Es el tercer país más feliz del mundo, sólo superado por Finlandia y Noruega en el ranking de Felicidad la ONU. En Copenhague, con una población de 1 millón 23o mil personas, más de la mitad de sus habitantes anda en bicicleta. Esto se mantiene incluso en los meses invernales, cuando las temperaturas pueden llegar a menos de cero grados. “Pedaleamos todo el día. Hacemos la distancia equivalente a ir a la luna varias veces al año”, explicó a The Guardian la jefa de salud pública de la ciudad, Katrine Schjønning.

El ciclismo no es el único factor para sus buenos índices de felicidad y calidad de vida. Con un programa de salud diseñado para funcionar 10 años a través de 6 iniciativas simples, Copenhague hace planes a largo plazo. Una de estas iniciativas es promover la salud en el día a día: hacer la ciudad atractiva para pedalear, ofrecer almuerzos nutritivos en las instituciones públicas y tener programas para dejar de fumar.

Los daneses incluso tienen una palabra para definir felicidad y buena calidad de vida: hygge. Este concepto se resume en poder disfrutar de las cosas buenas de la vida con las personas que quieres. Trabajan 37 horas a la semana y en la mayoría de las familias ambos padres lo hacen. La duración de la jornada laboral, les permite ir a buscar a sus hijos al colegio y terminar el trabajo desde la casa. Aún así, los daneses explican que esto también tiene sus problemas. “Nunca estás fuera del trabajo. Tu empleador paga tu cuenta de celular y puede llamarte en la noche”, explica Sisse Marie Welling, la encargada de salud y personas mayores de la municipalidad.

Después de que una encuesta revelara que un 23% de los residentes sentía estrés por esta razón, el municipio de Copenhague lanzó un programa clínico para reducir el problema. El curso de nueve semanas se centraba en terapia de grupo y técnicas de mindfulness. Después de esta terapia, los síntomas de las personas que participaron disminuyeron en un 30%.

Rosenborg Castle Gardens en Copenhague
Rosenborg Castle Gardens en Copenhague

Para muchos expertos, que Dinamarca y específicamente la ciudad de Copenhague se ubique tercera en el ranking de felicidad es una contradicción. Especialmente porque los daneses pueden llegar a pagar el 60% de su ingreso en impuestos. Pero para Meik Wiking, director del Happiness Research Institute la felicidad de este país, tiene una explicación simple: “Los países nórdicos han sido mejores en convertir riqueza en bienestar. Invierten en calidad de vida. Si pagan menos impuestos podrían pagar un auto más grande, pero eso no les va a traer felicidad”.

En Dinamarca, la educación desde la guardería hasta la universidad es gratis. La salud y el acceso a hospitales también es liberado, pero tienen un sistema de cuidado en casa para asegurar la disponibilidad de camas. Según Sisse Marie Welling, la encargada de salud y adultos mayores, Copenhague es una ciudad joven que aún no ha tenido que lidiar con las dificultades que trae la tercera edad. Pero ese podría ser el próximo desafío para los daneses, porque cada vez más jubilados deciden quedarse en la ciudad después de retirarse.

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