Una pandemia, un planeta en aprietos y ahora una “mortífera” avispa. Lo que pareciera ser un nuevo episodio de Los Simpson tiene esta vez en el centro de la noticia a la avispa gigante asiática (Vespa mandarinia), una especie oriunda de Asia que ha sido viralizada por los medios como la protagonista de una gran “invasión” en Estados Unidos en tiempos de coronavirus.

Avispa asiática ©LiCheng Shih
Avispa asiática ©LiCheng Shih / Flickr

Sin embargo, la difusión mediática de este insecto ha estado marcada por la información errónea o imprecisa, y por la confusión de esta con otras especies que ha incluido, por ejemplo, el uso de imágenes de insectos nativos de Chile como el supuesto retrato de la avispa. El alarmismo ha sido tanto, que incluso medios nacionales han informado durante estos días del “posible arribo” de la avispa gigante asiática a Chile, basándose en un video publicado en redes sociales donde se muestra a otra especie de avispa exótica (Vespa orientalis) atrapada en un recipiente, por lo que tal afirmación fue desmentida por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).

Todo lo anterior ha generado no solo una paranoia innecesaria en la población, sino también un alto nivel de desinformación y una comprensión inadecuada sobre el problema de fondo: la introducción de especies exóticas en un ecosistema ajeno.

“Creo que las principales falsedades e imprecisiones están relacionadas con palabras como ‘asesina’ y con relatos de personas que supuestamente habrían encontrado a esta especie en Chile. Eso porque las avispas gigantes asiáticas no buscan atacar a las personas. Si lo hacen es para defenderse, además de que el efecto de su toxina es un poco más potente que el de otras especies que ya conocemos, como las chaquetas amarillas, y solo pueden generar casos más graves en personas alérgicas”, aclara Rodrigo de Oliveira Araujo, académico del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule de la Universidad Católica de Maule, quien trabaja en el registro y descripción de nuevas especies de avispas en el Laboratorio de Ecología de Abejas de la misma casa de estudios.

El entomólogo brasileño agrega que “a diferencia de la chaqueta amarilla, la avispa gigante asiática todavía no ha llegado a Chile y los relatos corresponden a otras especies. La verdad es que realmente se tratan de avispas grandes, con cerca de 4 centímetros, además de que poseen un comportamiento depredador voraz que sí puede afectar a la biodiversidad nativa y a la apicultura, pues unos pocos individuos pueden eliminar paneles enteros de abejas de miel”.

Para entender este caso, es importante señalar que la avispa gigante asiática habita en zonas boscosas y montañosas bajas en Asia del Este, siendo muy común en países como Japón. Efectivamente, ostentan un gran tamaño que inspira su nombre popular, con un cuerpo que puede medir entre 4 y 5 cm, sin contar la longitud de las alas, siendo las reinas considerablemente más grandes que el resto de los integrantes de la colonia. Precisamente, se trata de una especie eusocial, es decir, su estructura social es colonial y compleja.

Aunque la difusión de esta noticia comenzó hace pocos días, el hallazgo de esta avispa asiática en Norteamérica se remonta a septiembre de 2019, cuando un solo nido de esta especie fue detectado en una pequeña localidad de Canadá. Luego, durante diciembre del mismo año se reportó su presencia en dos ocasiones en el estado de Washington, Estados Unidos, junto a dos reportes adicionales cuya veracidad no pudo confirmarse.

Hasta el momento, todo hace presumir que habría llegado accidentalmente a través de alguna embarcación, una vía de transporte muy común que, históricamente, ha trasladado a diversas criaturas exóticas entre todos los continentes fuera de su distribución natural.

Avispa gigante asiática ©t-mizo / Flickr
Avispa gigante asiática ©t-mizo / Flickr

¿Cuáles son los potenciales riesgos?

Dentro de los principales temores se encuentra su supuesta letalidad. Se estima que en Japón las muertes de humanos por ataques de esta avispa oscilan entre las 30 y 50 personas al año, lo cual es relevante de considerar como a cualquier picadura o mordedura de otros animales, en especial en personas alérgicas o cuando se trata de muchos ejemplares en un evento de este tipo, pero no es estadísticamente superior si lo comparamos con otras criaturas.

En realidad, el peligro más directo lo enfrentaría la fauna silvestre, como los insectos nativos, o actividades económicas sustentadas en especies domesticadas como la abeja de la miel, la cual recordemos no es autóctona de Chile.

En ese sentido, los potenciales efectos de la llegada del avispón asiático a otro continente serían similares a los que ocurren cuando la acción humana accidental o intencional mueve a la flora, fauna o funga fuera de su distribución natural, en cualquier parte del mundo, incluyendo a Chile, donde la introducción de insectos exóticos como la avispa chaqueta amarilla (Vespula germanica) y el abejorro europeo (Bombus terrestris) ha desencadenado un impacto significativo en la fauna nativa al competir por recursos, transmitir enfermedades o patógenos, y/o al depredarla.

En el caso de las avispas gigantes asiáticas, el taxónomo de la Universidad Católica del Maule cuenta que, efectivamente, “son depredadoras por excelencia, tienen mandíbulas largas y comportamiento agresivo para con otros invertebrados, así que representan un riesgo directo por atacar y matar a otros insectos, además de riesgos indirectos, ya que asociada a su presencia llegan también microorganismos que ellos puedan transportar en su cuerpo y que pueden también afectar la fauna nativa del país en la cual es introducida. Otro factor indirecto relevante es la competición por recursos: la presencia de un depredador tan eficiente puede desequilibrar un ecosistema y resultar en la extinción de especies locales”.

Entonces, ¿qué podría suceder si llegaran a Chile?

Tal como ha sucedido con otras especies mencionadas, las más afectados serían los animales nativos, no así los humanos que habitamos este territorio.

“En el caso hipotético de que logren alcanzar a Chile, su efecto sería posiblemente más dañino todavía de lo que observamos con la introducción de la Vespula germanica, que también es una gran depredadora: representaría una amenaza potente para las especies nativas, y su comportamiento voraz y gran tamaño le permite eliminar paneles enteros de abejas de miel rápidamente, lo que tendría una consecuencia negativa considerable para los apicultores”.

Avispa gigante asiática Vespa mandarinia ©LiCheng Shih / Flickr
Avispa gigante asiática ©LiCheng Shih / Flickr

No obstante, el investigador advierte que en Estados Unidos se están movilizando grandes esfuerzos para impedir que la avispa gigante asiática amplíe su distribución, lo que disminuye las probabilidades de que este insecto pueda cruzar sus fronteras. “Por otro lado, sí existe la posibilidad de que esa especie pueda llegar a Chile, por ejemplo, a través de un medio de transporte proveniente desde un lugar donde su presencia es confirmada, eso sería la opción más factible, pero es muy poco probable que ocurra”, sostiene.

El científico agrega que “los efectos de la introducción de una especie exótica casi nunca son positivos para los ecosistemas afectados. Eso porque los ecosistemas tienen sus propias especies nativas, que interactúan entre sí desde miles y miles de años, desarrollando interacciones muy específicas y, algunas veces, obligatorias para su sobrevivencia.  La introducción de una especie exótica e invasora, de cierta manera, rompe el equilibro del ecosistema, lo que puede resultar incluso en la extinción de especies nativas”.

Ojo con las confusiones: ¡cuida a las avispas nativas!

El uso incorrecto de imágenes por parte de los medios e, incluso, videos como el que alertaba sobre la supuesta llegada de la avispa asiática, destapan otro factor de riesgo: las posibles represalias y confusiones que podrían ir en desmedro de insectos como las avispas autóctonas del país.

Un aspecto poco conocido es que en Chile existen cientos de especies de avispas autóctonas, ya sean nativas y endémicas (exclusivas) del país, que presentan diversos tamaños, colores y comportamientos.

Avispa nativa de Chile Sphex latreillei ©Vicente Valdés
Avispa nativa de Chile (Sphex latreillei) ©Vicente Valdés

De Oliveira Araujo detalla que “algunas especies nativas son depredadoras y ayudan a mantener el equilibro en ecosistemas locales, en las cuales actúan controlando poblaciones de otros insectos desde hace mucho tiempo. Existen también otras avispas que son llamadas parasitoides, pues ellas posen aguijones especiales que sirven para poner sus huevos dentro de otros artrópodos, y que son importantes desde el punto de vista del control biológico de plagas agrícolas”.

En ese sentido, el investigador profundiza: “Debemos considerar que estamos todos más sensibles por el tema de la pandemia, pero también reconocer que la paranoia que acompaña la noticia de la avispa asesina representa un mayor riesgo para los insectos nativos, pues muchas personas no profundizan en el tema y piensan que las avispas gigante asiáticas las pueden atacar y matar, y por falta de conocimiento empiezan a capturar y matar insectos de la fauna nativa, convirtiéndose ellas mismas en un peligro para nuestra biodiversidad”.

Avispa endémica (única) de Chile Trachysphyrus sp ©Vicente Valdés
Avispa endémica (única) de Chile (Trachysphyrus sp.) ©Vicente Valdés

La falta de conocimiento y prolijidad ha sido tal, que incluso un medio masivo nacional publicó la noticia del avispón asiático utilizando la foto de una mosca florícola nacional que es, por tanto, beneficiosa para nuestra naturaleza.

“Resultados de esto se notan con innumerables reportajes sobre el tema de las avispas ‘asesinas’ que propagan informaciones equivocadas o que usan fotos de insectos que no corresponden a la avispa gigante asiática sino a otras especies de avispas, abejas y moscas nativas”, puntualiza.

Por todo lo anterior, el entomólogo reitera que “es importante aclarar que las avispas gigantes asiáticas no han llegado a Chile y no representan un potencial peligro para nuestra salud como aparece en algunos reportajes, y que tenemos que ser conscientes de que en nuestro país existe una gran diversidad de avispas, cada una con su propio rol en el ambiente, así que debemos cuidarlas”.

La relevancia de la ciencia

Casos como el de la avispa gigante asiática nos recuerdan no solo la necesidad de informarnos adecuadamente, sino también de impulsar políticas públicas y medidas de bioseguridad que protejan a la comunidad y al ecosistema local, evitando futuras introducciones y propagaciones de especies exóticas que se salgan de control.

Avispa nativa de Chile Ammophila rufipes ©Vicente Valdés
Avispa nativa de Chile (Ammophila rufipes) ©Vicente Valdés

El investigador del Laboratorio de Ecología de Abejas es enfático al señalar que “evitar la introducción de especies es más eficiente que controlarla, una vez que las medidas de contención son más costosas y, generalmente, menos eficientes. Actualmente el SAG ya hace la fiscalización fronteriza, mi sugerencia es que las autoridades responsables de la fiscalización puedan dialogar más con los especialistas y reforzar las medidas de protección de la fauna nativa”.

Otra deuda pendiente es la falta de inversión en la entomología y ciencia básica por parte de las instituciones competentes.

Trachysphyrus irinus ©Vicente Valdés
Avispa nativa de Chile (Trachysphyrus irinus) ©Vicente Valdés

El entomólogo sostiene que “actualmente, las investigaciones de áreas de conocimiento relacionadas con la identificación de la fauna chilena son consideradas secundarias o no importantes, lo que es grave pues implica que hay menos investigadores dedicados al tema y, por consecuencia, menos especialistas capaces de reaccionar ante la posibilidad de la introducción de especies exóticas de importancia económica o médica, o frente a la posible extinción de especies nativas”.

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