Recientemente se han comenzado a tomar en cuenta las posibles consecuencias en el medio ambiente de los contaminantes emergentes, entre los cuales se incluyen compuestos de distinto origen y naturaleza química. Un ejemplo de esto son las drogas de abuso y los medicamentos que, posterior a su eliminación parcial del organismo humano, llegan hasta el agua y suelo.

Se trata de un nuevo desafío y problema sanitario que, pese a ser advertido en el último tiempo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es poco conocido: la contaminación por fármacos.

La forma en que los contaminantes farmacéuticos llegan al medio es bastante fácil de entender, ya que se asocia directamente con el consumo. Cuando se ingiere algún medicamento, solo una parte del principio activo se metaboliza, por lo que el resto se elimina a través de la orina o las heces. Asimismo, es posible que estas sustancias lleguen al medio producto de un consumo indiscriminado o el desecho inapropiado.

Independiente de la forma, estos residuos terminan por llegar al sistema de alcantarillado para luego ser procesados en las plantas de tratamiento de aguas servidas. Es aquí donde el proceso de depuración tiene sus fallas, o más bien, vacíos. Esto se debe a que la norma de calidad de aguas (NCh 1.333), la responsable de fijar un criterio de calidad del agua de acuerdo a requerimientos científicos referidos a aspectos físicos, químicos y biológicos, no incluye a los fármacos dentro del listado de elementos químicos que deben ser regulados en base a valores máximos permisibles.

Créditos: Toa55.
Créditos: Toa55.

Debido a esto, las plantas no están obligadas a encargarse de su remoción, por lo que no están diseñadas para llevar a cabo dicha tarea. Es así como una gran parte de estos contaminantes ingresan al medio acuático.

En esta línea, en un estudio realizado por expertos de la Universidad de York, se analizaron 258 ríos de todo el mundo, evidenciando que una cuarta parte de ellos contenían contaminantes farmacéuticos. Los ríos que arrojaron una mayor cantidad de contaminantes fueron los de aquellos países que se encuentran en vías de desarrollo.

En el caso de Chile, fueron las universidades de Santiago, Andrés Bello y Mayor las encargadas de recopilar las muestras de los ríos Mapocho y Maipo, así como de los alrededores de la Base Escudero del Instituto Chileno Antártico (Inach). Según los resultados, los dos últimos ríos estarían entre los más limpios del mundo, mientras que el Mapocho se encuentra entre el 30% de los más contaminados.

Esto no debería ser una sorpresa, considerando que este río es el que recibe todas las descargas de aguas servidas de la ciudad. Al menos eso es lo que afirma Cristóbal Galbán, investigador del Centro de Genómica, Ecología y Medio Ambiente de la Universidad Mayor, experto que participó en dicho estudio, y con el que conversamos en esta oportunidad para ahondar aún más en esta problemática.

Créditos: Cristóbal Galbán.
Créditos: Cristóbal Galbán.

Las consecuencias de la contaminación por fármacos

Es una realidad que los compuestos químicos contaminantes no provienen ni se encuentran en el medio ambiente de forma natural, por lo que, al igual que otros elementos introducidos, afectan las zonas en las que se encuentran. Asimismo, la presencia de estos químicos en recursos de alto consumo, como es el caso del agua, pueden terminar por generar resistencia en los distintos tipos de bacterias allí presentes, disminuyendo la efectividad de los fármacos a largo plazo.

¿Qué consecuencia genera para el medioambiente y la salud de las personas el desecho de fármacos?

—El principal problema es probablemente uno de los mayores desafíos que vamos a tener como sociedad, que es la resistencia antimicrobiana, porque las bacterias están en el medio ambiente, tanto las patógenas como las no patógenas. Gran parte de las bacterias son beneficiosas para la salud; nos sirven para realizar procesos industriales y para solucionar problemas que requieren desafíos microtecnológicos. Pero también están las patógenas, que son las que eventualmente tratamos con antibióticos. El problema es que, evolutivamente, si sometemos a una bacteria a un antibiótico a bajos niveles de forma natural, esa bacteria se volverá resistente a ese antibiótico. Entonces, ¿cuál es el problema que vamos a tener? Que los antibióticos que solíamos usar habitualmente para tratar enfermedades o diferentes tipos de afectaciones ya no nos servirán, ya que estas bacterias estarán acostumbradas a ellos y, por lo tanto, desarrollarán resistencia. Vamos a tener que crear antibióticos nuevos, lo cual implica mayores costos. Este es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos: nos quedaremos sin antibióticos a medida que avanzamos.

Por poner un ejemplo, habitualmente usamos ácido clavulánico, un antibiótico bastante común. Sin embargo, en el futuro, este antibiótico puede no ser efectivo contra bacterias que solía tratar, ya que ha habido un proceso de resistencia antimicrobiana por parte de las bacterias. Es decir, ahora son resistentes. Otro problema que vamos a tener es que estos contaminantes pueden afectar a los vertebrados e invertebrados que encontramos en el medio ambiente. Pueden verse afectados por esta presencia de contaminantes a la que no están acostumbrados, lo que puede suponer un desafío metabólico o afectar a las bacterias y provocar enfermedades. Estos organismos serán resistentes, por lo tanto, serán mucho más potentes y agresivos a la hora de causar daño.

Créditos: Photoartbox.
Créditos: Photoartbox.

¿Esta resistencia antimicrobiana puede producirse por los medicamentos que uno desecha? Y, ¿cómo llega nuevamente al ser humano estos medicamentos que consumimos y desechamos?

—Es una pregunta no tan compleja. Nosotros, por un lado, tenemos un problema, y ese problema no es solo de Chile, sino que a nivel mundial, y es la automedicación. Cuando nosotros nos automedicamos, nos tomamos un antibiótico sin una finalidad real. El antibiótico, por un lado, no nos sirve. Nos genera una falsa sensación de que nos está sirviendo, pero realmente no sirve como tratamiento. Por otro lado, vamos a encontrar que cuando consumimos antibióticos sin prescripción, estamos liberando un antibiótico al medio ambiente, ya que parte de los antibióticos que consumimos los desechamos con nuestra orina o nuestras heces, y van a parar a las instalaciones de depuración de aguas. Aunque sufran un proceso, muchos de ellos resisten y llegan a los ríos. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que no debemos tomarnos un antibiótico sin una prescripción médica y una necesidad real, no simplemente porque lo creamos necesario.

Por ejemplo, pasó cuando empezó la famosa epidemia del COVID-19, la gente se tomaba antibióticos, pero estos no sirven para los virus; es necesario seguir otro tipo de tratamiento. Cuando hacemos un consumo indiscriminado o compramos antibióticos sin una necesidad real, estamos afectando al medio ambiente porque elevamos los niveles. Entonces, ¿qué es lo que va a pasar? Que irá en contra nuestra, ya que tendremos bacterias resistentes para las cuales nuestras armas ya no son efectivas.

Créditos: MJ_Prototype.
Créditos: MJ_Prototype.

Un ejemplo es si eres una especie de caracol que vive en el mar y está acostumbrado a vivir con ciertos niveles de contaminantes; por lo tanto, ya no le afecta. Si ese caracol llega a otro ambiente donde no está ese contaminante y luego llega ese contaminante, las especies de caracoles que están en ese lugar y que no están acostumbradas a eso van a morir. Pero el caracol que colocamos va a sobrevivir y, por lo tanto, dominará en ese medio ambiente. Con las bacterias, pasa lo mismo. Si tienes un grupo de bacterias en tu organismo que no está acostumbrado a ese contaminante, se van a morir porque no están acostumbradas. Pero si tienes una bacteria resistente, no solo no va a morir, sino que va a dominar y provocar un daño mucho más fuerte porque no habrá disminuido ni su crecimiento ni su reproducción, generando un problema a largo plazo.

Sobre los antibióticos que le damos a los animales:

—Si tú te paras a pensar, el uso de antibióticos en Chile, tienes la parte de consumo humano y la parte de industria animal, no es menor. Gran parte de los antibióticos que entran a Chile no son para consumo humano, y cuando tú le das antibióticos a los animales, los animales, en su mayoría, suelen estar asociados a ríos. Sobre todo, en las granjas extensivas, el animal vive ligado al agua, también va a hacer sus necesidades cerca del agua, y cuando llueve, todo eso es arrastrado al río y se integra al agua.

Luego puede haber otra serie de compuestos químicos que no son o que no generan resistencia antimicrobiana, como las hormonas, que pueden provocar efectos sobre los peces, también porque estás añadiendo lo que se llama un “disruptor endocrino”, una hormona que puede afectar la reproducción de los peces.

Créditos: Jupiterimages.
Créditos: Jupiterimages.

La situación del Río Mapocho

De acuerdo con Galbán, los antibióticos más comunes que fueron encontrados en el estudio son aquellos típicamente utilizados para tratar infecciones de oído y de la garganta, como la amoxicilina y el ácido clavulánico. Esto causó bastante preocupación dentro de la comunidad científica, sin embargo, no solo se trata de la presencia de antibióticos, sino que también la eventual detección de antibióticos de nueva generación, los que usualmente se reservan para situaciones en las que no hay otras opciones disponibles. Por esta razón, si comienzan a ser detectados en el medio ambiente, esto sería un indicador de que podrían perder su efectividad en el futuro, debido al alto consumo que eso conlleva.

¿Existe algún riesgo identificado para la salud humana debido a la presencia de fármacos en el agua del río Mapocho?

—No hay un riesgo directo para la salud humana al beber agua del río Mapocho, ya que se supone que el agua está depurada y los niveles de fármacos son bajos. Sin embargo, el problema radica en la posibilidad de ingerir bacterias resistentes presentes en el agua. Estas bacterias pueden adaptarse y desarrollar resistencia, lo que les otorga una ventaja evolutiva sobre otras bacterias. Es posible que aparezcan variedades totalmente resistentes, sobreviviendo mientras las demás mueren. A largo plazo, esto podría dar lugar a la proliferación de bacterias resistentes en el agua del río.

¿Se ha observado este fenómeno de evolución de los antibióticos de amplio espectro?

—Este fenómeno es más evidente en países con sistemas de depuración de aguas residuales menos eficientes y alta densidad poblacional, como Pakistán y México. En estas áreas, no solo enfrentan la contaminación a través de estaciones de depuración de agua, sino también vertidos ilegales directos desde hogares debido a regulaciones laxas y menor fiscalización. Países como India, Pakistán y China enfrentan mayores problemas de resistencia antimicrobiana, aunque en Chile también se han registrado algunos casos.

Créditos: Adolfo Baier.
Créditos: Adolfo Baier.

—En una nota dijo que “muchos de los compuestos que analizamos no tienen regulación de niveles permitidos y las plantas no están diseñadas para eliminarlos” ¿nos podría explicar mejor esta cita?

—Cuando tú hablas que tienes una serie de compuestos, en este caso, en este estudio, se vieron hasta 150 tipos de compuestos. No todos encontrados en Chile, pero cuál es el tema que se ve al final, si tú regulas para cada uno de estos compuestos, el costo de depuración se vuelve muy alto, entonces no puedes regularlos. Lo que hay que prevenir es el consumo indiscriminado, eso es lo más importante, porque si tú te pones a regular, tendrías que desarrollar un proceso para cada uno de estos compuestos químicos. Entonces, ¿qué es lo que tenemos en cuenta? La política pública tiene que ir al otro lado, al lado del consumo indiscriminado, al consumo consciente de un medicamento. Tiene que haber una educación en los colegios. Entonces, se parte por ahí, porque normalmente lo que hemos visto es que los países que tienen mayor resistencia antimicrobiana y mayores contaminantes son países que tienen un menor nivel de desarrollo, aunque también hay una relación con el nivel poblacional que está cerca del río. Hay una serie de variables, ya no se pueden medir.

¿Es factible regularlos?

—A día de hoy, yo creo que no. Lo que hay que mantener es una vigilancia, una vigilancia epidemiológica, es decir, saber cuánto hay, hacer un monitoreo para saber en qué nivel nos estamos moviendo. Porque sí puede ser que, en algún momento, por a veces motivos que no sabemos ahora, puede haber un pico muy importante de determinado medicamento, y eso puede revelar algo de cómo se está comportando la sociedad y los posibles efectos que puede tener en el futuro.

Créditos: Claudio Doenitz.
Créditos: Claudio Doenitz.

Regulación de una problemática latente

En el estudio se menciona que los países más desarrollados son también aquellos con los niveles de contaminación más bajos. De acuerdo con el experto, esto podría deberse al desarrollo de tecnología, sin embargo, no es razón suficiente para justificar su ventaja en términos ecológicos.

«Cuando tú comparas la tecnología de las estaciones de depuración de agua en Chile, tenemos de las mejores del mundo. Chile, en el contexto del continente en el que vivimos, tiene una de las mejores calidades de agua que existen. El 95% del agua es potable. Eso en varios países de Sudamérica no pasa», comenta el Galbán.

Lo que hace sí la diferencia es una mayor regulación. «Tú no puedes llegar a una farmacia con una receta de papel. Eso en muchos países ya no existe, mucho menos en los más desarrollados. Y es una política realmente sencilla, solo requiere que se implemente. Que, obviamente, va a tener un costo, pero parte organizar los países es esto. Estamos en un momento en el que todo lo hacemos digital: las firmas, las hacemos digital, los contratos se firman digitalmente. Debería poder hacerse una receta digital y en algunos casos se hace, pero debería ser un estándar. Cuando logre ser un estándar, los niveles de contaminación en el agua van a bajar, y eso se logra con la educación y digitalización», señala el experto.

Para que Chile pueda compararse con los países desarrollados en esta materia, es necesario que se comiencen a desarrollar iniciativas que vayan en esta línea, así como promover educación ambiental que permita tomar conciencia de esta problemática. «Puedes establecer los pasos para que pase lo que tú crees que debe pasar. Puedes empezar a discutir proyectos de ley. Los proyectos de ley se saben que desde que se empiezan a discutir hasta que salen puede pasar 1 año si es algo muy urgente, o puede demorarse 8 años, o 10 años, o 15 años, depende un poco de la prioridad país. Yo creo que la resistencia antimicrobiana sí es una prioridad en la comunidad científica, porque estamos más actualizados en los temas más emergentes de salud pública o de contaminación ambiental, pero el político o el tomador de decisiones tiene otras prioridades que tienen que ver con cómo solucionar los problemas que tengo ahora», explica Galbán.

Créditos: Claudio Doenitz.
Créditos: Claudio Doenitz.

Recomendaciones de un experto

Como mencionamos en un principio, los medicamentos llegan a las aguas producto del consumo. Sin embargo, si bien no es posible hacer mucho respecto a los residuos que son desechados por nuestro organismo de forma natural, sí es posible aumentar la precaución en torno a aquellos que son eliminados por el lavabo o en la basura. Un ejemplo de este último caso son los líquidos que son utilizados para tratar una herida o una infección. Estos deberían ser desechados de manera adecuada, llevándolos a un lugar donde puedan ser procesados, almacenados o eliminados de forma segura, evitando su liberación al medio.

Asimismo, otros factores importantes a tener en cuenta son la automedicación y la venta ilegal de fármacos, los que aumentarían el consumo y, por lo tanto, también los residuos que nuestro organismo elimina. De acuerdo con Galbán, la educación es vital para revertir los efectos nocivos de estas prácticas. «Si a un niño le enseñas que no tiene que automedicarse, que debe ser con prescripción médica, y le informas que hay que tomarse los medicamentos cuando se está realmente enfermo y no cuando crees que vas a estar enfermo, ahí te aseguro que se acaba el problema, porque la gente estará más informada de las decisiones que toma», afirma el experto.

Créditos: Vasyl Mykhailenko.
Créditos: Vasyl Mykhailenko.

«Lo otro es el tema de la venta ilegal. Ese es otro punto que hay que tomar en cuenta. Primero, cuando tú compras una medicina por venta ilegal, estás favoreciendo un delito. Y lo segundo es que no sabes qué estás tomando. No se sabe si la pastilla que te venden, porque a veces las pastillas ni siquiera vienen en caja. Tú no sabes lo que hay ahí. Debería haber una política pública mucho más fuerte en lo que es el tema de la cofinanciación de las medicinas por parte del estado (…). Es importante que se puedan vender las medicinas con el tratamiento exacto», agrega.

—¿Qué piensa de que se implementen contenedores para medicamentos?

—Yo pienso que es una de las mejores iniciativas con las que hay que partir, o sea, si cualquiera de nosotros va a nuestra casa seguro que tiene el típico armario o la típica caja de medicinas que están vencidas ya. Entonces, tener la oportunidad de echarlas en un sitio donde va a haber una disposición real, donde no vayan a quedar expuestas al medio ambiente y que eventualmente vayan a ser destruidas, todo lo que vaya en esa dirección es una buena acción. Y ojalá lo hicieran el resto de las empresas que se dedican a esto, porque para ahí va el tema.

Es evidente, o sea, por último, que se creen bancos de medicinas cuando no están vencidas, que se puedan redistribuir de alguna manera. Hay que buscar la manera de hacerlo. También sabemos que los medicamentos son caros. Entonces, quedarse cuatro pastillas que no vas a usar y se puede hacer una gestión de forma que esas pastillas puedan volver a ser recirculadas y lleguen a una persona que las pueda consumir con seguridad también es una buena opción. Pero eso entendemos que es muy difícil. Cuál es el primer paso: que las que no caben en el cuarto de baño, que no acaben tiradas por la cadena del váter, que no acaben tiradas por el caño del agua y que por lo menos queden contenidas en algún sitio y que de ahí pasen a ser una disposición real también es parte de la política de desarrollo de la sociedad de generar cada vez menos residuos mal administrados porque cuál es el otro gran problema que tenemos: la mala administración de los residuos domiciliarios de todo de todo nivel. Piensen un poco, nuestros padres creo que alguien les había dicho que separan el vidrio de la madera del plástico, no. Sin embargo, ahora es un estándar. Es un estándar que se está haciendo y ahí ya entra la administración. Pero claramente tener la posibilidad de llevarlos a un sitio es mucho más fácil. Ni siquiera los puntos limpios hay este tipo de contenedores para dejar las medicinas que no usas, pero sí puedes ir a dejar aceite, que es otra gran contaminante de las aguas que tenemos.

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