Aunque la foto es en blanco y negro, en colores no sería tan distinta. Estamos en pleno invierno en la Patagonia y el paisaje es casi monocromático. La luz rasante, la escarcha, la nieve, la ausencia de viento; todo se configura aquí para dar origen a un paisaje limpio y mágico.

Una intensa nevada nocturna nos regaló un Puerto Natales blanco y silencioso. Sin viento, sin oleaje, las aguas del mar se congelan en la orilla. Sobre ellas emergen los antiguos vestigios del Muelle Histórico. Un lugar mil veces visitado y fotografiado, pero que nos ofrece una imagen distinta cuando se le observa en otra época y desde otro punto de vista.

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