El cenote Taj Mahal en la Riviera maya. Crédito: © México Destinos
El cenote Taj Mahal en la Riviera maya. Crédito: © México Destinos

Los cenotes son pozos de agua de gran profundidad, que forman parte de sistemas de cuevas subterráneas de origen kárstico que se formaron durante siglos de meteorización, erosión y desintegración de minerales en roca. Aparecen en toda la Península de Yucatán, en México, país en el que son un atractivo turístico que además —en algunas áreas— están protegidos o se encuentran bajo un área protegida, y que son también objeto de intenso estudio por académicos investigadores y grupos de buceo que constantemente explora extensas áreas y redes de túneles inundados.

El vocablo «cenote» proviene del maya d’zonot que significa «hoyo con agua», pero estas estructuras están también en otros países, donde se les denomina agujeros azules. En Ladera Sur conversamos con el investigador Rafael López Martínez, PhD en Ciencias del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien además dirige un laboratorio de estudios de karst, quien nos contó sobre el origen y estudio de estas estructuras, además las amenazas y la importancia de protegerlos.

Crédito: © Plastic Oceans
Crédito: © Plastic Oceans

Existen distintos tipos de cenotes, según su clasificación: a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta. Estas cuevas o aberturas y su condición está directamente relacionada con la edad del cenote, siendo los más antiguos o maduros aquellos que se encuentran completamente abiertos y los más jóvenes los que todavía conservan su cúpula intacta.

«El karst es todo proceso o fenómeno de disolución de minerales en roca que forma las cuevas. Básicamente, acá en México le llaman cenote a cualquier cueva que está inundada, que tiene agua. Si miras la Península de Yucatán uno puede darse cuenta de que no hay ríos, eso es un reflejo de un nivel de karstificación muy grande. El agua ya no puede correr por superficie porque se infiltra directo y llega al acuífero. Los cenotes, en el estricto sentido si nos referimos a qué los mayas le llamaban cenote, es a la cueva que tiene agua y tiene una entrada y el agua está ahí mismo. Es un término que solamente se solamente se usa acá en México«, explica López.

Crédito: © Luz Mendoza/Unsplash
Crédito: © Luz Mendoza/Unsplash

También, un artículo del investigador Emiliano Monroy Ríos sobre este asunto también los define como: «El término cenote se emplea para designar cualquier espacio subterráneo con agua y que contenga una ventana hacia el exterior. El pueblo maya, que no solamente tenía el conocimiento de estas manifestaciones del terreno sino que los empleaba diariamente como fuente de agua y vida, los llamó ts’ono’ot o d’zonot, que significa «depósito de agua»».

Existen distintas teorías sobre el origen de estas formaciones. Algunas de estas están relacionadas al impacto, hace aproximadamente unos 65 a 70 millones de años de un meteorito que produjo el cráter de Chicxulub al chocar contra el planeta en lo que hoy es la península de Yucatán. Se cree que este meteorito, que según estimaciones medía 11 kilómetros de diámetro, fue el causante de la extinción masiva de los dinosaurios, poniendo punto final a la Era Mesozoica y creando —según esta teoría— la formación de este anillo de cenotes al fracturar las rocas de carbonato de calcio que conforman la plataforma peninsular.

El área conurbada de Tulum se encuentra entre dos extensos sistemas de cuevas subacuáticas llamados Sac Aktun y Ox Bel Ha. Datos: NASA/SRTM, INEGI, QRSS (2020).
El área conurbada de Tulum se encuentra entre dos extensos sistemas de cuevas subacuáticas llamados Sac Aktun y Ox Bel Ha. Datos: NASA/SRTM, INEGI, QRSS (2020).

Sobre el origen de los cenotes, López explica la perspectiva geológica y kárstica : «Las cuevas todas se forman por disolución de las rocas, en este caso son calizas. A las calizas, que son carbonato de calcio, son altamente solubles en agua, hablando en términos geológicos. Básicamente, todo esto ocurre porque hay agua que puede disolver el carbonato de calcio. En el caso de la Península de Yucatán completa, hay una sierra que se denomina la Sierra de Ticul, que divide el territorio en dos: Por un lado está el estado de Yucatán y hacia el noreste se encuentra Quintana Roo. Esas son rocas marinas, que son muy porosas, que son muy vastas o extensas y que llamamos plataformas carbonatadas. Si esas rocas se entierran y después se exhuman, a la superficie, pierden porosidad, pero en el caso de México, esta plataforma ha estado emergida desde hace algún tiempo, pero siempre ha sido muy somera (en la superficie)».

El otro fenómeno que entra en la ecuación es el agua, obviamente. Y esta está estrechamente vinculada a la erosión y la formación de estas estructuras y redes de túneles. López agrega que al estar la roca expuesta y sometida a la haloclina, la erosión y disolución ocurre en mayores niveles: «Como no hay compresión, la roca queda muy porosa. Y entonces tienes también dos lentes de agua, el primero de agua dulce, que flota en la superficie, y abajo la más densa, conformada de agua de mar con alta salinidad. Estas aguas no se mezclan y forman un fenómeno que se llama haloclina, que es muy agresiva con la roca porque las aguas están saturadas de carbonato de calcio y son plataformas de disolución y las cuevas hacia Quintana Roo se han formado por ese fenómeno«.

Crédito: Emiliano Monroy-Ríos (2015).
Crédito: Emiliano Monroy-Ríos (2015).

Por este fenómeno, en el que el agua marina, más densa que la dulce, puede penetrar por el fondo del sistema freático, hay cenotes en los que a partir de determinada profundidad el agua pasa de dulce a salada, incluso a muchos kilómetros de la costa. La haloclina también es la razón por la que el agua parece tan traslúcida o transparente, y que produce efectos visuales interesantes o sorprendentes porque, según López, cuando se bucea se puede ver todo muy claro hasta perder la sensación de que se está nadando en agua y sentir que se está flotando sin gravedad con excepción de que se puede apreciar o ver burbujas.

Crédito: © Top Yucatán
Crédito: © Top Yucatán

López, cuya especialidad son las rocas calcáreas y ha elaborado estudios relacionadas con el desarrollo y evolución de los fenómenos y formas kársticas en México, plantea que los cambios en los niveles del mar es un factor que ha influenciado la formación de las cuevas y la inundación o zonas de disolución. La presencia de dióxido de carbono, ha ocasionado también la acidificación de las aguas, que disuelve la roca y crea sistemas muy grandes de cuevas o sistemas, que en algunos casos alcanzan 500 kilómetros.

La exploración de los cenotes es una actividad que realizan instituciones académicas, instituciones y grupos de buceos, científicos e investigadores. El catastro o cartografía de estos sistemas está muchas veces en manos de privados. Otro de los factores es que mucho territorio está inexplorado por lo denso de la vegetación y lo profundo de la selva en algunas áreas. Pero de acuerdo con López no hay una política estatal de búsqueda o exploración de estas áreas. Se estima que hay entre 10 y 15 mil cenotes solo en la Península de Yucatán.

Ecosistemas amenazados

Crédito: © EFE Verde
Crédito: © EFE Verde

Los cenotes son sistemas sensibles a los cambios y contaminación. Aunque el colapso de las cúpulas está más vinculado a procesos naturales y no tanto así con actividad sísmica, sí existe una relación entre la contaminación del agua y la proliferación de materia orgánica. Para los mayas, los cenotes eran las únicas fuentes de agua dulce en la selva. Y esto ha permanecido así hasta la actualidad. Se estima que entre 70 y 80 por ciento de los cenotes en la Península de Yucatán padece algún grado de contaminación.

Algunas de las presiones más fuertes sobre estos ecosistemas son la explotación turística sin planes de manejo y sin la debida supervisión y control por parte de autoridades, la expansión de la mancha urbana, que muchas veces deja estos pozos en entornos residenciales o turísticos, y la poca planificación en cuanto a disposición de servicios sanitarios y de aguas servidas. Se ha documentado la presencia de plásticos, basura, residuos y descargas sanitarias en los pozos y redes de túneles.

López destaca que los cenotes son ecosistemas sensibles, que albergan gran cantidad de vida en invertebrados y vida microscópica, que además ha evolucionado aislada del resto del mundo, en entornos muy complejos, prístinos, por lo que se requiere incrementar los niveles de protección y resguardo de estas áreas para evitar la desaparición y extinción de especies: «Dentro d elas cuevas ocurre un fenómeno, que los organismos se van aislando. Un organismo que entró a una cavidad hace un millón de años, se va aislando. Van formando especies y géneros nuevos. Taxonomicamente son distintos porque se han reproducido en entornos acotados durante millones de años y tienen distribución endémica, muy específicos. Especies de peces, remipedios (cienpiés). Son ecosistemas muy frágiles, que con cualquier cambio podría hacer desaparecer estas especies«.

Más recientemente, el crecimiento y asentamiento de tribus menonitas y el establecimiento de granjas porcinas en la Península de Yucatán, ha traído como consecuencia el incremento en los niveles de contaminación de las aguas. Una exploración del arqueólogo y expedicionario Sergio Grosjean documentó niveles de contaminación causados por medio de los desechos de las granjas en los cenotes, evidenciando la presencia de coliformes fecales, nitrógeno, fosforo, potasio, calcio y otros compuestos, así como gas metano cuando no se quema o se convierte en energía.

Según explicó Grosjean a EFE Verde, de un 100 % de pruebas de la calidad de agua que la organización a su cargo ha elaborado en los cenotes, el 80 % han mostrado «contaminación en mayor o menor medida y eso nos habla de que hay una grave problemática«.

Además de su atractivo turístico, Grosjean relató que los cenotes conservan una importancia histórica y arqueológica porque incluso se han encontrado vestigios de los antiguos mayas como pinturas rupestres. «Los cenotes no solo son cuerpos de agua, son sitios culturales y de alta importantes para los antiguos y actuales mayas. En algunos cenotes hemos encontrado importante evidencia arqueológica y paleontológica«, apuntó.

*Con información de EFE Verde
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