La experiencia de fotografiar chungungos alimentándose: paciencia y momentos fugaces para dar a conocer esta especie
Nuestro colaborador invitado, Edrey Belmar, nos comparte una especial galería de fotos sobre chungungos. Este pequeño mamífero marino representa todo un desafío para fotografiar, pero con paciencia y, en el momento menos esperado, puede aparecer durante algunos segundos. En ellos, Edrey se ha encontrado con momentos llenos de energía, como cuando trituran su alimento con sus grandes molares. «Espero que a través de mi trabajo fotográfico más personas sean conscientes de la existencia y el peligro que corre esta nutria marina y así poder contribuir a evitar su extinción», dice. Ve aquí parte de su trabajo.
Cuando nos hablan de nutrias marinas se nos viene a la mente la mundialmente famosa nutria marina del Pacífico norte (Enhydra lutris), esa grande y felpuda que ha sido fotografiada mil veces, además de ser protagonista de un sinfín de documentales.
Esta hermosa nutria se ha llevado todos los reflectores. Sin embargo, en el litoral de Chile también hay una especie de nutria marina que, al contrario que la del norte, ha sido poco estudiada y se tiene escaso conocimiento de su vida, por lo que muchos de sus hábitos y conductas son aún desconocidos.
Hablamos del chungungo (Lontra felina), uno de los mamíferos marinos más pequeños del mundo (no alcanza a medir un metro de largo, incluyendo la cola), que habita desde el centro norte del Perú hasta el extremo sur de Chile. Si buscamos información, encontramos que también habita en Argentina, pero no hay avistamientos comprobados de chungungo en el país vecino y gran parte de los supuestos registros de éstos corresponden al huillín (Lontra provocax), nutria de río presente en Chile y que también puede habitar ambientes marinos.
Entre los remolinos y furiosas olas que golpean el rocoso litoral, los chungungos se sienten a gusto. Vigorosos e incansables, no cesan en su búsqueda de alimento el cual consiste en crustáceos, moluscos y peces que se ocultan entre las grietas y rocas submarinas.
Poder ver chungungos es una verdadera lotería y puede ser una tarea frustrante. Pueden pasar horas o incluso días sin avistar uno y en el momento menos pensado, asomar un ejemplar un par de segundos para desaparecer entre los roqueríos y los huiros o si se tiene suerte, se le puede ver flotando de espaldas comiendo su alimento o restregándose contra una roca para secar su pelaje. Son como duendes que aparecen y desaparecen frente a nuestros ojos.
Y si es complicado verlos, poder fotografiarlos es todo un desafío y ni qué decir el lograr una buena fotografía. Son rápidos, escurridizos y de movimientos impredecibles. Su color y forma tampoco ayudan y es muy fácil confundirlos con rocas y algas azotadas por las olas, gracias a su pelaje de igual coloración.
Muchos de los comportamientos de esta especie que retrato con mi cámara son momentos fugaces, llenos de energía, como por ejemplo triturando su alimento con sus fuertes molares. También me gusta captar ese mágico momento en que puedo hacer contacto visual con ellos. Con esto busco asombrar, inspirar y crear nuevos defensores de esta maravillosa especie.
Los chungungos son los depredadores tope de nuestras costas, cumpliendo una importantísima función, regulando las poblaciones de ciertas especies y así manteniendo el equilibrio de los ecosistemas en dónde habitan.
Sin embargo, en octubre del 2021, el Ministerio del Medio Ambiente publicó en el Diario Oficial la actualización de los estados de conservación de las especies en Chile, y pone al chungungo oficialmente como especie en peligro de extinción. Dentro de sus amenazas, las provocadas por el humano. Entre ellas, está la destrucción y degradación de su hábitat por parte de inmobiliarias y personas irresponsables. A eso se suman los ataques de perros domésticos y asilvestrados, sobre todo a crías, no hace más que agravar el problema. En el pasado, se sumaban otras acciones, como la caza. De hecho, alrededor de 38.000 de estas adorables criaturas fueron cazadas y despellejadas entre 1910 y 1954 por la industria peletera. Actualmente esta es una especie legalmente protegida.
Espero que a través de mi trabajo fotográfico más personas sean conscientes de la existencia y el peligro que corre nuestra nutria marina y así poder contribuir a evitar su extinción.