Cerro Poqui: un paraíso natural a solo dos horas de la capital
Nuestro colaborador José Gerstle nos invita a conocer los secretos naturales que se esconden en este cerro que forma parte del cordón montañoso de Altos del Cantillana.
Existen pocos lugares tan particulares como el Cerro Poqui. Además de la belleza escénica del paisaje, que es indudable, este lugar alberga una gran cantidad de secretos y singularidades biológicas que son difíciles de imaginar. Todo en un espacio relativamente pequeño para un futuro santuario de naturaleza.
El cerro Poqui queda a menos de dos horas de Santiago. Para llegar al lugar se debe manejar desde Santiago en dirección sur por la Ruta 5 luego, pasado Rancagua, hay que salirse en el desvío a Doñihue y continuar pasando los pueblos de Lo Miranda y Doñihue hasta llegar al cruce de Hijuela del Medio. En ese punto ya se puede ver el cerro y es solo cosa de seguir el camino para llegar a su base. Este cerro, es parte de la zona sur del cordón de altos de Cantillana, cordón que forma parte de la cordillera de la costa de la zona central y se extiende aproximadamente desde Aculeo hasta Coltauco.
El Cerro Poqui es único desde cualquier punto de vista del que se lo mire. Su flora, su fauna y su topografía no se dan en otros lugares del país.
Una flora y fauna excepcional
La ladera sur del cerro Poqui, está cubierta principalmente de roble o hualo Nothofagus glauca, este es el límite más al norte en donde se encuentra esta especie, que en este cerro se mezcla con el Roble de Santiago Nothofagus macrocarpa, el que se encuentra en su límite más al sur. Además de esta singularidad, las quebradas del Poqui tienen agua todo el año y son muy húmedas, lo que genera el ambiente ideal para especies propias de bosques más húmedos del sur de Chile, como lo son el copihue, el canelo, o el olivillo entre otros.
Este cerro se también se llena de pequeños secretos en los meses de otoño, cuando la diversidad de hongos que se pueden encontrar en el lugar es muy alta, haciendo de este lugar un gran destino para ir a observar estas maravillas del reino fungi. Lo mismo ocurre en primavera, cuando algunos sectores del cerro se llenan de colores por las distintas especies de orquídeas y alstroemerias que florecen en el cerro, algunas únicas de la zona y con un gran grado de peligro de extinción.
En cuanto a la fauna que habita la reserva, la historia no es muy distinta. En los riachuelos de este cerro podemos encontrar al sapo de pecho espinoso de Cantilla (Alsodes cantillanenis), una especie descubierta hace no más de dos años que solo se encuentra en Chile y ¡únicamente en el cordón de Altos de Cantillana!
Un caso similar a este pequeño anfibio, es el del Gruñidor de Valeria (Pristidactylus valerie), una especie de lagarto, que también es endémica de Altos de Cantillana (eso significa que aparte del cordón montañosos de Altos de Cantillana, no se la puede encontrar en ninguna otra parte del mundo). Otra especie particular que se encuentra en el cerro es el caracol negro o caracol negro gigante (Macrocyclis peruvianus), que se supone solo habitaba desde el Maule al sur; el hallazgo de esta especie por parte de Bernardo Segura, también colaborador de Ladera Sur, supone un extensión importante de su rango de distribución, lo que es una excelente noticia para la especie.
Las aves de este lugar son muchas y abundantes. Hay halcones, cóndores, águilas y peucos. Además de búhos nocturnos como el concón y el tucúquere. También habitan aquí muchas aves pequeñas como picaflores, tencas, jilgueros, carpinteritos, turcas y fío fíos que llegan todos los veranos desde el sur de Brasil.
El cerro Poqui, está en proceso de ser declarado santuario de la naturaleza. Es decir, será oficialmente protegido, tanto por sus dueños como por el SNASPE o Servicio nacional de Áreas protegidas del Estado. Para lograr esta protección por parte del estado, es necesario hacer un estudio sobre su flora, su fauna y el ecosistema en general. Parte de este estudio incluye visitas a terreno en donde se cuentan las aves, se estudian los animales y se catalogan las especies vegetales presentes en el lugar. Por otro lado, también se instalan cámaras trampa para poder observar de noche y sin la presencia de personas, qué especies merodean el lugar.
A continuación les mostramos algunas imágenes obtenidas con cámaras trampas a lo largo de este estudio: