La imagen de Pablo Valenzuela nos resume todo (aquí su relato). Ubicado a cerca de 70 kilómetros al sur de Punta Arenas, específicamente en la península Brunswick, este mirador del fin del mundo, situado en la cima del monte Tarn, nos enseña la última cadena de montañas de la zona más austral del planeta, donde podemos identificar el Estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego y las Islas Dawson.

El monte está inmerso entre diversas atracciones turísticas y que hacen que sea parte de una excursión complementada con lugares como la laguna Parrillar o el río San Juan.

Es un trekking de dificultad media-alta, pero que no requiere de equipamiento avanzado y su duración es de 3 horas 30 minutos en ascenso y 2:30 de bajada. Se recomienda salir muy temprano y en auto desde Punta Arenas (que está a una hora) para aprovechar el día, aunque también se recomienda acampar un par de días para seguir recorriendo las playas aledañas.

Tal como nos cuenta en su artículo, Jaime Gajardo nos invita a conocer Chile Chico en mayor profundidad y dejando de lado su condición de “ciudad de paso”. A solo 25 kilómetros de esta ciudad, poseedora de un legado cultural hasta ahora no muy conocido, se encuentra Piedra Clavada, que es parte de un circuito conformado por las Cuevas de las Manos y el Valle Lunar, localizado dentro de la Reserva Nacional Laguna Jeinimeni.

Es un paseo relativamente fácil, pero que necesita de un día completo, en el que producto del microclima, se puede pasar rápidamente del verano al invierno en un abrir y cerrar de ojos. No obstante, una vez ahí, las panorámicas en altura del lago General Carrera y la danza de colores que significa recorrer la reserva, son alucinantes.

Para tener más detalles de la visita, recomendamos altamente leer este post.

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