Los últimos 20 meses he tenido que ir a Bolivia unas 10 veces. Sin importar si es verano o invierno. Con sus deslumbrantes altitudes sobre los 5.000 msnm, sus fuertes vientos del Altiplano, y de paso sus varios grados bajo cero, en amaneceres que a veces piensas «por qué estoy aquí con más de -22º bajo cero, altitudes extremas y poco sueño». Bueno esta zona de Bolivia, para mí, es un milagro de la naturaleza. Un milagro poder encontrar humanos que sobreviven día a día estas condiciones.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez

Bolivia no es solo el país con el salar más grande del mundo, que a todo esto es el lugar más plano del planeta, además es la reserva de Litio más extensa de la tierra.  Pero Bolivia no es solo esto, Bolivia no es solo altiplano, sierra o jungla, Bolivia es cultura.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez

Desde Tiwanaku, Inkas y Españoles estas tierras han sido visitadas por cientos de años, son tierras sagradas, en donde venir a morir o ser sacrificado era un honor.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez

En rutas aisladas al turismo, en poblados cercanos a San Pedro de Quemez, es posible encontrar grandes «Chulpas o Chulpares». Estos son antiguos cementerios en donde hoy en día se pueden recorrer y ver gran cantidad de momias, cuerpos, huesos repartidos y profanados por años.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez

Un “chulpar” que se encuentra en muy buenas condiciones es el que se encuentra en los pies del Volcán Thunupa, donde es posible ver familias enteras momificadas y en perfectas condiciones. Otro “chulpar” de muy buen estado, el más famoso, se encuentra en las Cuevas de la Galaxia, cercano a la zona de Mala Mala al sur del Salar de Uyuni.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez

Después de haber recorrido cientos de kilómetros en esta zona, en diferentes épocas del año, haber caminado sus lagunas y haber ascendido varios volcanes, les recomiendo que si van a querer vivir esta experiencia, no lo hagan como el resto.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez

No sigan lo ya creado, atrévanse a crear y pedir nuevas rutas. Estudien el mapa y pidan conocer localidades cercanas al Salar de Uyuni, salgan de su zona de confort y atrévanse a dormir en carpa o en casas locales. La gente es tremendamente humilde y generosa con turistas que salen de lo común y que buscan poder conocer cómo sigue viva una cultura que al día de hoy sigue intacta.

©Francisco Sánchez
©Francisco Sánchez
Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...