Sobre el agua, en el aire,
el ave innumerable va volando,
la embarcación es una,
la nave transparente
construye la unidad con tantas alas,
con tantos ojos hacia el mar abiertos
que es una sola paz la que atraviesa
y sólo un ala inmensa se desplaza.

Ave del mar, espuma migratoria,
ala del Sur, del Norte, ala de ola,
racimo desplegado por el vuelo,
multiplicado corazón hambriento,
llegarás, ave grande, a desgranar
el collar de los huevos delicados
que empolla el viento y nutren las arenas
hasta que un nuevo vuelo multiplica
otra vez vida, muerte, desarrollo,
gritos mojados, caluroso estiércol,
y otra vez a nacer, a partir, lejos
del páramo y hacia otro páramo.

Lejos
de aquel silencio, huid, aves del frío
hacia un vasto silencio rocalloso
y desde el nido hasta el errante número,
flechas del mar, dejadme
la húmeda gloria del transcurso,
la permanencia insigne de las plumas
que nacen, mueren, duran y palpitan
creando pez a pez su larga espada,
crueldad contra crueldad la propia luz
y a contraviento y contramar, la vida.

- Pablo Neruda (1979)

Cada año, miles de aves playeras provenientes de la región Neártica, en el hemisferio norte, recorren miles de kilómetros para visitar las costas chilenas, donde pueden descansar y buscar el abundante alimento que históricamente les han brindado nuestros humedales, playas y amplios planos intermareales.

playero semipalmado (Calidris pusilla). Créditos: ©Bill Keim / INaturalist
playero semipalmado (Calidris pusilla). Créditos: ©Bill Keim / INaturalist

Es aquí donde las rutas migratorias de aves playeras del Atlántico y el Pacífico convergen para aprovechar el abundante alimento y las condiciones climáticas favorables que le ofrece la temporada estival en el hemisferio sur.

Con la llegada de la primavera y los días progresivamente más cálidos y soleados, nuestras costas se llenan de miles de aves migratorias, que solemos ver correteando juntas, en una sincronizada danza al vaivén de las olas, y también, podemos verlas volando por los aires en grandes bandadas que protagonizan todo un espectáculo.

En Chile se describen 49 especies regulares de aves playeras, de las cuales 23 son neárticas, es decir, son especies que pasan su época reproductiva al norte del trópico de cáncer y el resto de su vida al sur del mismo.

Entre ellas, podemos encontrar al género Calidris, aves playeras migratorias de la familia Scolopacidae, conocidas vulgarmente como playeros o correlimos. Este género se compone de 24 especies reconocidas a nivel mundial, sin embargo, en nuestro país es posible encontrar 10 de ellas, que llegan a Chile durante su época no reproductiva.

«En Chile se registran de manera regular 10 especies de aves playeras del género Calidris, que utilizan mayormente las playas como hábitats. Es posible verlas principalmente entre septiembre y fines de marzo. Las especies son Playero ártico (Calidris canutus), Playero de las rompientes (Calidris virgata), Playero de patas largas (Calidris himantopus), Playero blanco (Calidris alba), Playero de Baird (Calidris bairdii), Playero enano (Calidris minutilla), Playero de lomo blanco (Calidris fuscicollis), Playero pectoral (Calidris melanotos), Playero semipalmado (Calidris pusilla), y Playero occidental (Calidris mauri). Ninguna de estas especies anida o se reproduce en Chile», detalla Diego Luna Quevedo, Especialista en Política y Gobernanza de Manomet Conservation Sciences, una ONG norteamericana, que alberga a la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, RHRAP.

Los playeros se caracterizan por sus alas alargadas y su pico especialmente sensible, que les permite encontrar el alimento sintiendo las vibraciones del suelo. Sin embargo, lo más interesante de estas aves son sus increíbles migraciones. Muchas especies de este género son migratorias de larga distancia, y viajan cada año (de ida y regreso) desde sus zonas de reproducción en la tundra ártica, hasta sus zonas no reproductivas en el sur de Suramérica.

Playero blanco (Calidris alba). Créditos: ©Heraldo Norambuena
Playero blanco (Calidris alba). Créditos: ©Heraldo Norambuena

“En general los Calidris se reproducen en el ártico, en Alaska, en Canadá y después migran hacia el hemisferio sur a pasar su temporada no reproductiva en distintas partes, incluyendo las costas de Chile. Las costas de Chile son súper importantes para varios Calidris”, agrega Rocío Jara, doctora en biología de la Universidad del Norte de Texas e investigadora posdoctoral del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y de la Universidad Católica.

Algunos playeros, incluso, han batido récords en el mundo animal, como el playero ártico (Calidris canutus) que, con sus gramos de peso, es capaz de recorrer alrededor de 30.000 kilómetros entre el hemisferio norte y el hemisferio sur.

«El motivo central de la migración es el alimento. Sus extraordinarios viajes hemisféricos coinciden con oferta de alimentos predeciblemente abundantes en los sitios de parada y/o invernada. En el caso de la población de la subespecie rufa del Playero ártico, su temporada de anidación se sincroniza con el breve auge de vida de insectos durante el verano Ártico y a medida que la fuente de alimento disminuye, se dirigen hacia el sur de América para alimentarse en los grandes intermareales y planos lodosos de la costa Atlántica. Luego, su viaje hacia Norteamérica está programado para coincidir con el desove de los Cangrejos herradura, especialmente en la Bahía de Delaware. Los huevos de este cangrejo tienen un alto contenido de grasa y proteínas que ayudan a los Playeros árticos a duplicar su peso y tener el combustible suficiente para su última etapa antes de regresar al Ártico», comenta Diego Luna Quevedo.

Playero de las rompientes (Calidris virgata) Créditos: ©Cameron Deckert / INaturalist
Playero de las rompientes (Calidris virgata) Créditos: ©Cameron Deckert / INaturalist

Podemos encontrarlas en distintos hábitats acuáticos desde marismas intermareales, playas arenosas y costas rocosas, hasta humedales de agua dulce, pastizales, salares y tierras agrícolas inundadas.

Es importante señalar que si bien, la mayoría de los playeros se encuentran cerca del mar, varias especies prefieren hábitats lejos de la costa, como señala Franco Villalobos, Coordinador del Programa de Aves Acuáticas y Humedales de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC): “Hay que entender que los que las aves playeras no sólo están asociadas a las playas o ecosistemas costeros. En el caso del género Calidris pasa lo mismo. Lo más habitual es que estén en ambientes costeros como playas de arena, como en el caso de los playeros blancos; playas de roca, como el playero de las rompientes, pero en los Calidris también encontramos casos que distan de eso, como en el caso del playero de Baird, que también es súper habitual en el altiplano, en salares, en lagunas altoandinas. Entonces la mayor parte de las especies si está asociada a ecosistemas costeros, pero también los hay en otro tipo de ambientes como el altiplano o lagunas interiores”.

Respecto a su dieta, los playeros se alimentan principalmente de moluscos, pequeños crustáceos, gusanos marinos e insectos. Sin embargo, sus dietas suelen variar dependiendo de la disponibilidad de alimentos del lugar donde se encuentren. Los playeros abarcan una variedad de tamaños, formas de picos y longitudes de patas, y cada especie está adaptada de forma única para acceder a sus alimentos preferidos en sus hábitats específicos. Sin embargo, tienen técnicas de alimentación bastante similares.

Playero de patas largas (Calidris himantopus). Créditos: ©Brian Stahls / INaturalist
Playero de patas largas (Calidris himantopus). Créditos: ©Brian Stahls / INaturalist

Como puntualiza la Dra. Jara: “Se alimentan de manera similar, en la que tienen el pico lleno de sensores, de terminales nerviosos, para sentir el alimento. Lo que hacen es que entierran su piquito en la arena y hacen ese típico comportamiento de enterrar y sacar, enterrar y sacar, y así van sintiendo la comida. Todos los calidris se alimentan de manera similar y ese movimiento también cumple roles y funciones importantes en el movimiento del sedimento. Este movimiento empieza a reciclar y a mover los nutrientes, lo que hace que esten disponibles para otros organismos también.”

Estas sorprendentes viajeras recorren enormes distancias cada año, conectando nuestro país con el resto del mundo e incrementando la riqueza y abundancia de los ensambles de aves en los humedales y playas durante los meses cálidos. Sin embargo, enfrentan fuertes amenazas, como la constante degradación de su hábitat, la tenencia irresponsable de mascotas, el tránsito de vehículos en la costa y la crisis climática, que mantienen a sus poblaciones en una situación alarmante.

De un hemisferio a otro: una historia de grandes migraciones

La migración de las aves ha sido un tema que siempre ha fascinado al ser humano. Sin duda, la aparición y desaparición de diversas especies, dependiendo de la época del año, ha alimentado diversas teorías y ha intrigado a la ciencia desde los orígenes de los tiempos.

Playeros blancos
Playeros blancos. Créditos: Diego Luna Quevedo

Una teoría que, increíblemente, se mantuvo válida hasta el siglo XVIII y fue acuñada por Aristóteles, afirmaba que en el verano las golondrinas se posaban sobre los juncos y mágicamente se transformaban en ranas. Mientras que, para algunas culturas, incluso, las aves eran capaces de migrar al espacio, llegando a la luna y otros planetas.

Actualmente, gracias a las nuevas tecnologías y estudios cada vez más precisos, la ciencia ha logrado comprender más en profundidad del fenómeno de la migración, desmintiendo muchas de las teorías del pasado. No obstante, las razones de estos grandes viajes, que muchas veces son de miles de kilómetros, siguen permaneciendo bajo un gran manto de misterio, con muchas incógnitas aun sin resolver.  

¿Por qué migran las aves? Creo que uno podría dedicar una carrera completa a intentar contestar esa pregunta. Hay distintas hipótesis. Una, que es la que tiene más soporte, es la estacionalidad en la disponibilidad de recursos. Las especies en general tienden a buscar un nicho, un rango de temperaturas y humedad y recursos disponibles en los que, incluidos nosotros, nos sentimos cómodos. Y por eso se empieza a desarrollar este comportamiento de migración. Aves buscando su nicho. Y así, a medida que pasan millones y millones de años y las aves y las especies se empiezan a hacer cada vez más especialistas, se empiezan a generar algunos casos extremos”, puntualiza la posdoctoral del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y de la Universidad Católica.

Bandada de playeros y Otros ©Antonio Larrea Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás
Bandada de playeros y Otros ©Antonio Larrea Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás

Viajando miles de kilómetros, las aves playeras migrantes se mueven a medida que su clima se vuelve más hostil y se va reduciendo la disponibilidad de alimentos. Se trasladan con una extraordinaria sincronía hacia aquellos lugares donde las condiciones son favorables y, coincidentemente, la oferta de alimentos es abundante. Los mismos lugares que han visitado sus familiares y ancestros durante cientos de miles de años.

En ese sentido, las diferentes especies han desarrollado diversas rutas migratorias que varían en distancias, duración y dificultad. Y las aves migratorias neárticas, como las especies del género Calidris, sin duda, se llevan el premio a los mayores maratonistas de la naturaleza.

Las especies de este género viajan todos los años desde el Ártico, Alaska y el norte Canadá, en el hemisferio Norte, hasta sus zonas no reproductivas en Sudamérica, en el hemisferio Sur, y vuelven al hemisferio Norte para reproducirse. Recorriendo miles de kilómetros y superando diversos obstáculos en el camino.

Playero de las rompientes (Calidris virgata) Créditos: ©Pamela Arias
Playero de las rompientes (Calidris virgata) Créditos: ©Pamela Arias

“Hay un momento en que en el Ártico que se desata un boom de biodiversidad, que es cuando llega el tiempo más favorable, donde se derrite la nieve, todo florece, aparecen muchos insectos y los playeros tienen mucho alimento del cual obtener energía, entonces pueden criar a los pollos. Básicamente es como un momento en el que hay mucha energía dando vueltas en el Ártico y por eso eligen este lugar, en este periodo de tiempo en particular. Es algo muy sincronizado”, agrega el Coordinador del Programa de Aves Acuáticas y Humedales de la ROC.

Pero, ¿Por qué recorren el planeta entero buscando comida? Lo cierto es que aun no se tiene una respuesta precisa sobre cómo se desarrollo esta particular y extrema conducta migratoria. Lo que sí se sabe es que ocurre y que tiene un sinfín de complejidades que la convierten en toda una hazaña del mundo natural.

“Millones de años atrás no había mucha estacionalidad en el planeta. Los extremos estaban congelados y todo pasaba al medio, en la línea del Ecuador. Y luego, de a poquito el mundo se fue descongelando y la vida se fue extendiendo cada vez más. Yo me imagino que este grupo de aves (Calidris) fue especializándose en seguir el borde de la abundancia de recursos, a diferencia de otros que no, que fueron adaptándose a lo cambiante que pueden ser los recursos en un mismo lugar y que viven en su territorio toda su vida. Los calidris se especializaron en ir siguiendo estos recursos, es decir, da lo mismo donde estén, los voy a seguir igual y eso es pura evolución y pura especialización al final”, puntualiza la doctora en biología de la Universidad del Norte de Texas.

Para poder realizar estas migraciones, estas aves han desarrollado increíbles adaptaciones que les permiten resistir estos largos y desafiantes viajes.

En primer lugar, estas aves han desarrollado complejos mecanismos fisiológicos, ajustando sus cuerpos a las exigencias de vuelos extensos. “Por ejemplo, aumentan masa corporal por acumulación de sustancias de reserva y desarrollo de sus músculos pectorales, corazón y riñones y reducen órganos que le generan peso innecesario durante el vuelo, por ejemplo, aquellos asociados con la alimentación. Disminuyen también músculos de las patas usados para forrajeo y órganos como estómago, intestino e hígado, que prácticamente no usan durante los vuelos. Son verdaderas maravillas de la naturaleza”, explica el Especialista en Política y Gobernanza de Manomet Conservation Sciences.

Asimismo, las aves pasan por un proceso que se conoce como el “síndrome migratorio”, donde encontramos distintos mecanismos de control endocrino u hormonal y de navegación. Ambos mecanismos se han estudiado exhaustivamente en las aves y son varios los estudios que han demostrado que la migración es instintiva, es decir, que verdaderamente hay hormonas y mecanismos fisiológicos que se heredan y desencadenan la migración.

Playero pectoral (Calidris melanotos) Créditos: ©Pablo Gutiérrez
Playero pectoral (Calidris melanotos) Créditos: ©Pablo Gutiérrez

Por lo anterior, se puede decir que la migración es un comportamiento que ha determinado la evolución de estas especies y tiene una complejidad tal, que es difícil de dimensionar. Sin embargo, este fenómeno, que se ha originado y perfeccionado luego de miles de años de evolución, podría ser una de los mayores problemas actuales para la conservación de estas especies.

Como explica Franco Villalobos: “Esos procesos antes solían estar súper sincronizados. Por ejemplo, los playeros llegaban al Ártico cuando la nieve ya estaba derretida, pero ahora con los cambios globales, esa sincronización está desordenada. Hay veces que las aves llegan y todavía no se ha derretido toda la nieve, por ejemplo, lo que puede afectar gravemente a su reproducción.”

Playero occidental (Calidris mauri). Créditos: ©eBird Dorian Anderson
Playero occidental (Calidris mauri). Créditos: ©eBird Dorian Anderson

El alarmante declive de las aves playeras a nivel mundial

Los playeros y las aves playeras migratorias en general, enfrentan una creciente variedad de amenazas, que van desde la degradación de su hábitat, el cual es muy extenso y difícil de proteger, hasta la tenencia irresponsable de mascotas y la crisis climática.

De hecho, algunos cálculos indican que el 50% de las especies de aves playeras del mundo están en declive, y que sus hábitats se están perdiendo a un ritmo sin precedentes. Y Chile, que las hospeda y forma parte de sus rutas migratorias, no se mantiene exento de esto.

“Las amenazas existen en todos los sitios que visitan y es por eso que las acciones de conservación de este grupo de aves en particular se dan en red, porque no sirve de nada cuidar los sitios de reproducción en circunstancias en las que los sitios donde se alimentan después en Sudamérica están en mal estado. El hecho de que ocupen todo el continente presenta desafíos para su conservación porque hay que ejercer acciones en todos los sitios. En Chile y en Sudamérica en general las principales amenazas tienen que ver con disturbios humanos, el uso que se le da a las playas sobre todo en época estival para turismo de sol y playa, actividades recreativas que no están reguladas, el tránsito de vehículos, es bien relevante la presencia de perros sin supervisión, el desarrollo de proyectos inmobiliarios, entre otros, entonces en general las aves playeras se exponen a un montón de amenazas”, explica el profesional de la ROC.

Playero de Baird (Calidris bairdii). Créditos: ©Ivo Tejeda
Playero de Baird (Calidris bairdii). Créditos: ©Ivo Tejeda

Para hacer estos viajes de 10 mil km o más, las aves playeras migratorias tienen unas adaptaciones fisiológicas increíbles, donde consumen una gran cantidad de energía, y tienen que recuperarla para poder sobrevivir. Si lo llevamos al plano humano, es como cuando recorremos amplias distancias y necesitamos detenernos en las estaciones de recarga para descansar, alimentarnos y, en definitiva, recuperar energías.

Entonces, si gastan esa energía y fuerzas para escapar de los perros, vehículos o personas, entre otras amenazas, puede que no tengan las mejores condiciones para hacer su viaje de vuelta. Dicho en otras palabras, sus chances de supervivencia se reducen drásticamente.

“Las aves migratorias generalmente llegan apenas. Esto está muy presionado por la evolución y la migración de intentar hacer el viaje lo más rápido y eficiente posible, entonces llegan a un lugar donde ha parado su familia y sus ancestros durante muchos años y llegan sin nada, sin grasas, muertos de cansados, deshidratados. Por eso esos sitios de paradas son cruciales”, puntualiza la investigadora del Centro CHIC.

Playero de lomo blanco (Calidris fuscicollis). Créditos: ©eBird Jay McGowan
Playero de lomo blanco (Calidris fuscicollis). Créditos: ©eBird Jay McGowan

Por otra parte, estas aves tambien tienen ciertas caracteristicas que las vuelven más susceptibles a ciertas amenazas, como explica Diego Luna Quevedo: «Algunas características particulares que las vuelven más susceptibles de afectación son su baja frecuencia de reproducción con tamaños pequeños de nidada y breves temporadas reproductivas, su condición gregaria durante la época no reproductiva, los elevados requerimientos energéticos asociados a sus migraciones, y la competencia con actividades humanas en sitios clave de alta productividad».

Por otro lado, uno de los grandes desafíos a largo plazo para la conservación de estas especies, como mencionamos anteriormente, es el cambio climatico. El Especialista en Política y Gobernanza de Manomet Conservation Sciences, agrega: «Está impactando en especies y poblaciones de diversas formas, por ejemplo, en reducción de los hábitats a lo largo de su ciclo anual; alteración de la disponibilidad y de la calidad de los alimentos;  aumento a la exposición a eventos climáticos extremos (como huracanes) e intensificación de las condiciones de sequía y escasez de agua en sitios críticos, entre otros. Se considera que las especies que pasan parte de su ciclo anual en latitudes altas son las que corren mayor riesgo, ya que los impactos son actualmente evidentes y se prevé que se acentuarán en la región Ártica y Subártica. Estos cambios drásticos están siendo ya evidentes al observar que las aves playeras llegan a sus áreas de anidación mucho más temprano que antes, lo que trae consigo que su alimento aun no esté disponible en su totalidad, y que tal falta de sincronía provoque una reducción en términos de crecimiento y en supervivencia de individuos juveniles, por dar un ejemplo»

playero semipalmado (Calidris pusilla). Créditos: ©Bill Keim / INaturalist
playero semipalmado (Calidris pusilla). Créditos: ©Bill Keim / INaturalist

A esto se le suma la pérdida directa de hábitats causada por el aumento de nivel del mar y los cambios inducidos por el clima en el océano, que están afectando directa e indirectamente los recursos alimenticios de las aves playeras. «Aunque enfrentar el cambio climático directamente va más allá del alcance de las acciones de conservación que podamos hacer, nuestras estrategias y planes incorporan medidas para desarrollar resiliencia, mitigar los impactos, adaptar hábitats y mejorar la viabilidad a largo plazo de las poblaciones», puntualiza Diego Luna Quevedo. 

Frente a este complejo escenario, se requieren muchas más acciones para recuperar y conservar a las diversas aves playeras, como la protección oficial de sus sitios críticos a través de áreas protegidas; el manejo adecuado a escala de hábitats; el incentivo de la participación ciudadana y empoderamiento de las comunidades locales interesadas en conservación; la implementación de buenas prácticas en el desarrollo productivo y de infraestructura; el fortalecimiento y cumplimiento de leyes y regulaciones vigentes; el fomento de la investigación; y la ejecución de medidas de adaptación al cambio climático a escala de hábitats.

Playero blanco (Calidris alba). Créditos: ©Nathaniel Sharp
Playero blanco (Calidris alba). Créditos: ©Nathaniel Sharp

Por ello existen distintas iniciativas a lo largo del país, impulsadas por distintas agrupaciones, vecinos e instituciones. A esto se suma la reciente puesta en marcha del «Plan de Acción para la Conservación de Aves Playeras en Chile«, en el marco de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves, cuyo objetivo es aumentar y fortalecer la capacidad de acción en conservación de las aves playeras, tanto a nivel nacional como local.

«Las aves playeras en general y las del género Calidris en particular, están declinando fuertemente y si no somos capaces de dar respuestas urgentes a su conservación efectiva podríamos ser testigos en el corto plazo, de la extinción de varias especies. Necesitamos avanzar en articular gobernanza y mecanismos de conservación, empoderar y vincular a la comunidad y grupos de interés; fortalecer la investigación y monitoreo; proteger y manejar sitios críticos e incentivar buenas prácticas en evaluación de impacto ambiental y actividades productivas», recalca el Especialista en Politica y Gobernanza.

Para poder contribuir a la conservación de estas amenazadas especies, los expertos concuerdan que, desde la dimensión individual de las personas, los cambios de comportamientos son clave. Es importante comprender la importancia de no transitar en vehiculos por playas, dunas y humedales, de preferencia no llevar a los perros a la playa cuando hay bandadas (o llevarlo siempre y estrictamente con correa y bajo control), no botar basura, no molestar a las aves y respectar el entorno. En ese sentido, cada acción cuenta y puede marcar la diferencia para conservar a las distintas aves que habitan en nuestras costas.

Guía de playeros de Chile

Playero ártico (Calidris canutus)

Playero ártico (Calidris canutus). Créditos: ©Miguel A. Mejías
Playero ártico (Calidris canutus). Créditos: ©Miguel A. Mejías

Identificación: Suelen ser más regordetes y de mayor tamaño. También es conocido como playero de pecho rufo por su coloración rojiza durante la temporada reproductiva. Esta coloración cambia en el hemisferio sur, presentando el dorso en escala de grises, ligeramente moteado en el centro de las plumas, y pecho blanco. Sus patas son cortas y gruesas, de color amarillo-verdoso, pico ligeramente curvo y de color negro. Largo: 24-26cm; Envergadura: 45-54cm; Peso: 130-230g.

Uso de hábitat: Tiene preferencia por las zonas de intermareal con suelo arenoso y lodoso, donde pueden desenterrar pequeños invertebrados fácilmente con el pico.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Generalmente se alimentan en grupos pequeños, mezclados con aves de otras especies. Su dieta consiste en moluscos principalmente bivalvos, caracoles y crustáceos pequeños. Durante la temporada de reproducción puede alimentarse de invertebrados terrestres.

En Sudamérica se distribuye desde el norte de Brasil hasta la Tierra del Fuego en Bahía Lomas y Bahía San Sebastián. Es poco común en el resto de las costas de Chile y Perú.

Estatus IUCN / Chile: Casi amenazada

Playero blanco (Calidris alba)

Playero blanco (Calidris alba). Créditos: ©Nathaniel Sharp
Playero blanco (Calidris alba). Créditos: ©Nathaniel Sharp

Identificación: Se puede identificar fácilmente por su comportamiento típico de perseguir olas. Su pecho es blanco, pero el dorso, la corona y la nuca puede tener tonos de negro, gris y blanco dependiendo del plumaje. Tiene patas negras y un pico grueso y negro. Ligeramente más grandes que otros playeros pequeños. Largo: 17 – 20cm.; Envergadura: 35cm.; Peso: 40 – 100g.

Uso de hábitat: Durante su migración y reposo pueden observarse en grupos o solitarios en playas arenosas y especialmente en playas estuarinas. Es poco común verlos en planos lodosos, o en las orillas de ríos y lagos. Vuelan en bandadas sobre las olas, todas en una misma dirección.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Persiguen olas para alimentarse de presas ubicadas en la arena húmeda. También pueden recoger presas del suelo o pozas someras mientras corren. Se alimentan de pequeños cangrejos, poliquetos, moluscos, larvas e insectos voladores.

Durante el invierno boreal, esta especie se le puede observar a lo largo de todas las costas chilenas y en general de todo el mundo. Durante su temporada reproductiva, se le encuentra en el Ártico, sin embargo, algunos individuos pueden permanecer en las costas chilenas durante el invierno.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

playero semipalmado (Calidris pusilla)

playero semipalmado (Calidris pusilla). Créditos: ©Brian Stahls / INaturalist
playero semipalmado (Calidris pusilla). Créditos: ©Brian Stahls / INaturalist

Identificación: Es un playero pequeño. Presenta una línea en la frente que parece una ceja de color blanco. Sus partes superiores del cuerpo y el pecho son de color marrón-grisáceo y moteado. Su abdomen es blanco y sus cobertoras son grises bordeadas de blanco. Patas negras, pico recto y negro. Es común confundirlo con C. minutilla y C. mauri. Un distintivo de esta especie es su pico recto y el color de sus patas; además presenta una pequeña membrana en la base de los dedos, de donde se origina su nombre común «semipalmado». Largo: 13-15cm.; Envergadura: 28-30cm.; Peso: 21-32g.

Uso de hábitat: Prefiere ambientes costeros y orillas de cuerpos de agua poco profunda, como humedales, pastizales inundados, orillas de ríos, playas arenosas y marismas intermareales.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Sondean la arena y lodo con el pico en busca de pequeños invertebrados marinos. También se pueden alimentar de larvas, insectos y arácnidos. En algunas ocasiones se alimentan de semillas que se encuentran en el lodo.

Su zona de reposo se encuentra en las costas de Colombia, Ecuador, Perú y parte de Chile en el Pacífico; mientras que en el Atlántico su área de distribución no reproductiva se ubica en las Guyanas y en el norte de Brasil. Rara vez se les encuentra en las partes sureñas de Argentina.

Estatus IUCN / Chile: Casi amenazada

Playero enano (Calidris minutilla)

Playero enano (Calidris minutilla). Créditos: ©Eduardo Navarro
Playero enano (Calidris minutilla). Créditos: ©Eduardo Navarro

Identificación: Como indica su nombre, es el playero más pequeño del género Calidris. Tiene sus patas amarillas y su pico es negro y corto. Cabeza y espalda de color marrón, moteado de color oscuro y zonas inferiores blanquecinas. Usualmente es confundido con el playero semipalmado y playero occidental. Largo: 13-25cm.; Envergadura: 27-28cm.; Peso: 19-30g.

Uso de hábitat: Habita principalmente en zonas adyacentes a cuerpos de agua poco profundos como marismas, playas rocosas y arenosas, esteros, ríos y humedales.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Prefieren los hábitats secos, con vegetación baja y bordes de humedales. Camina ligeramente encorvado y con el pico sondea el lodo en busca de sus presas preferidas, principalmente crustáceos, moluscos e insectos pequeños.

En la temporada de reposo se puede avistar en el sur de Estados Unidos, México y el norte de Sudamérica. En Chile es un visitante escaso y se tienen registros principalmente en el norte.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

Playero de Baird (Calidris bairdii)

Playero de Baird (Calidris bairdii). Créditos: ©Ivo Tejeda
Playero de Baird (Calidris bairdii). Créditos: ©Ivo Tejeda

Identificación: Una característica típica de esta especie son sus alas que se extienden más allá de la cola. Es un playero de tamaño medio. El color de su cabeza y espalda varía de un pardo oscuro a pardo claro con tonos moteados de blanco y negro. El pecho tiene estrías oscuras. El abdomen y los flancos son blancos. Pico moderadamente largo y negro. Patas negras. Largo:14-18cm.; Envergadura: 34- 38cm.; Peso: 27- 63g.

Uso de hábitat: Esta especie prefiere buscar su alimento en hábitats más secos comparado con otros playeros. Se pueden observar en planos lodosos, estuarios y vegetación baja. También se le puede encontrarn tierra adentro, pero siempre cercano a cuerpos de agua como lagunas o estanques.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Se alimentan de insectos y sus larvas; también de arañas, escarabajos y lombrices.

En Chile se distribuyen por toda la costa, desde Arica hasta Tierra del Fuego. Su núcleo de distribución corresponde a la Patagonia y Tierra de Fuego.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

Playero de patas largas (Calidris himantopus)

Playero de patas largas (Calidris himantopus). Créditos: ©eBird James Corgill
Playero de patas largas (Calidris himantopus). Créditos: ©eBird James Corgill

Identificación: Tiene la cabeza y la espalda de color gris con plumas bordeadas de blanco. El pecho y abdomen mucho más claro que el dorso, con matices color ocre. Por arriba del ojo tiene una línea blanquecina simulando una ceja. Su pico es alargado con ligera curvatura y color negro. De patas largas verde olivo. Largo:20-23cm; Envergadura: 38-41cm; Peso: 50-70g.

Uso de hábitat: Generalmente se les encuentra en zonas adyacentes a cuerpos de agua poco profundos; también en zonas arenosas, campos inundados y rara vez en marismas intermareales.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Para encontrar su alimento en las zonas de agua somera, sumergen la cabeza bajo el agua para atrapar principalmente larvas e insectos tanto acuáticos como terrestres; también se alimentan de semillas.

Esta especie es rara y no suele verse con frecuencia en las costas chilenas. Algunos ejemplares pueden llegar a migrar por la costa del Pacífico por lo que se tienen avistamientos en Arica, Iquique, Antofagasta, y en los Salares de Atacama y Maricunga. Sin embargo, la mayoría suelen migrar por la vertiente Atlántica llegando hasta las Pampas Argentinas.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

Playero occidental (Calidris mauri)

Playero occidental (Calidris mauri). Créditos: ©eBird Dorian Anderson
Playero occidental (Calidris mauri). Créditos: ©eBird Dorian Anderson

Identificación: Tiene la cabeza acanelada con líneas longitudinales negras. Partes superiores con plumas negruzcas bordeadas de blanquecino y canela. El pecho y el abdomen blanco con manchitas negras hacia los flancos. Pico negro algo curvado en la punta. Patas negras. Es muy similar y de fácil confusión con el playero semipalmado (Calidris pusilla). Se le diferencia de este por ser ligeramente más grande, y tener el pico y las patas más largas. Largo 14 -17 cm. Envergadura 26 – 37 cms.

Uso de hábitat: Generalmente se le encuentra en playas, desembocaduras de ríos y riberas pantanosas.

Comportamiento y hábitos alimenticios: En época reproductiva se alimenta principalmente de insectos. Sin embargo, en época migratoria se alimenta de anfípodos, bivalvos, poliquetos, larvas de mosca, escarabajos, hormigas, caracoles, arañas y ocasionalmente semillas.

En Chile, existen algunos registros de esta especie entre Arica y Pichilemu.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

Playero pectoral (Calidris melanotos)

Playero pectoral (Calidris melanotos) Créditos: ©eBird Ian Davies
Playero pectoral (Calidris melanotos) Créditos: ©eBird Ian Davies

Identificación: Cabeza y dorso con plumas parduscas rayadas de negro y bordeadas de canela claro. Cuello y pecho blanco rayado de negro. Abdomen blanco. Alas parduscas con rayas negras. Patas amarillentas. Pico con la mitad basal amarillenta y la mitad exterior negruzca. Largo: 20 -23 cm. Envergadura: 43 cm. Peso: 41 – 105 grm.

Uso de hábitat: Se encuentra en una gran variedad de humedales de agua dulce y salada, tanto en la costa como en zonas interiores, incluyendo la zona de la puna a 3.500 – 4.500 msnm.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Se alimenta de moluscos, crustáceos, arañas, insectos, algas y semillas. En época reproductiva principalmente se alimenta de insectos y larvas.

Esta especie no suele verse con mucha frecuencia. En Chile podemos encontrarla de forma continua desde Arica a Llanquihue. Y de forma accidentada hasta Tierra del Fuego.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

Playero de las rompientes (Calidris virgata)

Playero de las rompientes (Calidris virgata) Créditos: ©Pamela Arias
Playero de las rompientes (Calidris virgata) Créditos: ©Pamela Arias

Identificación: Partes superiores, cobertoras y pecho de tono gris bastante uniforme. Rabadilla blanca. Garganta, pecho y abdomen blanco. Alas con primarias negruzcas, secundarias y cobertoras mayores bordeadas de blanco en las puntas. Cola con rectrices negras y punta blanca. Pico negro con mandíbula inferior amarillenta. Patas amarillo verdosas. Largo 24 -26 cm. Peso: 130 – 230 grm.

Uso de hábitat: habitan exclusivamente en zonas costeras rocosas, especialmente donde se encuentra el vegetal marino luche (Porphyra columbina), donde encuentra su alimento.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Se alimenta de lapas, bivalvos y caracoles, normalmente más pequeños de 12 mm. En época de reproducción también se alimenta de insectos. Su nombre se debe a que cuando está alimentándose, espera hasta el ultimo momento para levantar vuelo y dejar pasar la ola marina, manteniéndose suspendido en el aire con un aleteo fuerte, para bajar nuevamente a la roca una vez esta ha pasado.

En Chile podemos encontrarlo desde Arica a la Península de Taitao de forma continua. Más al sur es raro, aunque hay registros en Tierra del Fuego. Es posible encontrar algunas de estas aves durante el invierno austral, ya que algunas se quedan.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

Playero de lomo blanco (Calidris fuscicollis)

Playero de lomo blanco (Calidris fuscicollis). Créditos: ©Eduardo Navarro
Playero de lomo blanco (Calidris fuscicollis). Créditos: ©Eduardo Navarro

Identificación: Muy similar al Playero de Baird (Calidris bairdii) en tamaño y estructura, pero consistentemente más gris. Se distingue de todas las demás especies de Calidris por un perfil de alas más largas, con puntas primarias que se extienden mucho más allá de la punta de la cola en reposo. Pico corto y bastante recto. Espalda y cabeza principalmente gris. Lomo blanco. Pecho y abdomen principalmente blancos. Pico negro. Patas negras. Largo: 15 a 18 cm. Peso: 40 a 60 g.

Uso de hábitat: Se encuentra en humedales costeros e interiores de toda la Región de Magallanes, pero las bandadas más importantes se concentran en Bahía Lomas en tierra del Fuego. Frecuentan marismas intermareales, humedales, bordes de lagunas, zonas pantanosas, playas y campos abiertos.

Comportamiento y hábitos alimenticios: Se alimenta de invertebrados y sus larvas; también arañas, moluscos pequeños, crustáceos, y lombrices.

En Chile, se encuentra presente principalmente en la Región de Magallanes. Accidental entre las regiones de Arica y Los Lagos, con pocos registros de individuos.

Estatus IUCN / Chile: Preocupación menor

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