Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
Bólido en Torres del Paine. Créditos Cristián Aguirre

“El azar natural de estar presente en el momento justo y haber escogido el horizonte más propicio para fotografiar”. Una alucinante estrella fugaz o bólido cruzó los cielos sobre las Torres del Paine reflejándose en el Lago Pehoé.

Los bólidos, o bolas de fuego, son fenómenos aleatorios en el firmamento, muy difíciles de presenciar, pero de una belleza impresionante. Son estrellas fugaces más grandes y luminosas que ingresan a nuestra atmósfera a altas velocidades, creando un espectáculo asombroso antes de estallar en múltiples pedazos.

Los colores de este cuerpo cósmico o bólido son producto de su composición química en la ionización de la atmósfera. Cobre (verde turquesa), sodio (naranjo), calcio (morado), hierro (amarillo) y magnesio (rojo).

Fue una experiencia de dos meses acampando, de incontables horas dedicadas a contemplar y meditar las infinitas transiciones de luces inmerso en la naturaleza salvaje del Parque Nacional Torres del Paine.

He dedicado mi vida al simple y complejo acto de observar el cielo y capturar la luz. Una filosofía de admiración, trabajo y amor por reconocer la belleza más íntegra del paisaje natural. Durante 13 años he estado consciente de los cambios de luces en los valles, el movimiento de la vía Láctea y los astros; la luna y el sol durante las diferentes estaciones del año.

Este gran cuerpo cósmico nos recuerda que somos parte de algo más…ya que todos los átomos en nuestro planeta, excepto el hidrógeno y la mayor parte del helio, provienen de estrellas. Somos polvo de estrellas reciclado, un milagro de la creación.

Así es cómo el fotógrafo Cristián Aguirre describe su foto favorita. En ella, el encuadre captura a un bólido y las Torres del Paine, en lo que fue un momento único y, sobre todo, efímero. Lo que ahora es una foto que se difunde cada vez más en redes sociales es solo un recuerdo de algo que duró apenas dos segundos y que es difícil volver a lograr.

Cristíán Aguirre

“El universo me mostró justo ese bólido sobre las Torres, y yo justo disparando más encima dos cámaras. O sea, la capturé dos veces en el mismo instante. Creo que ¡uf! Es uno de los momentos más lindos que he vivido, irrepetible, es una foto súper técnica y cósmica a la vez; tiene astronomía, ciencia, tanta educación, belleza que genera ese bólido reflejándose en el lago”, explica él.

Esta fotografía es una de las más recientes que ha tomado. Sin embargo, han sido años de trabajo para la búsqueda de vivir estos momentos mágicos, particulares y rápidos que entrega el cielo. Eso lo podemos apreciar a través de esta galería fotográfica.

¿Cómo empezó tu interés por fotografiar el cielo?

Empezó desde muy pequeño, cuando iba a acampar al lago con mi papá, aquí al lago Puyehue. La verdad esos atardeceres de verano siempre me dejaban un poco para adentro. Y en particular recuerdo una noche que hubo una estrella fugaz, un bólido gigantesco que cruzó tres cuartas partes del cielo estuvo como 4 segundos. Estábamos en la fogata y de repente se iluminó el cielo, el lago; todo un cuerpo cósmico verde gigantesco que cruzó el cielo me generó algo dentro. Era muy pequeño, tenía como 9 años, 8 años. Marcó mi vida para siempre ese momento y también el hecho de capturar lo efímero, que en un atardecer, una noche, el momento preciso, el momento mágico pasa a veces un segundo, un minuto o menos. Es esa magia de capturar lo que ya se fue, no sé como explicarlo, pero me genera una pasión increíble en el interior. Siempre fui muy consciente de las nubes o las formas que hacían las nubes, pasé muchos minutos y años de mi vida solo en el hecho de observar el cielo desde que era pequeño. La magia del instante, del momento, de lo efímero que hay en el cielo. Eso es un poquito lo que me motivó.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre

—¿Cómo es el proceso para poder lograr estas capturas? ¿Qué crees que es lo clave para poder plasmar estos momentos únicos del cielo?

—Tiene bastante planificación previa, en el sentido de estudiar las presiones, vientos, la nubosidad de ese día, el porcentaje de luz de luna que va a haber ese día, sobre todo para las fotos nocturnas. Y la posición de la vía láctea, o sea son varias variables que me motivan a ir a un lugar o no. Con mi estudio de los años sé que, en mayo, por ejemplo, la vía láctea se posa justo sobre el volcán Villarrica, entonces las noches oscuras de mayo si quiero vía láctea o no, las planifico de esa forma.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
Créditos Cristián Aguirre

La clave es la paciencia, la determinación, la pasión por estar ahí quieto durante días o meses quizás en algunas fotos, pasando noches completas en el hecho de observar, meditar y capturar el horizonte y los cielos. Y estar en el momento sin rendirse porque muchas veces está tapado cuando sales a fotografiar, pero a la hora o a las dos horas se destapa. El cielo va cambiando todo el tiempo y no puedes controlar eso, la naturaleza al final se manda sola, tienes que tener mucha determinación, mucho fuego interno para estar ahí durante muchas horas, generalmente en condiciones adversas de frío, viento y lluvia.

Créditos Cristián Aguirre

La paciencia en realidad de esperar el momento, creo que esa es la clave para capturar estos momentos únicos en el cielo. La fotografía timelapse también es algo que me motivó a hacer fotos del cielo. La fotografía timelapse es la técnica perfecta que une el video con la foto porque haces fotos y luego reproduces esas 25 fotos por segundo de video, entonces, a través del timelapse, que significa dejar la cámara ahí durante muchas horas para tener el mismo encuadre, generalmente tienes los cambios del cielo, puedes capturar esa transición, de antes y después.

—¿Qué es lo que más te apasiona por este proceso?

—Lo que más me apasiona es ir en busca de lo desconocido, del instante único e irrepetible que nos entrega la naturaleza todos los días. Siento que hay milagros que ocurren en nuestras narices todos los días, a todo nuestro alrededor y está la clave de ir a buscarlos. Las fotografías se salen a buscar. Hay que salir, hay que planificarse, preparar el auto, la ropa, la comida, las baterías de las cámaras, todo un set de millones de equipos, como 30-40 kilos en equipo que se llevan a la naturaleza cada vez que voy a “disparar”.

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Entonces, ¿qué es lo que más me apasiona en realidad? Es, sobre todo en las fotos nocturnas, capturar ese misterio de lo desconocido en el cielo que nuestros ojos no pueden ver, pero sí las cámaras con obturación lenta. Con un trípode logras ver cosas que tus ojos no logran ver y eso es un misterio que me apasiona bastante ir en búsqueda. Bueno es la excusa un poco de la fotografía. Lo que me apasiona de la fotografía es estar afuera, o sea, mientras más pase afuera mi corazón late más fuerte. Y lograr enseñar la cultura, poder generar ciencia a través de la fotografía de cómo se mueve la vía láctea, cómo todos los cuerpos cósmicos pasan en la noche, estrellas fugaces, lluvias de estrellas, meteoritos, avistamientos de ovnis, trazas meteóricas, bólidos. El hacer timelapse de fotografía nocturna en el cielo genera eso, capturar todo ese misterio oculto del cielo que no podemos ver, pero que a través del timelapse sí se logra ver.

Créditos Cristián Aguirre
Créditos Cristián Aguirre

—¿Recuerdas alguna experiencia que te haya marcado o no borres de tu memoria en el proceso de sacar una de estas fotos?

—Tengo experiencias infinitas, incontables experiencias maravillosas de las que podría hablar durante montón de tiempo, pero si tuviera que elegir una escojo la del bólido, la estrella fugaz en las Torres del Paine. Creo que fue un momento brutal, épico, con nubes lenticulares rosadas, con todo ello tomando mate en una playa, tecito, calentito ahí. Y la verdad es que estaba capturando ese timelapse a dos cámaras, encuadrando las Torres del Paine en un atardecer épico de verano que las noches duran como hasta las 11 de la noche. De repente, como por dos segundos en el cielo, pasa un tremendo destello de luz verdosa, de montones de colores que se reflejaban en el lago, que encandiló un poco la vista y en ese paraíso. Bien abrigado, en un atardecer-noche en el lago Pehoé, creo que esa es la experiencia que me marcó bastante.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
Créditos Cristián Aguirre

También una súper importante que es una luna roja que apareció en Tierra de Fuego en 2004 que fue una de las cosas que me motivó también a hacer foto. Es una luna llena que vi salir en Tierra del Fuego el 28 de febrero del 2004, con un sol poniéndose al oeste brutal y la luna de repente saliendo al este por ese plano de pasto amarillo de coirón, ese flat infinito de Tierra del Fuego, y saliendo una luna color rojo eléctrico impresionante, saliendo del este. El sol estaba por el otro lado, entonces me vi entre medio de estos dos astros, la luna y el sol. Fue uno de los atardeceres más lindos de mi vida, lástima que no tuviese cámara en ese momento, pero quedó en mi retina.

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Volcán Villarrica y atardecer rojo. Créditos Cristián Aguirre

Un tercer momento, hay una de las fotos que comparto acá, que muestra esto, que es del volcán Villarrica con un atardecer rojo, con el volcán humeando. Salí simplemente de casa al río Plata a fotografiar y mientras me iba en el auto, de repente por el bosque veo unos destellos naranjos en el cielo y unos haces de luz entrando impresionantes. Llegué a la playa rápidamente, preparé mi cámara y tuve que meterme al agua para hacer la foto porque los árboles tapaban el cielo, así que tuve que meterme hasta la cintura en el río Plata que es el río más helado yo creo de toda Araucanía y fue una experiencia impresionante: estar ahí en el agua con todo el cielo rojo y el volcán humeando, que fue después del terremoto del 2010, fue impresionante. Fue uno de los cielos más lindos que he visto. Y esos cielos épicos pasan muy poco. Son pocos en el año que puedes estar justo en el momento en el que explota la luz, con un lindo encuadre, un lindo primer plano en un lugar mágico y con luz mágica, son variables que es súper difícil de coordinar.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
Río de nubes en el cuelo y sobre el humedal Carlos Andwandter. Créditos Cristián Aguirre

Una de las experiencias que me marcó fue una foto de río de nubes en el cuelo y sobre el humedal Carlos Andwandter. Esta foto es letal porque caminé de noche como tres horas al Parque Oncol y llegué, amanecí arriba con el saco a capturar el amanecer. Estaba súper cubierto con neblina y justo despejó como durante dos minutos y se puso esa luz maravillosa durante nada tiempo y después se volvió a tapar con neblina. Fue súper mágico ese momento, duró menos de un minuto esa luz y luego volví a estar una nube de neblina blanca sin ver a dos metros.

—¿Cuál es el mensaje que buscas entregar con estas fotografías? ¿Qué vemos en ellas?

—El mensaje que busco es salir, estar consciente del movimiento de las estaciones, los cielos, los vientos, las presiones, las temperaturas, el movimiento y las posiciones de los astros durante todas las estaciones del año. Creo que ese es el mensaje, de despertar y conectarse con la naturaleza.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
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Creo que en ellas vemos, mi misión yo creo que es capturar la belleza más íntegra del paisaje natural, entonces yo creo que vemos eso. Busco eso, la estética natural, la belleza, lo más lindo de la naturaleza, es como hacerle un homenaje a la madre Tierra, al planeta del que somos parte y nos acoge. Somos parte de todo, en esta estrella fugaz también somos polvo de estrellas, tenemos un paisaje interno lleno de mecanismos que también pasan en la naturaleza, en los deltas, valles; somos naturaleza, ese es el mensaje, además de que vemos la voz de la Tierra.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
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Busco eso ya que en la naturaleza están las respuestas de todo. El misterio de la naturaleza, la magia del momento, de presente, del instante. Creo que eso es lo que busco, lograr conectar. Pasar tiempo en la naturaleza a mí me ha hecho sanar muchísimo, ha sido un templo y pretendo generar eso, una filosofía de vida de contemplación, de admiración, y de la teoría de contemplar el paisaje, de estar consciente de todos los elementos que están presentes, no solo de uno, sino del mindfulness, de la contemplación, el placer, de estar consciente de los elementos que te rodean, reconocerlos y agradecerlos.

Fotografía cielo. Créditos Cristián Aguirre
Créditos Cristián Aguirre

Para mí, al estar conectado con la naturaleza, todo cobra más sentido. Esas salidas durante días, semanas, el alma vuelve llena de vida. Creo que puedo cambiar muchas vidas y cambiar muchas mentes en relación con algo tan simple que nos rodea, eso es lo que busco. Y educar a las futuras generaciones que sean conscientes de esto y mucho más agradecidos de todo para cuidar y conservar la naturaleza, crear más ONG o lo que sea necesario a nivel gubernamental de fondos para proteger estas zonas, paisajes, parques nacionales y lugares maravillosos. Busco también un mensaje de consciencia, contemplación y conservación de la naturaleza de Chile, sobre todo.

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1 Comentario

1 Comentario

  1. Joan Calaf

    Bellísimas las fotografías !!!

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