Tortugas marinas en Chile: ¿novedad o desconocimiento?
Las tortugas marinas se asocian a zonas tropicales y aguas cálidas. No obstante, en Chile habitan 5 de las 7 especies que existen en el mundo. En el Día Mundial de las Tortugas Marinas, Joseph Julca, Carol Medrano y Carla Pavez, de la ONG QARAPARA, nos cuentan aquí la historia de la presencia de las tortugas en este país, lugar que cuenta con uno de sus registros más antiguos.
La presencia de tortugas marinas en Chile puede resultar algo inesperado para muchos, ya que la fría corriente de Humboldt que baña las costas del país nos aleja del pensamiento de que las tortugas marinas se encuentran en aguas cálidas. Sin embargo, la presencia de estos animales no es algo reciente: el registro de una mandíbula correspondiente al extinto género Osteopygis encontrada en la Formación Quiriquina, Región del BioBío, es uno de los más antiguos, datando en el Mesozoico, es decir, de 251 a 66 millones de años atrás.
Estos reptiles marinos no pasaron inadvertidos para el humano. Su relación no era únicamente con fines alimenticios, sino que también para el uso de materias primas, además de ser importantes en cuanto a la cultura y visión cosmológica de algunos lugares. En el año 1943, en el desierto de Atacama y lo que ahora es la Región de Arica y Parinacota, se hallaron restos de mandíbula utilizados como colgantes y pendientes. Yendo más hacia el sur, en la Región de Antofagasta, específicamente al sur de El Médano, se exhiben pictografías que representan balsas arrastrando cetáceos, tortugas, entre otros animales marinos.
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Las islas no son la excepción de esta interacción, y Rapa Nui es ejemplo de ello. En este lugar existen registros de leyendas, mitos y petroglifos en torno a las tortugas marinas, nada extraño para las islas polinésicas, donde el consumo de estos reptiles era común entre sacerdotes y reyes. Por otra parte, fueron encontrados rastros de estos animales cerca de los artefactos más antiguos descritos para este lugar.
Más adelante, en 1782, el investigador Abate Molina fue el primero en describir la presencia de tortugas marinas en Chile. Varios años después, en 1887, Phillippi indica que la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) estaba presente en nuestro país y posteriormente suma a este registro los géneros que en la actualidad corresponderían a Chelonia, Lepidochelys y Caretta, los cuales representarían a la tortuga verde, olivácea y cabezona en el presente. Es importante mencionar que durante todos estos años se ha generado un amplio debate sobre las diferentes especies que existen en nuestras costas, dado que algunos investigadores iban describiendo más de una especie para lo que hoy representarían sólo a una. Este es un fenómeno usual en la ciencia, puesto que los géneros y las especies van variando incluso en la modernidad. Un ejemplo de ello es el caso de la tortuga cabezona, cuyo nombre científico corresponde actualmente a Caretta caretta, pero que en algún momento fue descrita como Thalassochelys, abarcando a las especies Thalassochelys tarapacana y Thalassochelys controversa para nuestro país.
Así, la historia de la presencia de tortugas marinas en Chile ha sido ampliamente debatida por diversos investigadores y continúa escribiéndose. En el año 2015 se evidenció, mediante registros fotográficos, la presencia de la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) en Rapa Nui, siendo el único sitio en Chile, al menos por ahora, donde se encuentra descrita dicha especie.
Es así como a nuestro país, aunque suene difícil creerlo, vienen a alimentarse 5 de las 7 especies de tortugas marinas, las cuales son consideradas especies cosmopolitas por encontrarse en aguas tropicales y subtropicales, en todos los océanos del mundo. Para las otras dos especies su distribución es restringida: la tortuga plana (Natator depressus) en Nueva Zelanda; y la tortuga lora (Lepidochelys kempii) en el Caribe y México. A pesar de que en Chile no exista reproducción de estos reptiles, la alimentación es una etapa fundamental en el desarrollo de las tortugas marinas, por lo que protegerlos de manera internacional es sumamente importante, sobretodo debido a que todas estas especies se encuentran en alguna categoría de conservación, tanto a nivel nacional como mundial.