La semana pasada, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, junto con el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, y el ministro de Ciencia, Andrés Couve, presentó la actualización de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, según sus siglas en inglés) a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). De esta forma, Chile es el primer país latinoamericano en actualizar este documento, y también uno de los primeros a nivel mundial. 

Se trata de un documento que es una obligación establecida en el Acuerdo de París, que incluye los compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al 2030 y enfrentar los efectos del cambio climático. Esta es una actualización de la que se entregó previamente en 2015. 

“Presentamos nuestra nueva NDC, con metas y compromisos ambiciosos que permitan enfocar nuestros planes de recuperación con un objetivo claro: avanzar a paso firme en la transformación hacia una economía baja en emisiones y resiliente al clima, con grandes ventajas sociales, ambientales y económicas para mejorar la calidad de vida de las personas”, dijo la ministra de Medio Ambiente.

A su vez, la secretaria de Estado agregó que las medidas se pensaron basándose en la ciencia, a través del Comité Científico COP25, organizado por el Ministerio de Ciencia. 

Ministerio Medio Ambiente
Ministerio Medio Ambiente

Ante esto, Andrés Couve, ministro de Ciencia, enfatizó que “por primera vez la comunidad científica nacional participó activamente para aportar con evidencia en la actualización de la NDC. Esta participación se materializó a través del Comité Científico COP25, donde más de 600 científicos nacionales organizados en siete mesas de trabajo aportaron con evidencia que permitió contextualizar qué significa incorporar el presupuesto de carbono en la realidad chilena y, junto con ello, establecer con claridad una meta y un año peak en materia de emisiones de Gases Efecto Invernadero”.

Las mesas de trabajo del comité científico COP25 fueron Antártica, Océano, Agua, Biodiversidad, Ciudades, Adaptación y Mitigación/Energía. 

También, sobre la priorización de las medidas en camino a la carbono neutralidad, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, explicó que la selección fue de acuerdo a su costo/eficiencia, y que se agruparon en seis grupos de acción. 

Explicando cada uno de estos ejes, dijo que la industria y minería sostenible, en un escenario de carbono neutralidad, contribuiría un 25% a la reducción de emisiones al 2050. La producción y consumo de hidrógeno un 21%; la edificación sostenible de viviendas y edificios públicos-comerciales un 17%; el retiro de centrales a carbón un 13%, y otras medidas de eficiencia energética un 7%.

¿Cuáles son los principales ejes?

“Esta nueva NDC establece metas ambiciosas en cuatro pilares: mitigación, adaptación, integración y, por primera vez, un pilar social que permea los otros tres para encauzar nuestro desarrollo hacia uno bajo en emisiones y resiliente al clima, con foco en el impacto sobre la vida de las personas en sus territorios”, explicó la ministra de Medio Ambiente.

De esta forma, según explican desde el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), se da un camino para cumplir lo establecido en el Acuerdo de París y avanzar, en simultáneo, en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecida por la ONU.

Mitigación

Termoelctrica en la playa de Ventanas, en la comuna de Puchuncaví, región de Valparaiso, Chile. / Cortesía Greenpeace
Termoelctrica en la playa de Ventanas, en la comuna de Puchuncaví, Región de Valparaíso, Chile. / Cortesía Greenpeace

En mitigación, Chile se compromete a un presupuesto de emisiones de GEI  que no superará las 1.100 MtCO2eq, entre el 2020 y 2030, con un máximo de emisiones (peak) de GEI al 2025, y a alcanzar un nivel de emisiones de GEI de 95 MtCO2eq al 2030. Además, propone una reducción de al menos un 25% de las emisiones totales de carbono negro al 2030, con respecto al 2016.

Adaptación

El documento indica que Chile se compromete el aumento de información y mecanismos de gestión respecto de los impactos del cambio climático en recursos hídricos. Para ello, por ejemplo y según explican desde el MMA, al 2025 se habrá implementado un indicador, a nivel nacional y a escala de cuenca hidrográfica, que permita hacer seguimiento de la brecha y riesgo hídrico y avanzar en alcanzar la seguridad hídrica del país.

También, al 2030 se habrían elaborado planes estratégicos para las 101 cuencas del país; y el 100% de las empresas sanitarias tendrían implementado un plan para la gestión de riesgo de desastres, incluyendo aquellos derivados del cambio climático.

Integración

Este pilar se separa en cuatro áreas. Estas son océanos y humedales costeros; turberas; bosques; y economía circular. 

Océanos: se indica la creación de nuevas áreas marinas protegidas, especificando la protección del 10% del mar patrimonial de Chile (Zona Económica Exclusiva) en ecoregiones subrepresentadas del norte y centro del país. También, se indica que, al 2030, todas las Áreas Marinas Protegidas (AMP) creadas al 2020 contarán con planes de manejo.

Humedales costeros: se especifica al 2025 proteger 20 de estos humedales y, al 2030, proteger diez más. 

Turberas: el documento indica que al 2025 se contará con un inventario nacional. Al 2030 se habrían desarrollado indicadores para la evaluación de la capacidad de adaptación y mitigación de las turberas. 

Detalle de turbera en Chiloé © Martín del Río
Detalle de turbera en Chiloé © Martín del Río

Bosques: sobre el manejo sustentable de los bosques, el documento habla de que Chile se compromete al manejo sustentable y recuperación de 200 mil hectáreas de bosque nativo al 2030. Además, según se indica, se buscará reducir las emisiones del sector forestal por degradación del bosque nativo “en un 25% al 2030”, considerando las emisiones promedio entre el periodo 2001- 2013. 

Sobre esto, significa que “Chile se compromete a forestar 200 mil hectáreas, de las cuales al menos 100.000 hectáreas corresponden a cubierta forestal permanente, con al menos 70.000 hectáreas de especies nativas, al 2030”. También, se habla que al 2021 se contará con el Plan Nacional de Restauración a Escala de Paisajes, que considerará la incorporación, a procesos de restauración, de un millón de hectáreas de paisajes al 2030, priorizando en aquellos con mayor vulnerabilidad social, económica y ambiental.

© Matias Guerrero
© Matias Guerrero

Economía circular: se plantea en 2020 presentar una Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos y una Hoja de Ruta de Economía Circular. También, en 2022 generar e implementar métricas e indicadores de circularidad, para monitorear los avances del país.

Respecto a los medios de implementación, durante este año comenzará la implementación de la Estrategia Financiera frente al Cambio Climático (EFCC).

“Cabe destacar que la actualización de la NDC surgió luego de un amplio y transversal proceso participativo (sociedad civil, comunidad científica, mundo público y privado). Se hizo una participación para desarrollar la primera propuesta y, luego de desarrollada, se inició el proceso de participación ciudadana, en donde se recibieron 1.573 observaciones, muchas de ellas recogidas en el proyecto definitivo”, comentan desde el MMA. 

Reacciones de organizaciones: ¿es suficiente?

Desde la Mesa Ciudadana de Cambio Climático valoraron el documento, pero aseguraron que “aún existe trabajo por delante en cuanto a su implementación”. En esta línea, el director de Conservación de WWF Chile, Rodrigo Catalán, señaló que “el desafío queda planteado para seguir aumentando el alineamiento con la meta de 1.5 grados y una implementación efectiva que ponga en práctica los principios del pilar social que se incluyeron en esta versión del documento”.

Por su parte, la directora ejecutiva de Fundación Terram, Flavia Liberona, destacó que la NDC presentada “sin duda es más completa y robusta que la entregada a CMNUCC el año 2015. En este sentido, nos parece importante destacar el trabajo realizado por el Comité Científico, el mundo académico, así como por los aportes efectuados por organizaciones de la sociedad civil que permitieron mejorar el contenido de la propuesta”.

En esta línea, desde Greenpeace aseguraron que pese a sus discrepancias con el gobierno, destacan el trabajo de los científicos chilenos para la elaboración del documento. También, consideran que es una “señal importante presentar una NDC actualizada y de la mano de la ciencia en un contexto donde la crisis sanitaria global se utiliza como pretexto para retroceder en materia de protección ambiental.

©Fundación Terram
©Fundación Terram

Por su parte, Karla Maass, representante Oficial para América Latina de Climate Action Network (CAN), opina que “si consideramos esta contribución como un ejercicio nacional para alcanzar un sistema-mundo bajo en emisiones de CO2, la NDC de Chile es un aporte en la dirección correcta y debiese estimular a otros países. Ahora, si pensamos en la NDC como un instrumento nacional, la conversación no es la misma y, aunque creo necesario revisar con mayor detención el texto, lo que resulta evidente es que no tenemos la institucionalidad para la consecución de los planes y el Ministerio de Medio Ambiente no tiene la preponderancia política necesaria para dirigir la orquesta”.

Por su parte, Arianne van Andel, señaló que “como representantes de la Coalición Ecuménica por el Cuidado de la Creación, sentimos que la NDC 2020 es un importante avance en comparación con la NDC de 2015”. Sin embargo, hizo énfasis en que  “la NDC menciona términos alentadores como economía circular y transición justa, y destacamos el enfoque en la gente más vulnerable con enfoque de género, pero creemos que se necesita profundizar en el giro hacia otro sistema económico, repensando el capitalismo como dijo el Ministro de Energía, promoviendo un sistema que busca una Ecología Integral, y la participación plena de toda la ciudadanía en las decisiones».

Cortesía Fundación Terram
Cortesía Fundación Terram

Sobre las medidas de mitigación, desde la Mesa Ciudadana de Cambio Climático consideran un “importante avance que tiene la nueva NDC en comparación a la propuesta sometida a consulta ciudadana durante el año pasado, es el adelanto del año de máximo apogeo de emisiones de gases de efecto invernadero, del 2027 al 2025”.

“Dado que esto significa que en cinco años más se producirá el máximo de emisiones del país en pos de lograr la carbono neutralidad en 2050, gran parte de esta mejora en ambición se explica por las dos nuevas unidades termoeléctricas que se retiraran antes del 2024 y que fueron anunciadas durante la realización de la COP25 en Madrid. Lamentablemente, el Plan de Retiro Voluntario de Centrales a Carbón, que implica sacar del sistema eléctrico 28 unidades termoeléctricas de aquí a 2040, es voluntario por parte de las empresas y por lo mismo aún se desconoce las fechas de retiro de 18 unidades termoeléctricas a carbón”, enfatiza Gary González, economista de Fundación Terram.

Desde Chile Sustentable también valoraron el compromiso de reducción de emisiones, y que este sea sin condiciones. A esto suman que se haya adelantado el peak de emisiones y las nuevas metas de emisiones acumuladas: “Reconocemos que la medida más relevante para el análisis es la descarbonización de la matriz eléctrica la que debiese ser antes del 2040, y hacemos un llamado al gobierno a adelantar el cronograma de cierre de termoeléctricas a carbón, ya que es un punto crítico para habilitar otro conjunto de medidas de electrificación en transporte, industria y vivienda”, agregan.

©Cortesía Fundación Terram
©Cortesía Fundación Terram

Sobre las reducciones de carbono Negro, Florencia Ortúzar,  asesora legal del programa de cambio climático de AIDA, destaca que “es una buena noticia que la nueva NDC contemple una meta cuantitativa para la reducción del carbono negro, de al menos 25%. Hoy más que nunca debemos avanzar en la descontaminación de las ciudades, que repercute directamente en la salud de las personas”.

Apreciamos la incorporación de compromisos para reducir en al menos 25% el carbono negro, sin embargo, no se hace referencia a la rapidez necesaria con la que se deben actualizar las políticas y las leyes sobre el mejoramiento en la calidad del aire especialmente en las zonas de sacrificio”, dicen desde Chile Sustentable.

Por su lado, desde Greenpeace destacaron que el plan disminuya metas y peak de emisiones. Sin embargo, Estefanía González, coordinadora del área de campañas de la organización, explicó que todavía se puede ser más ambiciosos: “Una meta que condena a vivir a las personas en las zonas de sacrificio por 20 años más con el carbón, que hoy está generando peak de contaminación por ejemplo, en Quintero-Puchuncaví, no es aceptable”, dijo Estefanía González, coordinadora del área de campañas de Greenpeace.

Sobre las medidas de integración, desde Chile Sustentable se reconocen los compromisos del NDC. En especial, sobre el avance en los planes de manejo de áreas protegidas y su implementación completa al 2030. Sin embargo, en relación a la incorporación de humedales y turberas, consideran que “aún son acciones modestas en relación a la importancia que representan estos ecosistemas”.

Sobre los bosques, agregan el avance con el compromiso del Plan de Restauración a Escala de paisajes. Sin embargo, en relación a lo forestal, dicen estar preocupados en que “al menos 130 mil hectáreas sean de plantaciones de especies exóticas en suelos que ni siquiera están siendo distinguidos de aptitud forestal y áreas de conservación, y que los nuevos criterios de forestales propuestos en la NDC, no contemplen el compromiso de una nueva regulación en materia de planes de manejo forestal”. 

Bosque nativo en Ancud ©Daniel Casado
Bosque nativo en Ancud ©Daniel Casado

Sobre esto, Estefanía González, coordinadora del área de campañas de Greenpeace, dijo: “Es impresentable que el país insista en fomentar el sector forestal como respuesta a la crisis climática, cuando hoy esta industria es la responsable de estar profundizando la crisis hídrica que se vive en extensas zonas de las zonas centro y sur del país”.

Alfredo Unda, representante de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, destacó que el documento revele mejoras en aspectos conceptuales relativos al manejo del paisaje, los bosques, turberas y otros usos vegetacionales del suelo que implican mantener y promover las áreas que contribuyen al almacenaje de carbono para abatir el aumento de la temperatura global, entre otros servicios ambientales.

Sin embargo, opina que “no genera una clara separación entre el establecimiento de plantaciones con especies exóticas comerciales y la recuperación de la cubierta vegetacional mediante las diversas formas de restauración ecológica, ambas actividades con objetivos sociales, ambientales y económicos muy distintos. Sólo manejar 200 mil hectáreas de bosque nativo, deja de lado promover la recuperación de 6 millones de hectáreas de bosques degradados en Chile centro sur. Esto es urgente para evitar que estos bosques pierdan la gran cantidad de carbono que tienen almacenado en el decenio que estamos empezando”.

© Matias Guerrero
© Matias Guerrero

Sobre las medidas de adaptación, Greenpeace destacó que “en materia de adaptación, y dada la grave situación de sequía que afecta al país y que se profundizará a futuro, la prioridad del gobierno debiese ser el agua”.

Por su parte, desde Chile Sustentable afirmaron que si bien la incorporación de un Pilar Social, el plan de adaptación es un aporte significativo en esta NDC, lo que “permitirá avanzar en los compromisos climáticos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible para una transición más justa”.

Sin embargo, agregan que les “preocupa la limitación y deficiencia en los compromisos para la seguridad hídrica, que no están a la altura de la principal vulnerabilidad de Chile frente al cambio climático, y de la urgencia critica de priorizarla para especialmente los más vulnerables”. 

Sobre los planes de gestión de las cuencas, dicen que es “demasiado tarde y no está a la altura de la urgencia de la crisis hídrica que vive el país (…) Además, no hay compromisos para proteger los glaciares y las cabeceras de cuenca en las zonas de montaña, donde están las mayores reservas estratégicas de agua dulce que posee el país, y que hoy están amenazadas. No habrá agua si no protegemos las fuentes”.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...