Ubicado sobre la Cordillera de la Costa, el Mineral de San Agustín de Huantajaya fue uno de los asentamientos mineros más importantes para la época en la que gobernaba el Virreinato del Perú, el cual fue un territorio creado por la Monarquía Hispánica en 1542. Sin embargo, los vestigios mineros del lugar tienen una edad geológica que se remonta a millones de años atrás, que datan de la época jurásica. En la actualidad, el antiguo yacimiento de plata es parte de la comuna de Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá, y se encuentra 11 kilómetros al este del puerto de Iquique. 

Mina de Huantajaya por William Boallert (1860), Biblioteca Nacional Digital
Mina de Huantajaya por William Boallert (1860), Biblioteca Nacional Digital

Debido a su valor histórico y arqueológico, por ser un importante sitio que representa los inicios de la industria minera de la región, fue declarado el 12 de agosto del año 2020 por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN) como Monumento Nacional en la Categoría de Monumento Histórico. Tal como lo señala el registro de Monumentos Históricos del CMN, el lugar es un sitio único e irrepetible, el cual mantiene gran parte de su historia viva gracias al registro material que aún se encuentra en pie, además de los valiosos testimonios históricos de la vida de distintas mujeres y hombres que trabajaron en la mina y sus alrededores en el período virreinal.

Desde los indígenas hasta la conquista española

Los yacimientos mineros de Huantajaya comenzaron a ser explotados en la época donde aún reinaba el Imperio Inca, y tal como lo documentaron algunos textos históricos, hay diversas leyendas e hipótesis que explicarían la relación indígena con la mina de plata. Una de las leyendas más conocidas era que los indígenas habrían mantenido en secreto la entrada del depósito por ser considerada para ellos como una propiedad que le pertenecía al sol.

Tomando en consideración que la Región de Tarapacá albergó diversas poblaciones indígenas que dejaron importantes vestigios arqueológicos, como lo fue la cultura Chinchorro entre el 7020 y el 1500 a.C., los Changos, el pueblo Aymara y la etnia de los Atacameños, además de la cultura inca que llegó alrededor de 100 años antes que los españoles a conquistar el territorio norteño, podemos deducir con certeza que la región cuenta con un valor histórico arqueológico que aún no somos capaces de descubrir por completo.

Retrato del Antiguo Pueblo de Huantajaya, Sociedad Chilena de Historia y Geografía
Retrato del Antiguo Pueblo de Huantajaya, Sociedad Chilena de Historia y Geografía

Con la llegada de los españoles a la conquista del Perú, a cargo de Pedro Pizarro, se observan algunos escritos que datan a finales del siglo XVI respecto al añorado mineral de plata de Tarapacá, lo que resulta en una disputa entre españoles e incas, ya que éstos últimos contaban con la ubicación del yacimiento, por lo que fueron obligados a revelar su paradero.

También, una de las primeras informaciones oficiales que se tiene de la explotación minera de San Agustín de Huantajaya, que va más allá de las crónicas escritas conocidas, data desde fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, ya que los trabajadores se vieron obligados a registrar la plata extraída, ya que se debían cobrar los impuestos reales para su exportación.

Boletín de la Sociedad Nacional de Minería, Patrimonio Cultural Común, Memoria Chilena
Boletín de la Sociedad Nacional de Minería, Patrimonio Cultural Común, Memoria Chilena

La explotación minera tuvo diversos ciclos de explotación, donde se dice que las épocas más duras fueron por las condiciones en las que se encontraban los mineros, debido a las adversidades del propio desierto, siendo una de las dificultades principales la escasez del agua.

Si bien, hay registros que confirman la creación de obras de ingeniería hidráulica hechas por los incas, con la llegada de la colonia hay una explotación e impacto mayor en el yacimiento, lo que aumentó las necesidades de agua y alimento cuando la necesidad de mano de obra minera se acrecentó, razón por la cual el poblado de Huantajaya logró un desarrollo urbano muy importante hasta la decadencia de la plata, a finales del siglo XIX.

Diez piezas arqueológicas: el más reciente hallazgo

Hoy, en el asentamiento minero existen más de 200 sitios arqueológicos en las más de 190 hectáreas que componen el monumento protegido por el Estado, entre los cuales hay cementerios históricos, ruinas y edificaciones de lo que fue el pueblo de Huantajaya, y también vestigios de lo que fue la mina y sus herramientas, predominando la presencia de material cerámico y textilería entre sus evidencias arqueológicas mayormente conservadas, algunas de las cuales se encuentran en el Centro Cultural Alto Hospicio.

Aumentando la importancia del valor patrimonial de la mina de plata, el reciente descubrimiento casual de 10 piezas arqueológicas en perfectas condiciones, en un terreno fiscal, cercano a la cárcel de Alto Hospicio,  nos cuenta un poco más acerca de la historia del yacimiento, ya que fueron encontradas a tan solo tres kilómetros de la mina. 

10 Botijas Encontradas ©Ilustre Municipalidad de Alto Hospicio
Botijas Encontradas ©Ilustre Municipalidad de Alto Hospicio

El conjunto de cántaros se encontraron enterrados cerca de tres metros de profundidad, y fueron extraídos por el personal municipal bajo la supervisión de personal experto de la Oficina Técnica del CMN en conjunto con arqueólogos especializados, quienes llevaron las piezas al Centro Cultural de Alto Hospicio, tal como lo confirmó Carlos Maillet, arquitecto, vicepresidente ejecutivo del CMN y actual director del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.

Botijas Encontradas ©Ilustre Municipalidad de Alto Hospicio
Botijas Encontradas ©Ilustre Municipalidad de Alto Hospicio

Del total de las grandes y redondas vasijas de barro, seis de ellas se encontraban en perfecto estado de conservación, mientras que cuatro presentaban ligeras fisuras. “Las vasijas constituyen un valioso objeto de la época colonial (siglos XVII y XVIII), que fueron utilizadas para almacenar y transportar vino y otros líquidos en recuas de mulas, pues se trataba de elementos altamente valorados en esos tiempos: el agua, por la escasez en el desierto, y el vino, usado en las misas y en la evangelización”, explica Maillet.

El valor patrimonial

El descubrimiento denota la importancia patrimonial de la zona que rodea a la antigua mina de plata y nos hace reflexionar sobre el cuidado del patrimonio arqueológico de sus alrededores, ya que la zona está rodeada de terrenos donde se pueden encontrar rutas, tambos y vestigios del pasado.

Ángela Guajardo, arqueóloga con magíster en Patrimonio Cultural, Coordinadora de la mesa de Arqueología Urbana del Colegio de Arqueólogas y Arqueólogos de Chile y encargada de @arqueología_urbana_chile, enfatiza la importancia del hallazgo con la necesidad de que la comunidad debe buscar formas de valorar y proteger estos sitios.

Botijas Encontradas ©Ilustre Municipalidad de Alto Hospicio
Botijas Encontradas ©Ilustre Municipalidad de Alto Hospicio

“Este descubrimiento debe hacernos reflexionar, y obviamente emocionarnos, sorprendernos, maravillarnos; pero todo ese interés se debe materializar en acciones concretas de valoración, protección y cuidado de estos lugares, que no debe ser visto como un descubrimiento puntual, si no, más bien, como un todo integrado”, dice Guajardo.

Considerando que en los alrededores del cerro, donde se encontraron las vasijas de barro, hay un gran basural que funciona de manera clandestina donde se han depositado principalmente escombros y materiales de construcción, en el país urge un mayor resguardo de las zonas que están a pocos pasos de sitios protegidos reconocidos.

Ruinas de Huantajaya, Ministerio de Bienes Nacionales ©Arqueólogos Horacio Larraín y Víctor Buegueño
Ruinas de Huantajaya, Ministerio de Bienes Nacionales ©Arqueólogos Horacio Larraín y Víctor Buegueño

Con el fin de proteger la zona del hallazgo, la Comisión de Arqueología del CMN solicitará a la municipalidad no continuar con la extracción de áridos en el lugar, ya que podrían haber otros objetos de características similares. Sin embargo, cuando realizaron un recorrido de la zona, a simple vista no se pudieron reconocer otros objetos asociados, en lo que se cree que es por la presencia de la duna.

Este hallazgo marca, sin duda alguna, un precedente para la historia de Tarapacá y del Asentamiento Minero de Huantajaya, otorgando una mayor comprensión acerca de la dinámica de la época y su legado, el cual quedará intacto para siempre como un valor patrimonial cultural.

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