Recuerdo la primera noche de invierno que pasé en el cajón. Dormíamos a los pies del cerro Arenas y hacían -8 grados afuera de la carpa. El frío no me dejaba dormir y por más que me abrigaba no había caso, no tenía dónde meterme y, aunque no lo crean, el frío de esa noche me cambió. La frase que dice que una fotografía no se toma solamente con una cámara, sino que con cada libro que has leído, con cada fotografía que has visto y con cada experiencia que has tenido, comenzó a tener total sentido.

©Ernesto Ortiz
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En plena cordillera de los Andes y con una extensión de alrededor de 100 km hasta la frontera con Argentina; volcanes activos de más de 5.000 msnm; el seis mil más austral del mundo; baños termales; cientos de trekkings y cerros por subir; 3 valles principales y un sinnúmero de valles secundarios, el Cajón del Maipo es un paraíso para todo amante de la naturaleza.

©Ernesto Ortiz
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Conducir por sus caminos ya es un viaje en el tiempo, geológicamente hablando, y para los más osados ya sea en verano o en invierno, basta alejarse del camino por un par de horas para encontrarse frente a frente con la naturaleza implacable de las montañas.

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Esa naturaleza que cambió mi mirada, que me hizo sentir la inmensidad y el silencio, que hizo que cambiara de profesión para dedicarme a hablar por aquello que no habla y para inspirar a conocer y proteger las maravillas de nuestro planeta, algunas de ellas, a la vuelta de la esquina de muchos chilenos.

Les dejo mi visión de nuestro querido Cajón del Maipo.

©Ernesto Ortiz
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