Esta fotografía tiene ya sus años y fue tomada desde los faldeos del volcán Callaqui, hacia el valle del río Biobío. Estaba amaneciendo y los filos de los cerros destacan con las inconfundibles araucarias. Hicimos cumbre como a eso de las 11:50 am y ya las nubes se habían disipado. Tengo los mejores recuerdos de esos descensos del río Biobío en balsa. Era un valle maravilloso, muy poco explotado, con gente amable habitando sus riveras y miles de cascadas prístinas que caían al río.

Hoy está sepultado bajo dos represas: Ralco y Pangue. Que nos sirva de experiencia; las represas tienen un alto impacto en ecosistemas cuyo equilibrio es muy frágil

¿Qué tal si como país nos la jugamos con energías renovables de menor impacto?

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