Con 41 kilómetros de extensión, rodeado por el Parque Nacional Pumalín y el Parque Nacional Hornopirén, este valle de la cuenca del Puelo es atravesado por senderos que pasan bordeando el río Ventisquero, de fuerte color turquesa y da rara corriente de oeste a este, siendo uno de los pocos ríos chilenos con esta característica. Las caminatas por este lugar pueden tomarte buena parte del día, en donde podrás maravillarte con la naturaleza, practicar deportes outdoor y aprender sobre el desarrollo turístico que llevan a cabo los residentes de la zona.

 

Mirador Ventisquero José Claro
Mirador Valle Ventisquero / ©José Claro

El turismo en Valle Ventisquero y sus alrededores se caracteriza por ser de baja escala, pues tal industria no ha explotado aún la zona y a la fecha no mantiene un flujo grande de visitas. Es de mucho trekking y cabalgatas, con posibilidades de bajar el río en kayaks o balsas, hacer avistamiento de aves como el Chucao o el Fío Fío, realizar pesca con mosca, entre otras actividades. 

La comunidad local del sector es la que está detrás del desarrollo de cada una estas formas de turismo, convirtiendo al valle en un enclave donde predomina el turismo rural, sustentable e integral. 

Desde sus raíces

Como todo asentamiento, el Valle Ventisquero también tiene su historia. Fue a fines del siglo XIX (entre 1893 y 1899) cuando el geógrafo alemán Juan Steffen, realizador de numerosas investigaciones periciales en el lado occidental de la Patagonia, fue enviado a descubrir el origen del río Puelo. Aquí, escondido, este valle aparecía entre montañas custodiadas por glaciares y bajadas de ríos que junto a distintas propiedades geográficas propiciaban buenas condiciones para la actividad agrícola y ganadera. Fue así como los primeros colonos comenzaron a llegar desde Chile y Argentina a principios de 1920, siempre en busca de una nueva vida en torno a esta ocupación. Hoy en el valle viven alrededor de 25 personas, quienes tras años al ritmo del ganado y la huerta, han comenzado a incursionar y abrirse paso en la industria turística.

Mirador Rincón Bonito / ©José Claro
Mirador Rincón Bonito / ©José Claro

José Claro y Rodrigo Condeza, gestores de proyectos de conservación y turismo en la comuna, llevaron a cabo un estudio sociológico sobre esta zona con la intención de poner en valor la historia de este valle, de la gente local y de sus más antiguos pioneros. “Sin saber la historia del lugar no es posible proyectar una conservación consciente de su cultura y su naturaleza. Los lugares sin las personas son sólo lugares, los lugares con sus habitantes se convierten en experiencias enriquecedoras, al menos en estos remotos valles”, comenta Claro. Y agrega que el estudio, sin ser público aún, se realizó para observar cómo históricamente los asentamientos y sus distintas actividades han evolucionado en el tiempo, afirmando que siempre, sin importar el lugar, es la naturaleza la que entrega direcciones del entorno y su forma de relacionarse con ella. 

Valle Ventisquero / ©José Zegers
Valle Ventisquero / ©José Zegers

Turismo con comunidades locales

El turismo, la relativamente nueva rama programática de los residentes del valle, se ha convertido en la excusa ideal para generar nuevos emprendimientos y ampliar el horizonte económico del sector. Como fue mencionado, la actividad agrícola y ganadera fue evolucionando y fusionándose con el servicio al visitante, surgiendo así hosterías, cabañas, servicios de pesca, entre otras prestaciones.

Pilcheros en Valle Ventisquero José Zegers
Pilcheros en Valle Ventisquero / ©José Zegers

“Los únicos que hacen turismo allá son los locales”, cuenta José Zegers, dueño del Hostal Puelo Libre, ubicado en Puerto Urrutia. “Está recién partiendo, todo está en pañales. Es difícil hacer turismo allá sin el apoyo de ellos”, agrega. 

©José Zegers
©José Zegers

Claro comenta que la comunidad ve hoy con buenos ojos el turismo al ser una actividad complementaria a sus labores diarias. Y doña Bernardita Alegría, colona y pionera del turismo en Valle Ventisquero, comparte plenamente sus dichos: “Prefiero que haya más turismo, ya que hay mucha gente que quiere trabajar en eso, porque es lo que está dando más (plata). Hay mucha gente que puede emprender con eso. Ya no hay otra manera de surgir, ya los animales no valen, no dejan cortar los montes, entonces hay que buscar por el otro lado (turismo)”.

Doña Bernardita Alegría / José Claro
Doña Bernardita Alegría / ©José Claro

Alegría es una de las tantas personas que han incorporado los servicios de turismo en sus ofertas cotidianas, ofreciendo hospedaje y camping. Así como ella, Fredy Alvarado tiene otro camping en el sector del Toro (pequeño valle transversal al Valle Ventisquero), Tito Cuevas ofrece cabalgatas y así, de esta forma, los lugareños alzan sus mejores propuestas ante esta transformación sociológica que demanda nuevas e integrales costumbres.

Vadeando el río Ventisquero / ©José Claro
Vadeando el río Ventisquero / ©José Claro

Junto a esto, gente como Zegers y Claro se han propuesto potenciar esta industria, pero siempre bajo los parámetros de la conservación del lugar y el apoyo a las comunidades locales. Zegers, además de su hospedaje, ofrece servicios de excursiones: “El viaje más rico que hacemos nosotros es un caminata de día completo hacia dentro del valle. Se llega al fondo a alojar a la casa de doña Bernardita Alegría. Gran parte de la experiencia es llegar a dormir a su casa. La señora es una maravilla y te espera con una comidita rica y al otro día un buen desayuno con pancito amasado”.

Río Ventisquero / ©José Claro
Río Ventisquero / ©José Claro

A aquellos que les guste navegar, está la opción de subir con kayak inflable o packraft para luego descender por el río. Se realiza en conjunto con lugareños que ayudan a llevar las cosas con pilcheros para luego bajar el río Ventisquero hasta su encuentro con el río Puelo, o seguir hasta Puerto Urrutia.

Descenso del río Ventisquero José Zegers 3
Descenso del río Ventisquero / ©José Zegers

Por su parte, Claro cuenta también con una casa sustentable de huéspedes en el campo Rincón Bonito de 116 hectáreas, ubicado en el sector río Universo, la cual tiene fines de conservación mediante un turismo de baja escala: “Es una casa off the grid, alimentado por energía 100% renovable. Luz eléctrica por paneles solares y una pequeña hidro, calefacción por paneles solares de aire caliente y agua caliente por paneles termosolares. Además posee cocina a leña y ofrece un turismo agro, donde puedes cosechar alimentos de la huerta y del invernadero que tenemos. Se pueden conseguir hongos morchellas que crecen en el bosque entre septiembre y octubre. Y sumado a esto, tenemos cordero de nuestra propia crianza”.

Casa Huesped Rincón Bonito / ©José Claro
Casa Huesped Rincón Bonito / ©José Claro
Invernaderos Rincón Bonito / ©José Claro
Invernaderos Rincón Bonito / ©José Claro

Todo los servicios ofrecidos van de la mano con la comunidad zonal, en donde se promueve siempre el turismo integral, tercerizando con vecinos expertos en cada tema propuesto.

Datos

*Para mayor información sobre el Hostal Puelo Libre, haz click aquí.

*Rincón Bonito es un campo que fue habilitado en su mayoría por Douglas Tompkins y luego comprado por los hermanos Fernanda y José Claro en el año 2013. Desde entonces se ha habilitado infraestructura, mantenimientos, construcción de una casa de huéspedes y más de 12 km de senderos internos que recorren más de 2.000 metros de orilla del río Ventisquero y sus miradores al valle a más de 1.000 metros de altura sobre el campo. Para mayor información, haz click aquí.

¿Y qué se puede hacer por estos lados?

El Valle Ventisquero y sus cercanías cuenta con muchas alternativas para distraerse, relajarse, aprender y admirar. Además de todo lo dicho, donde resaltan las actividades al aire libre como rafting, trekking y cabalgatas, se puede tener una experiencia con la cultura gaucha campesina del lugar. “Sin la gente local el valle pierde un encanto vital que hacen de este lugar, un lugar mágico. Puedes compartir un rico asado de cordero o jabalí con la gente, todo acompañado de una buena cerveza artesanal llamada “Leganto”, que hacen nuestros vecinos, la familia Gallardo”, dice Claro. Esta cervecería es una de las cinco que se encuentran en la cuenca del Puelo y la única de Valle Ventisquero. “Si hay suerte se puede probar la chicha de manzana que hacen los vecinos. Muy refrescante ambas para los días de calor”, suma.

Descenso del río Ventisquero / ©José Zegers
Descenso del río Ventisquero / ©José Zegers
Río Ventisquero José Claro
Río Ventisquero / ©José Claro

Una de las mayores gracias de este valle es su condición de remota, lo que lo hace difícil de llegar y, a la vez, difícil de conocer. “Es el lugar que queda más virgen de la zona, en el sentido de que no llega gente, exceptuando a los locales. No es como que lo vayas a encontrar en una guía de trekking y no lo puedes creer, te metes por este valle y empiezas a andar y andar y cada vez se va poniendo más lindo”, comenta Zegers. Frente a esto, es importante advertir que no se recomienda realizar la travesía sin un guía local o persona que conozca la zona, pues debido a su terreno desconocido es fácil perderse.

Valle Ventisquero / ©José Zegers
Valle Ventisquero / ©José Zegers

El Valle Ventisquero lo puedes recorrer a caballo, caminando o flotando. El sendero de acceso comienza en la zona de Primer Corral, donde puedes arrendar caballos a los arrieros de la zona. El camino te lleva por excelentes miradores al río Ventisquero y a los destacables  glaciares colgantes.

La cuenca del Puelo tiene muchos ríos, valles y lagos por lo que el paisaje es llamativo en cada rincón que se recorre. Algunos de los principales atractivos de la zona son Llanada Grande y su gran salto de agua, los lagos Azul, Las Rocas e Inferior, el Valle de las Horquetas y Ventisquero. Además, Puerto Urrutia es un sector a orillas del río Puelo que muestra la majestuosidad del afluente. Por último, la pasarela de este río, recién restaurada por la ayuda y colaboración de vecinos, es un hito histórico que no se puede dejar de visitar.

Valle Ventisquero / ©José Claro
Valle Ventisquero / ©José Claro

¿Para cuándo los pasajes?

La zona puede ser visitada durante todo el año, siempre que se tenga en cuenta que en ciertas temporadas las condiciones pueden ser más severas. Debido a su régimen fluvio-nival, el ventisquero crece mucho durante la primavera e inicios del verano, lo que puede dificultar las travesías.

“Es un lugar especial para la tranquilidad pero bastante inhóspito gran parte del año. Tiene estaciones muy marcadas y los inviernos pueden ser largos, fríos y solitarios. Los tábanos y coliguachos hacen lo suyo en el verano y su constante lluvia hacen del Valle Ventisquero un lugar no tan fácil como muchos pensarían”, advierte Claro.

Mirador Valle Ventisquero / ©José Claro
Mirador Valle Ventisquero / ©José Claro

Aún así, este rincón patagónico mayormente escondido merece ser conocido y disfrutado. “Vengan, siempre serán bienvenidos mientras se porten bien, tengan respeto, se lleven todo lo que traigan, no boten basura y cuiden el lugar”, finaliza Bernardita Alegría.

* Recuerda siempre que debes averiguar sobre los lugares que viajas antes de emprender rumbo.

* No alimentes a la fauna que verás en el lugar, no contamines los cursos de agua, no prendas fuego en lugares no autorizados, si pescas preocúpate de devolverlo, llévate tu basura y maneja lento y con cuidado.

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