En el marco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, agenda mundial 2030 impulsada por Naciones Unidas, resulta imprescindible avanzar en el desarrollo económico y social con acciones concretas hacia el cuidado del medio ambiente y la conservación del patrimonio natural, los ecosistemas terrestres y marítimos. «Las personas viven en su propia piel las consecuencias del cambio climático, que incluyen cambios en los patrones del tiempo, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos más extremos. Las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por las actividades humanas hacen que esta amenaza aumente», es el análisis que se encuentra en el objetivo 13 de combate al cambio climático.

Una manera de inducir cambios en las actitudes hacia el medio ambiente y el entorno es intencionando el contacto directo con la naturaleza a través de visitas guiadas y una buena medida para ello, es utilizar los parques nacionales como aulas abiertas. Esto tomando en cuenta lo que Neiman y Ades evidencian en un estudio publicado en 2014 sobre los efectos de las excursiones en los conocimientos, actitudes e intenciones hacia el medio ambiente, que dice que a través de la experiencia personal, el aprendizaje al aire libre tiene la capacidad de generar lazos afectivos con la naturaleza, estimulando en los participantes, por un lado, la curiosidad, la empatía y la responsabilidad, como el sentido de unidad con la vida natural.

Parque Nacional Patagonia ©Nadine Lehner
Parque Nacional Patagonia ©Nadine Lehner

Por su parte Louv (2008) en su libro “Last child in the woods: saving our children from nature-deficit disorder” (Último niño en los bosques: salvando a nuestros niños del desorden de déficit de naturaleza), sugiere que la división creciente entre infancia y juventud con el mundo natural presenta implicancias medio ambientales, sociales, sicológicas y espirituales en el desarrollo saludable de las personas, lo que generaría un “desorden (o síndrome) de falta de naturaleza” que estaría en la base de problemáticas de salud actuales como el desarrollo de la obesidad infantil, la diabetes, problemas cardiovasculares, fatiga, estrés y depresión.

Chile cuenta actualmente con 41 parques nacionales, lo que se traduce en una tremenda oportunidad para que escuelas y organizaciones vinculadas a la educación ambiental puedan convertirlos en aulas abiertas, desarrollando a través de la experiencia una nueva generación de amigos de los parques, embajadores de las diversas tierras y aguas protegidas; conectando a niños y jóvenes con los grandes espacios naturales y creando en sucesivas generaciones un sentimiento compartido de responsabilidad sobre la herencia natural y cultural.
Parque Nacional Patagonia ©Dagoberto Guzmán
Parque Nacional Patagonia ©Dagoberto Guzmán
Es en este contexto que la organización Amigos de Los Parques ha lanzado una campaña de financiamiento para sacar adelante el Programa Tucúquere, una iniciativa que busca llevar –en primera instancia– a 250 niños chilenos a visitar los parques nacionales de la Patagonia para que puedan aprender a través de experiencias al aire libre. «Desde Amigos de los Parques, buscamos motivar eso a través del Programa Tucúquere, llamado así en honor al búho magallánico de ojos curiosos. Buscamos abrir las miradas y las puertas de las salas de clases a lo que los parques nacionales nos tienen que transmitir. La oportunidad de abrir los sentidos a la belleza, a lo salvaje, a los ecosistemas, a los procesos naturales y a entender que el cambio climático está ahí», explicó Eugenio Rengifo, Director Ejecutivo de Amigos de los Parques.
La campaña «Llevemos a los niños a los Parques de la Patagonia» que busca financiar el acceso a cientos de niños y jóvenes a actividades de aprendizaje en los parques nacionales de la Patagonia este año, está disponible a través de la plataforma internacional de donaciones Global Giving y busca recaudar al menos 5.000 dólares para poder llevar a cabo este programa.
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