El Parque Nacional Radal Siete Tazas es un clásico de la Región del Maule. Conocido por sus pozones durante el verano, en otoño es un atractivo diferente.

Parque Nacional Radal 7 Tazas- Créditos a Tamara Núñez.
Parque Nacional Radal 7 Tazas- Créditos a Tamara Núñez.

En esta zona, en las partes más altas del parque, es posible ver algunas especies caducifolias, es decir, aquellas que tienen hojas caducas que brindan los característicos colores el otoño, que pasan por amarillo, café, naranjo e incluso rojizo, que luego, en invierno caen.

Los encargados de adornar este paisaje en este parque nacional, por dar algunos ejemplos -y según información de la Corporación Nacional Forestal, Conaf-, son raulíes (Nothofagus alpina), robles (Nothofagus obliqua), ñirres (Nothofagus antárctica) o hualos (Nothofagus glauca). Estos habitantes del bosque, además, contrastan sus colores con especies perennes o siempreverdes que se encuentran a menores altitudes como el peumo (Cryptocarya alba), el quillay (Quillaja saponaria), el boldo (Peumus boldus) o el litre (Lithrea caustica).

Parque Nacional Radal 7 Tazas- Créditos a Tamara Núñez.
Parque Nacional Radal 7 Tazas- Créditos a Tamara Núñez.

Así, visitar los senderos del Parque Nacional Radal Siete Tazas en otoño entregan un espectáculo visual, en el que los bosques son los protagonistas. En esta época del año, eso sí, no están todos los senderos disponibles. El Bolsón, sendero más largo, se encuentra cerrado porque en esta época empiezan nevazones en la parte superior. El resto de los senderos están disponibles para realizarse e incluso acampar en las zonas que se permiten.

Parque Nacional Radal 7 Tazas- Créditos a Tamara Núñez.
Parque Nacional Radal 7 Tazas- Créditos a Tamara Núñez.

De esta forma, este parque, a 260 km al sur de Santiago es un imperdible para esta época.

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