Alarma mundial ha generado el denominado COVID-19, la enfermedad infecciosa causada por un coronavirus recién descubierto que se ha expandido por distintos países y continentes luego de que estallara el brote en diciembre de 2019 en Wuhan, China, convirtiéndose de esa forma en una pandemia.

En el caso de Chile, se han reportado – hasta el cierre de esta nota – 156 personas contagiadas, lo que motivó el inicio de la fase cuatro, que se refiere a la etapa en la que se produce circulación viral y dispersión comunitaria de la enfermedad.

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Frente a este complejo escenario, una de las preocupaciones más recurrentes, además de la salud humana, tiene relación con animales de compañía como perros y gatos. Es así como en otros países se ha visto que sus tutores les ponen mascarillas, para evitar que se contagien, o incluso que algunas familias los han abandonado ante el temor de zoonosis, es decir, de que la enfermedad se transmita desde animales a seres humanos.

No obstante, los expertos y organismos internacionales han hecho hincapié en que no existe evidencia científica en la actualidad que demuestre que canes y felinos domésticos puedan transmitir COVID-19 a los humanos.

Así lo informó la Organización Mundial de la Salud en su sitio oficial: “Si bien ha habido una instancia de un perro infectado en Hong Kong, hasta la fecha, no hay evidencia de que un perro, gato o cualquier mascota pueda transmitir COVID-19. COVID-19 se transmite principalmente a través de gotas producidas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla”.

Perro pomerania Сергей Корчанов en Pixabay
Perro de Pomerania (referencial) ©Сергей Корчанов | Pixabay

La institución se refiere al caso de un perro de raza pomerania que fue puesto en cuarentena el 26 de febrero pasado al dar un «positivo débil» por coronavirus en Hong Kong, después de que su humano fuera hospitalizado por COVID-19. El can no mostró síntomas, pero motivó a la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) a actualizar sus recomendaciones para resguardar tanto a las mascotas como a sus familias.

“En el caso de los perros y gatos, de momento, no se ha descrito ningún tipo de aparición de coronavirus zoonótico hasta la fecha”, subraya Paulo Lubi, médico veterinario de la Universidad de Chile, quien actualmente es docente en el área de medicina interna felina en las universidades de las Américas y Santo Tomás.

El también especialista en Clinicats de Viña del Mar reconoce que los virus son difíciles de predecir, pero “todos estos virus tienen una capacidad de mutar, y esa capacidad de mutar les puede conferir diferentes propiedades tanto de patogenicidad o también la posibilidad de saltar de una especie a otra, entonces, de momento con los antecedentes que hay no se podría concluir que pudiese eventualmente afectar a las mascotas”.

Tatiana Аzatskaya ©Pexels
Tatiana Аzatskaya ©Pexels

Recordemos que los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en humanos como en otras especies de animales. En nuestro caso, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS por sus siglas en inglés) y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS).

Al respecto, el médico veterinario detalla que “en el caso de los brotes anteriores, tanto en el MERS y SARS, que fueron infecciones respiratorias similares a la actual, los reservorios han sido animales silvestres.  En el caso del SARS eran las civetas, y en el caso del MERS los dromedarios. En el caso de los perros y gatos no se ha descrito ningún tipo de aparición de coronavirus zoonótico hasta la fecha”.

El síndrome respiratorio de Oriente Medio es una enfermedad respiratoria vírica provocada por un coronavirus que fue detectado por primera vez en Arabia Saudita en 2012. Se presume que fue transmitido por camellos a los pobladores locales.

Por otro lado, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo fue trasmitido probablemente por la civeta del Himalaya, especie que es consumida por las comunidades locales. La infección produjo 8.422 enfermos y 916 muertes desde noviembre de 2002 hasta finales de junio de 2003 en casi una treintena de países de los cinco continentes, por lo que fue denominada como la primera pandemia del siglo XXI.

En cuanto al nuevo coronavirus descubierto en diciembre de 2019, no existe claridad absoluta sobre su origen, por lo que todavía se barajan distintas hipótesis, entre ellas que el virus saltó desde un murciélago a los humanos en el mercado de Wuhan, donde vendían diversas especies de fauna silvestre para consumo humano.

En ese sentido, para Lubi hay que “entender que el coronavirus es una infección zoonótica, eso sí es verdad, se transmite de animales hacia personas. Pasa lo mismo con la influenza, que son ciertas cepas que mutan y generan la capacidad de infectar a humanos, o que los humanos toman contacto con estos virus con los que no habían tomado contacto con anterioridad”.

Pero ¿existen los coronavirus en perros y gatos?

La respuesta es afirmativa.

Si bien se han identificado coronavirus que afectan a canes y felinos domésticos, nunca se ha reportado que sean transmisibles al ser humano.

©Helena Lopes | Pexels
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A modo de ejemplo, se encuentra el coronavirus entérico felino, el cual puede provocar Peritonitis Infecciosa Felina (PIF) en gatos, desencadenando una alta tasa de mortalidad en estos animales.

“En el caso del gato esta enfermedad se ha reportado hace bastante tiempo. En Chile más o menos desde el año 90 que tenemos casos de coronavirus felino descrito, pero de momento no hay ningún antecedente de zoonosis”, aclara Lubi.

Lo que sí ocurre, en ocasiones similares, es el contagio desde humanos a felinos.

El académico explica que “en el caso de los gatos tenemos el antecedente no menor de que algunos brotes de influenza los han afectado, generándoles cuadros respiratorios bastante severos, muy similares. Incluso se ha descrito que algunas cepas de influenza tienen una tasa de mortalidad más alta en gatos que en humanos, entonces en general siempre cuando un dueño está resfriado se recomienda ojalá no tomar contacto con sus mascotas”.

veterinarian- Mirko Sajkov en Pixabay
©Mirko Sajkov |Pixabay

Sin embargo, el uso de elementos como mascarillas es inservible para estos animales. Lejos de ayudarlos, puede generarles incomodidad y estrés. Es importante precisar, además, que el uso de mascarillas no sirve para la población humana general asintomática (sin síntomas), pudiendo inclusive aumentar el riesgo de contagio al tocarse la cara.

Por todos los antecedentes mencionados, y en vista de la falta de conocimiento sobre el nuevo COVID-19, Lubi agrega que “en el caso de que una persona esté contagiada con coronavirus, la recomendación sería que ojalá evitase de todas formas el contacto con las mascotas, debido a que no sabemos cómo puede seguir evolucionando la mutación de este virus, o si adquiere la capacidad de multiplicarse en perros y en gatos”.

En la misma línea, desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) aseguran que se “debe restringir el contacto con mascotas y otros animales mientras esté enfermo con COVID-19, tal como lo haría con otras personas. Aunque no ha habido informes de mascotas u otros animales que se enfermen con COVID-19, aún se recomienda que las personas enfermas con COVID-19 limiten el contacto con los animales hasta que se sepa más información sobre el virus”.

Eso incluye evitar acciones como acariciar, acurrucarse, compartir comida y ser besado o lamido por el can o felino.

©Pexels
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Además, el lavado prolijo de manos antes y después de interactuar con las mascotas, y el uso de mascarilla, son medidas fundamentales si el paciente no cuenta con la colaboración de otros miembros de la familia para proporcionar los cuidados básicos al perro o gato, o no tiene la posibilidad de alejarse considerablemente por limitaciones espaciales.

La limpieza de manos y superficies se recomienda incluso para aquellos que no están enfermos, pero que arriban al hogar después de estar expuestos a distintos contaminantes y factores de riesgo, como por ejemplo el transporte público.

También sería recomendable extender el aislamiento social no solo para velar por nosotros mismos, sino también por el resto.

Lubi sostiene que es importante mantenerlos en cuarentena en estos tiempos de pandemia: “En el caso de los gatos ojalá no salgan al vecindario, si es que son gatos que salen a los techos. Ojalá mantenerlos confinados. En el caso de los perros obviamente es distinto porque tienen que salir a pasear constantemente durante el día, por lo que la precaución sería que no tomasen contacto con las personas. Evitar el saludo entre personas está descrito como una maniobra de prevención de la infección. En el caso de los perros y gatos es lo mismo”.

 

 

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