Tiburón martillo en aguas de Venezuela. Crédito: © Cortesía/CITV
Tiburón martillo en aguas de Venezuela. Crédito: © Cortesía/CITV

Autoridades en Venezuela han anunciado el desmantelamiento de una red de tráfico que había cazado a cerca de 900 tiburones y pretendía exportar al menos 860 kilogramos de aletas por vía marítima hacia Hong Kong. La Fiscalía General del país calculó que el cargamento tenía un valor estimado en 250 mil dólares estadounidenses. En el procedimiento resultaron detenidos dos funcionarios del  Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura (Insopesca) que habían participado de manera cómplice facilitando la falsificación de permisos de exportación. También hay otras dos órdenes de captura. El cargamento era propiedad de una empresa llamada Distribuidora KRM.

Funcionarios de la Guardia Nacional (GN) adscritos a la Coordinación de Guardería Ambiental del estado Vargas —en la costa venezolana— en conjunto con funcionarios del Ministerio de Ecosocialismo y del Ministerio para Pesca y Acuicultura, verificaron una solicitud de permiso de exportación de productos hidrobiológicos a la empresa Distribuidora KRM. En el momento de la inspección se percataron de que se trataba de una carga de 860 kilos de aletas de tiburón de diferentes especies, la cual se pretendía realizar de manera fraudulenta, al comprobarse que se habían forjado diferentes permisos, razón por la que dio notificación al Ministerio Público.

Una aleta de tiburón en el cargamento que iba a ser enviado a Hong Kong. Crédito: Cortesía.
Una aleta de tiburón en el cargamento que iba a ser enviado a Hong Kong. Crédito: Cortesía.

Tarek William Saab, el fiscal general del país, reveló que el caso guarda relación directa con una investigación que se venía desarrollando en la Fiscalía 89ª Nacional en Defensa Ambiental, iniciada tras recibirse información oficial de la Autoridad Administrativa de la  (CITES) de Hong Kong. Saab aseguró que esta información «refería la llegada a Hong Kong de una exportación de caballitos de mar y aletas de tiburón proveniente de Venezuela, la cual iba amparada con un Registro Cites que presentaba irregularidades«.

Explicó que durante la fase inicial de investigación adelantada por el MP, se comprobó la participación en varias exportaciones fraudulentas de la empresa Distribuidora KRM, que era utilizada de fachada para pretender legalizar estos hechos delictivos que atentan contra los ecosistemas y la fauna marina en el país: «Para reunir 860 kilogramos de aleta de tiburón estas personas debieron sacrificar un aproximado de 900 tiburones de diferentes tallas«.

El cargamento con 860 kilogramos de aletas de tiburón. Crédito: Cortesía
El cargamento con 860 kilogramos de aletas de tiburón. Crédito: Cortesía

Saab resaltó que «se trata de un delito internacional como es el tráfico ilegal de especies en peligro de extinción o amenazadas«. Este cargamento de aletas de tiburón está valorado en el mercado internacional en unos 250 mil dólares. Entre las acciones emprendidas por el MP, resaltó «los allanamientos que se están realizando en este momento en el estado La Guaira, a los fines de colectar elementos de interés criminalístico que permitan la desarticulación completa de esta banda«.

Por este caso el Ministerio Público logró privativa de libertad a Moisés Echarry, Luis Capitillo y José Robaina; así como una medida cautelar para Gabriel McConlley, por contrabando agravado, asociación para delinquir, pesca ilícita y forjamiento de documento público. Asimismo, las investigaciones arrojaron además la participación de dos funcionarios de Insopesca, quienes se encargaban de otorgar los permisos irregulares.

Mafias y participación de empresas chinas

Al menos 60 especies de tiburones se alimentan en las aguas de las costas y mar territorial de Venezuela, algunas de estas son endémicas. Otras migran a las aguas cálidas del Caribe si hay abundancia de alimentos. En el último inventario o censo realizado en 2019 había cerca de 80 especies. Los tiburones son los grandes depredadores oceánicos y su comportamiento es migratorios. Se acercan a la costa en algunos momentos, como el tiburón tigre, maco, martillo.

Generalmente se mantienen en aguas más profundas, pero solo se acercan a la costa cuando hay abundancia de presas, durante el período de atunes. Se ven con cierta frecuencia en la pesquería, especialmente por pesca incidental. Pero tienen desplazamientos muy grandes. Las corrientes varían en el año y arrastran nutrientes de los fondos y alimentan toda la cadena atrófica. La expresión del agua fría se manifiesta en la abundancia de peces debido a que las corrientes arrastran nutrientes para peces y esto propicia la presencia de tiburones.

Aleta de tiburón incautada en Venezuela durante operativo. Crédito: Cortesía.
Aleta de tiburón incautada en Venezuela durante operativo. Crédito: Cortesía.

La crisis económica en este país y la presencia cada vez mayor de empresas chinas da impulso a mecanismos ilegales y la formación de mafias para la extracción de recursos marinos. «Hay muchos empresas chinas que tienen permiso para exportar cualquier tipo de artículo y material desde Venezuela. Estas empresas tienen un trato especial y cuentan con gran poder económico. Los sobornos son altos en un contexto en el que los salarios son muy bajos, por lo que hay toda una cadena de corrupción desde altos cargos hasta funcionarios de base. En los cargamentos se ven la guías de movilización y documentación. Pero es preciso la revisión e inspección de todo. Si no revisas todas las cajas con la exportación, no estás haciendo un trabajo exhaustivo«, revela una fuente vinculada al operativo que prefirió no ser mencionada por temor a represalias y amenazas.

Esta misma fuente también cuestiona la venta ilegal de fauna marina y material hidrobiológico en algunos centros de la capital del país, Caracas, como lo es el Mercado Chino, en el que —según el denunciante— es posible encontrar aletas, caballitos de mar, entre otras cosas. «Cuando no haya tiburones, las demás pesquerías van a colapsar. El tiburón cumple una función biológica. Cuando una persona está enferma, se aísla para que se contagie a otras personas. Los tiburones hacen lo mismo, cuando hay un pez enfermo, el tiburón se lo come y evita la propagación. Estos animales tienen 400 millones de años de evolución. Por primera vez estamos diezmando a los depredadores y esto significa un colapso de las pesquerías de manera impredecible. Atenta contra nuestra propia supervivencia. Destruir a los tiburones es estúpido. Es muy grave«.

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