Más de 230 científicos y 70 instituciones internacionales de 18 países —entre ellos, referentes como Sylvia Earle, oceanógrafa y fundadora de Mission Blue y Enric Sala, director de National Geographic Pristine Seas— firmaron una carta enfocada en la necesidad real de unificar esfuerzos para la protección y conservación de macroalgas en Latinoamérica.

La biodiversidad que habita en los bosques de alga. Créditos Carolina Pantano.
La biodiversidad que habita en los bosques de alga. Créditos Carolina Pantano.

«Las firmas representan un llamado a trabajar en conjunto entre la ciencia, la política y las comunidades para incluir estos ecosistemas marinos en las estrategias de conservación regionales. Es un llamado para priorizar la protección de estos bosques sumergidos en las agendas ambientales latinoamericanas», comenta el biólogo marino y director científico de la Fundación Por El Mar.

Bosque de algas. Créditos Cristian Lagger.
Bosque de algas. Créditos Cristian Lagger.

En este sentido, la carta propone tres ejes. El primero es priorizar la inclusión de bosques de algas en políticas ambientales en la región, protegiendo eficientemente el 30% de su extensión. El segundo es establecer figuras de protección para las especies que forman bosques de macroalgas. Y el tercero es identificar y proteger los bosques de macroalgas persistentes y resilientes.

La iniciativa surge del primer taller de mapeadores de Kelp de Latinoamérica, donde se dimensionó la necesidad y urgencia de unir fuerzas para pedir mayor compromiso de protección de estos ecosistemas.

«Podemos decir que esta carta representa un puntapié inicial para trabar conjuntamente y lograr un impacto real en la protección de estos bosques sumergidos. Cuando decidimos hacerla no pensábamos que tantos referentes internacionales se iban a adherir. Nos pone muy felices este logro, porque finalmente es un poderoso mensaje de esperanza para seguir trabajando en esta dirección», explica Cristián.

"La delgada línea azul". Créditos Cristián Lagger.
«La delgada línea azul». Créditos Cristián Lagger.

Los bosques submarinos son fundamentales para las costas del mundo y el funcionamiento de los océanos, pudiéndose comparar con los bosques terrestres. Son el principal hábitat marino del 30% de las costas del mundo, y se estima que los bosques de Latinoamérica representan cerca del 40% de esta cobertura, conectando países como México, Perú Chile y Argentina a lo largo de más de 10 mil kilómetros de costa e islas.

Pero más allá de su extensión, son ecosistemas de gran importancia por su papel en la salud y estabilidad de los océanos. También son generadores de riqueza en las comunidades costeras, contribuyendo a la salud alimentaria. Sin embargo, su abundancia ha disminuido debido a muchas perturbaciones de origen natural y humano.

En Latinoamérica, países como México, Perú, Chile y Argentina se comprometieron a proteger el 30% de sus bosques de macroalgas dentro de algún tipo de Área Marina Protegida. Sin embargo, menos del 1% se encuentra dentro de áreas altamente protegidas. La carta vendría a ser un llamado para que se tome consciencia sobre la importancia de los bosques submarinos como refugios de biodiversidad y ecosistemas que ayudan a combatir la crisis climática a escala global.

Primer taller de mapeadores en Punta Arenas.
Primer taller de mapeadores de algas submarinas en Punta Arenas.


«Los gobiernos deben priorizar la protección del 30% de sus mares para el 2030 si quieren lograr compromisos internacionales de conservación. Sin embargo, en general, los países de Latinoamérica aún están muy lejos de ese valor. Por lo tanto, nuestro desafío no es sólo una mayor protección marina sino además incluir este tipo de ecosistemas dentro de esos porcentajes ya que representan verdaderos valores de conservación que benefician directamente la salud de nuestro planeta, y por ende, nuestra calidad de vida», finaliza Cristián.

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