Los albatros son unas grandes aves migratorias. Lejos de las costas, se pueden transportar miles de kilómetros para alimentarse y deleitar a más de alguno con sus grandes alas y mirada. Pero también, son de las aves marinas más amenazas a nivel mundial.

Para potenciar su protección, el pasado 19 de junio se celebró la tercera versión del Día de los Albatros, organizado por el Acuerdo Internacional de Conservación de Albatros y Petreles (ACAP). Chile, que es parte de ella desde 2020, no se quedó fuera y esta vez se organizó un concurso de fotografías y relatos a través de Instagram, con el fundamento de ser una iniciativa de sensibilización y educación que buscara dar a conocer la belleza de esta familia de aves.

Lee también: Día Mundial de los Albatros: conoce a estas grandes y amenazadas aves marinas

La convocatoria fue organizada por Albatross Birding en Chile y World Albatross Day,  y recibió numerosas fotos y relatos que evocaban el rol de las aves en la naturaleza, junto con la carga emocional que desarrollan estas aves y quiénes las observan. Los concursantes ocuparon los hashtags #wad_photocontest (para fotos) o #wad_storycontest (para relatos).

“Damos gracias a toda la gente que participó en el concurso, se cumplió el objetivo que era educar y sensibilizar de los albatros, su estilo de vida y las amenazas que enfrentan para sobrevivir. A nombre de World Albatross Day y Albatross Birding in Chile, nos sentimos orgullosos de evaluar maravillosas fotografías y emocinantes relatos de albatros, tanto de Chile como del extranjero y estamos muy contentos de haber participado en esta actividad y esperamos con ansias el próximo año seguir difundiendo sobre los albatros y sus amenazas”, dice Fernando Díaz, director de Albatros Birding in Chile.

Díaz también agradece a Albatross Birding por la organización del concurso, Far South Expeditions por los libros que entregaron para los ganadores y el apoyo de la ONG Oikonos durante todo el proceso.

Concurso de fotos

Para esta categoría, el jurado fue Jean Jean Paul de Harpe (Chile Indómito); Pablo Cáceres (Albatross Birding in Chile); Santiago Imberti (Albatross Birding in Chile); y Raúl Demangel (Unión de Ornitólogos de Chile).

Primer lugar

Primer lugar fotografía ©Daniel López
Primer lugar fotografía ©Daniel López 

Daniel López Velasco (Instagram @danilove_photo)

Segundo lugar

Segundo lugar fotografía Marcos Baumann
Segundo lugar fotografía ©Marcos Baumann

Marcos Baumann (Instagram @Marcosbaumannr)

Tercer lugar

Tercer lugar fotografía Daniel López
Tercer lugar fotografía ©Daniel López

Daniel López Velasco (Instagram @danilove_photo)

Concurso de relatos

Para esta categoría, el jurado fue Verónica Droppelmann (Ladera Sur); Ivo Tejeda (Red de Observadores de Aves Chile); Erik Sandvig (Albatross Birding in Chile).

*Los relatos sólo fueron editados en detalles ortográficos para este artículo.

*Sólo un texto (el tercer lugar) se tradujo al español para efectos de este artículo.

Primer lugar

Primer lugar relatos Christian Rath Marcett
Primer lugar relatos ©Christian Rath Marcett

Christian Rath Marcett (Instagram @chris_rath_marcett)

Braulio (B): Al fin te alcancé, Julián. Vengo detrás tuyo hace 6.000 Km.
Julián (J): Hola Braulio, es que ya domino el vuelo dinámico y aprovecho los vientos más rápidos que el cambio climático provoca. Además, vuelo mientras duermo, así se me pasa el tiempo volando. ¿Qué te trae a la corriente de Humboldt?
B: Lo mismo que a ti, el buffet, me encanta la comida chilena. También te traigo un recado de tu esposa. Dice que no olvides incluir en tu dieta calamares en su tinta, son los favoritos de Pollito.
J: Gracias Braulio, ya mañana regreso a Nueva Zelanda, creo que me tomará entre 11 y 13 días, son sólo 9.100 Km. ¿Cómo te va con la técnica de vuelo?
B: Muy bien, gracias al tutorial que me enviaste aprendí a usar los vientos oceánicos y a bloquear las alas al extenderlas, vuelo varios Km sin aletear una sola vez. Ando viajando por el mundo por el hemisferio sur, conozco desde África hasta América.
J: Tus próximas lecciones serán sobre el baile de cortejo, llevas 2 años volando en alta mar y te quedan otros 4 antes de volver a la isla y conquistar a Alba. Tendrás que esforzarte si la quieres de esposa, no olvides que para nosotros corre eso de: «hasta que la muerte los separe». Y hay quienes viven hasta 60 años.
B: Si Julián, ya me lo habías mencionado, pero me tomaré sabático el próximo año, ya tendré tiempo de aprender el zarandeo nupcial. Te tendré de maestro, ¡qué puede salir mal!
J: Te lo advierto Braulio, ¡nada de reggaetón si quieres que te enseñe! Te mostraré los pasos básicos, pero tú inventas el resto. Al fin de cuentas, tú y Alba se reconocerán con ese baile entre miles.
B: Está bien. Oye Julián, ¿no te sientes observado? Son bien raros esos animales que nos miran desde el bote, no nadan ni vuelan. ¿Los habías visto antes?
J: Sí, son inofensivos, vienen a conocernos. ¡Qué pueden hacerle ellos a las aves de mayor envergadura en la tierra!
B: En el cielo, querrás decir.
J: ¡Y en el mar!

Esta fue la última vez que se vieron. Julián volvió a Nueva Zelanda a alimentar a Pollito. Braulio nunca conquistó a Alba. Tampoco aprendió su baile de cortejo. A los pocos días, su joven vida se la llevó la pesca de atún.

Segundo lugar

Segundo lugar relatos Marisol Oporto
Segundo lugar relatos ©Marisol Oporto

Marisol Oporto (Instagram @mar_y_solpaz)

El mar bravío está, en este estrecho nombrado como de Magallanes. Esta ha sido la caminata más larga en mi vida y en mis pies, orillando cada bahía, cruzando cada río, palpando cada piedra, y de pronto desde las grandes olas surcando en acrobacias espectaculares aparece el gran maestro, un albatros, el de ceja negra. ¿Cómo lo habrán nombrado los Selknam? ¿Con qué ojos habrán admirado sus esplendidas y grandes alas, ¡¿cómo habrá sido su relación?! Tantas preguntas que en el silencio me hacía; ¿la lluvia, los vientos, los ñirres y el ponpóm tendrán las respuestas? Este viaje al fin del continente, con bellos seres en la tierra, en el océano, y de fondo la cordillera nevada de Karukinka, me trajeron al tiempo sin tiempo, las imágenes de un pasado que puede seguir existiendo, los espíritus de cada ser; el mensaje de la mar. Conectando estuve con mi padre, que hoy es parte de los antepasados que se transforman en la sal de las olas, que pueden tener o saber las respuestas, como aquel albatros de ceja negra.

Tercer lugar

Tercer lugar relatos Júlia Finger
Tercer lugar relatos ©Júlia Finger

Júlia Finger. (Idioma original inglés, Instagram @julia.la.flora)

Traducción:

Era la primera vez que iba a la Antártida. Yo era una estudiante de pregrado y parte de un equipo de trabajo de campo que se dirigía a Isla Elefante. Antes de irnos, mis colegas se aseguraron de que conociera todas las especies de aves marinas que pudimos encontrar durante nuestro viaje desde el sur de Brasil hasta la Antártida. Solo había visto cadáveres de albatros varados y, obviamente, estaba ansiosa por verlos en todo su esplendor. Después de algunas millas de la salida del barco, comenzamos a hacer recuentos a bordo y las expectativas eran altas.

Vi pardelas grandes, petreles de mentón blanco, petreles de tormenta, de vientre negro y luego un petrel gigante. Aprendí lo que significaba su nombre. Aunque ahora son mi especie favorita, no puedo negar que ver un albatros fue visualmente asombroso. El primer albatros que vi fue un de ceja negra. Mi corazón latía con fuerza por la emoción: ¡guau, los colores! ¡El encanto! ¡La suavidad! ¡El tamaño!

Sin embargo, todos mis estándares se elevaron drásticamente unos días después. Estábamos haciendo uno de los muchos censos del día desde el ala del puente cuando alguien gritó en silencio: ¡mira! ¡Es un gran albatros! Recuerdo que me asombré cuando pasó junto a nostros un albatros de ceja negra. Ese pájaro era ENORME y la ceja negra de repente se volvió tan pequeña. El albatros en cuestión era un albatros errante, ¡simplemente la especie con la mayor envergadura del mundo!

Desde ese día, cada vez que veo un gran albatros, siento que el tiempo se detiene. Nada más importa. Para los que aún no han tenido la oportunidad de ver uno de ellos, les resumo: se sentirán en presencia de un ser superior, un ser que se siente como en casa en medio de los fuertes vientos, las bajas temperaturas y las grandes olas, mientras buscamos un cálido refugio. Un pájaro sabio que domina el mar como ningún ser humano jamás lo hará. Es un sentimiento que querrás captar, y estoy seguro de que tus ojos los perseguirán ansiosamente hasta que desaparezcan en el horizonte, solo para anhelar el próximo encuentro.

Texto original:

It was my first time going to Antarctica. I was an undergraduate student and part of a fieldwork team heading to Elephant Island. Before we left, my colleagues made sure I learned all the seabird species we could encounter during our journey from southern Brazil to the Antarctic. I had only seen beached carcasses of albatrosses and was obviously eager to see them in full splendor. After a few miles from the ship’s departure, we started to do on board counts and the expectations were high. I saw great shearwaters, white-chinned petrels, storm and black-bellied petrels and then a giant petrel. I learned what its name meant. Although they are now my favorite species, I cannot deny that seeing an albatross was visually astonishing. The first albatross I saw was a black-browed. My heart pounded hard from the excitement: wow, the colors! The charm! The smoothness! The size! However, all my standards were drastically raised a few days later. We were doing one of the many censuses of the day from the bridge wing when somebody silently screamed: looook! It’s a great albatross! I remember to be in awe when it flew by a black-browed albatross. That bird was HUGE and the black-browed suddenly became so small. The albatross in question was a wandering albatross, simply the species with the greatest wingspan of the world! Since that day, every time I see a great albatross, I feel like the time stops. Nothing else matters. For those that still have not had the chance to see one of them, I summarize: you will feel in the presence of a superior being, a being who feels at home amidst the strong winds, low temperatures and large waves, while we look for a warm shelter. A wise bird who masters the sea like no human ever will. It is a feeling that you will want to grasp, and I am sure your eyes will eagerly chase them until they disappear on the horizon – only to long for the next encounter.

*El equipo organizador estuvo conformado por  Verónica López (WAD-Oíkonos); Florencia Gehrung (Albatross Birding in Chile); Gilda Valderrama (Albatross Birding in Chile); y Fernando Díaz (Albatross Birding in Chile).

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...