa de protección de tortugas y monitoreo de perezosos, en una playa paradisíaca en Costa Rica, entre el Parque Manuel Antonio y la playa surfista de Dominical.

Los que han tenido la suerte de estar en ese país, sabrán sobre la abundancia de animales y plantas que se pueden observar.  ¿Imaginas convertir tus vacaciones en una combinación de aventura, compromiso ambiental y un espacio para conocer amistades de todas partes del mundo?

Es una experiencia muy enriquecedora, porque tienes contacto directo con los animales. También cultivas una nueva perspectiva a partir de acciones prácticas que puedes realizar para preservar el medio ambiente y rescatar datos para investigación.

Ayudar a las tortugas y perezoso es muy necesario, porque están en peligro de extinción. La población de tortugas ha caído un 65% en los últimos 20 años principalmente por el tráfico de huevos. Y la situación de los perezosos, tampoco está mejor. Éstos cuentan con alrededor de 50 géneros extintos, siendo la mayor causal de esta situación, su persecución por comerciantes ilegales, que matan a las madres y se quedan con los perezosos recién nacidos para enjaularlos y luego venderlos como mascotas exóticas.

Pero no todo es trabajo. Durante cada semana podrás hacer otras actividades como surfear, ir a explorar el Parque Manuel Antonio o realizar descensos en kayak por el río Savegre internándose por extensos manglares, practicar yoga, entre muchas otras.

Gracias a una balanceada combinación de vacaciones y actividades de protección ambiental, la experiencia se ha difundido de boca en boca y en enero y febrero parten los siguientes grupos. Para el 2019 además, se viene la exploración de nuevos destinos en Chile, desde Atacama hasta Patagonia para la realización de actividades de retiro de residuos, forestación y protección animal, siempre con el componente de aventura y multiculturalidad.

Aquí les dejo algunas preguntas que le hice al co- fundador Pedro Mancilla:

¿Por qué nace la idea de hacer viajes con sentido?

Un “Viaje con Sentido” para nosotros aparece como una respuesta a algo que estábamos mirando en nuestros parques nacionales. Nos tocó hacer un proyecto en la Quebrada de Macul al que nos invitó la Municipalidad de Peñalolén, y en ese momento nos dimos cuenta que cada vez suben más personas a los parques.  Pero la pregunta que hay que hacerse es: ¿Cómo los turistas logran tomar consciencia con lo que pasa cuando ellos llegan al lugar y lo que queda después, botellas, latas de cervezas, etc. ? Pensando en que el cuerpo de CONAF no es capaz de hacerse cargo de esos residuos por el tamaño de los parques.

Y eso trasquila no solamente un tema visual, sino que también los animales se comen pedazos de plásticos… Cuando empezamos a hacer viajes con sentido se nos ocurrió cómo generar una relación distinta del turista con el destino e invitarlo a interactuar de forma de que sus vacaciones se transformaran también en un apoyo al rol que cumplen las instituciones medio ambientales en los parques. Además nos dimos cuenta que en Europa en general el turista joven se toma un año sabático y hacen este tipo de voluntariado; pagan por ir a un destino a ayudar a una comunidad o en temas del medio ambiente. Es por eso que buscamos traer esas prácticas a nuestro país.

¿Cómo ha sido la recepción de la gente que ha participado?

Inicialmente tenían la pregunta de por qué pagar para ir a trabajar, pero cuando están allá trabajando con animales, la capacidad de asombro que les produce tener una tortuga recién nacida entre las manos, los llena de emoción y la trascendencia  del impacto que están provocando. Así toman consciencia de lo que pueden hacer, se maravillan y les caen hasta lágrimas. Además el discurso del cambio climático es súper teórico pero lo ves ahí encarnado y sientes que realmente estás haciendo algo útil. A la vuelta en el avión uno se viene pensando “esto hay que replicarlo”.

¿Qué crees que falta en Chile para ser un país ambientalmente más responsable?

Yo siento que hay un recambio cultural de los jóvenes versus los adultos. El adulto estaba en la onda de ir a un destino y recibir atención sin moverse mucho, hoy el turista joven no quiere ir solo a mirar, quiere sentirse parte de la solución y eso creo que a Chile le va a hacer muy bien. Hay una cultura de que si no lo hacemos  ahora, todos juntos, y de la forma más inteligente y colaborativa todo se nos va a ir de las manos. Hoy está permitido emocionarse con los problemas ambientales que estamos viviendo y eso ayuda e inquieta a querer encontrar soluciones.

La invitación ya está hecha para que el turista juegue un nuevo rol que entregue más sentido a sus viajes. Si te interesó, puedes encontrar más información en su página web.