Este 30 de marzo de 2021 fue entregado un informe técnico a la Corporación Nacional Forestal (CONAF), elaborado por las comunidades Kawéswar, Atap, As Wal Lajep, Grupos Familiares Nómades del Mar, Residentes Río Primero e Inés Caro en conjunto con las ONG FIMA, Greenpeace y AIDA, donde buscan aportar vital información respecto al grave impacto que la industria salmonera genera en los ecosistemas marinos, con el fin de que éste sea considerado en el plan de manejo que la entidad de gobierno debiese elaborar y ejecutar para dar cumplimiento a la protección de las aguas marinas que conforman la Reserva Nacional de Kawésqar.

Cermaq Salmon Farm in Chile ©Greenpeace
Cermaq Salmon Farm in Chile ©Greenpeace

Estefanía González, Coordinadora de campañas de Greenpeace afirma: “Hoy CONAF debe garantizar el cumplimiento de lo que se estableció en la Consulta Indígena y prohibir explícitamente la salmonicultura en el plan de manejo de la Reserva, esta definición es clave para la salud futura de los ecosistemas marinos patagónicos”.

La vocera de la ONG agrega que ”la falta de regulación interna que existe sobre las áreas protegidas ha permitido una interpretación que arbitrariamente le ha abierto la puerta a la instalación de 57 concesiones salmoneras dentro de esta área protegida y más de 1.000 en toda la zona austral, con desastrosas consecuencias expresadas en el daño ambiental provocado por esta industria, hoy la salmonicultura es completamente incompatible con la mantención de ecosistemas marinos sanos”.

La creación de la Reserva Nacional Kawésqar en 2018 ha sido uno de los hitos claves para la participación de las comunidades y personas de este pueblo originario en su incidencia en las decisiones sobre los ecosistemas que componen su territorio ancestral. En esta oportunidad, por medio de la consulta indígena se estableció expresamente la necesidad de proteger las aguas y de impedir el desarrollo de actividades como la salmonicultura, en especial relación por la fragilidad ecosistémica del área y el legado cultural Kawésqar, fuertemente ligado al mar.

Coihue de Magallanes (Nothofagus betuloides) ©Patricio Novoa
Coihue de Magallanes (Nothofagus betuloides) ©Patricio Novoa

En el informe presentado las organizaciones llegan a la conclusión que la salmonicultura es una actividad netamente incompatible con los objetivos de protección de las Reservas Nacionales, desde el punto de vista legal y ecosistémico, debido a la gran cantidad de riesgos que implica la actividad, como la introducción de especies exóticas, el uso indiscriminado de antibióticos, fugas masivas de salmones y los alimentos y fecas que se depositan en el fondo marino, los cuales generan condiciones – por ejemplo anaeróbicas – que podrían facilitar la ocurrencia de mareas rojas. Acciones que resultan ilógicas frente a un área que el mismo Estado ha decidido proteger.

Navegacíon movida por el estrecho de Magallanes antes de llegar al río Batchelor ©Javier Estay
 ©Javier Estay

Por su parte, la ONG AIDA presentó un reporte escrito ante la Controlaría General de la República para que esta se pronuncie al respecto de la aprobación de un proyecto de ampliación de biomasa de un centro de salmonicultura ubicado en la Reserva Alacalufes, hoy Reserva Nacional Kawésqar, el cual se encontraba operando en condiciones anaeróbicas.

El bajo nivel de oxígeno que afectaba las aguas debido a un exceso de producción de salmones (en un lugar que ya se encontraba saturado) fue evidenciado por documentación oficial que reconoce la normativa para ese fin. Sin embargo, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) había notificado la situación, incluso interponiendo una observación al respecto, pero poco después emitió su pronunciamiento conforme al proyecto. Luego, el SEA (Servicio de Evaluación Ambiental) aprobó el proyecto mediante RCA (Resolución de Calificación Ambiental).

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...