Comunidad Piso Firme, Bajo Paraguá. Crédito: © Darly Pantoja
Comunidad Piso Firme, Bajo Paraguá. Crédito: © Darly Pantoja

Entre diciembre de 2020 y abril de 2021, cinco áreas protegidas fueron creadas en Bolivia. Todas son regionales y la intención ha sido proteger las fuentes de aguas, resguardar los bosques y su biodiversidad de las invasiones, así como preservar la cultura de pueblos originarios.

Ecosistemas en el Chaco, la Chiquitanía y los Andes bolivianos están ahora bajo protección por el impulso de autoridades locales, organizaciones conservacionistas y, sobre todo, por quienes viven en estos lugares.

El Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá. Crédito: © Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano
El Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá. Crédito: © Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano

Serranías del Igüembe, Bajo Paraguá de San Ignacio de Velasco, Bajo Paraguá Concepción, San Lorenzo y Serranía Incahuasi son las cinco nuevas áreas protegidas en Bolivia creadas en solo cinco meses. ¿Cuáles son las razones para la creación de cada una de ellas?

1.- La protección del agua: Serranía del Igüembe

En el distrito de Igüembe, en el municipio de Villa Vaca Guzmán, las comunidades guaraníes decidieron proteger el bien más preciado de ese territorio seco: el agua. Así surgió la propuesta de crear el Área Natural de Manejo Integrado Serranías de Igüembe que se extiende sobre 122 000 hectáreas de bosques en el Chaco boliviano.

Bosques del Chaco boliviano en Igüembe. Crédito: © Fundación Natura.
Bosques del Chaco boliviano en Igüembe. Crédito: © Fundación Natura.

Ese paisaje montañoso de la Cordillera Oriental de los Andes bolivianos, por donde discurre el río Parapetí, es el hogar del oso de anteojos (Tremarctos ornatus), llamado jucumari en Bolivia. Los bosques húmedos montanos y las praderas de altura de esta área protegida albergan también otras especies como el puma (Puma concolor); el gato de monte (Leopardus pardalis); el tapir o anta (Tapirus terrestres) y el pecarí, también conocido como sajino (Tayassu tajacu). También se han registrado 205 especies de plantas, 92 de aves, 31 especies de mamíferos y 10 de reptiles, indica la Fundación Natura.

En Serranías de Igüembe la presencia de la comunidad guaraní Tentayapi —una de las 14 comunidades establecidas en este territorio— es fundamental para la protección de estos bosques. En 2004, Tentayapi fue declarada Patrimonio Histórico, Cultural y Natural de Bolivia, por mantener sus tradiciones culturales ancestrales prácticamente intactas. Años después, en 2010, fueron ellos quienes lograron frenar el avance de la exploración de hidrocarburos en sus tierras.

La propuesta de creación de la nueva área protegida llevaba varios años, pero recién se concretó en diciembre de 2020. “Es una constante que encontramos en los países andinos. Los municipios están afectados por el cambio climático y quieren proteger sus fuentes de agua. Así surgen las iniciativas locales para conservar sus territorios”, señala Renzo Paladines, director Ejecutivo para América Latina de Naturaleza y Cultura Internacional (NCI).

2.- Detener invasiones y asentamientos humanos ilegales: Dos áreas protegidas en Paraguá

Dos áreas protegidas fueron creadas este año en la zona del Bajo Paraguá, en Santa Cruz, en el oriente boliviano, cerca de la frontera con Brasil: el Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá de San Ignacio de Velasco y el Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá Concepción.

Las áreas protegidas de Bajo Paraguá fueron creadas para detener el avance de las invasiones. Crédito: © Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.
Las áreas protegidas de Bajo Paraguá fueron creadas para detener el avance de las invasiones. Crédito: © Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.

Su creación responde a la presión por el cambio de uso de suelo y la llegada de poblaciones de migrantes que se instalan en los bosques de la Chiquitanía, amenazando este ecosistema de transición entre el Bosque Seco Chiquitano y la Amazonía

Ambas reservas son contiguas y se extienden por más de un millón de hectáreas que, además de la presión de por el avance de asentamientos humanos ilegales, también están expuestas a la deforestación, incendios forestales y el aprovechamiento no sustentable de los recursos naturales.

“Existe gran presión en la zona y un movimiento de colonización permanente. Es un problema de tráfico de tierras, pues llegan personas que se instalan en los bosques, los desmontan y luego venden esas tierras”, dice Oswaldo Maillard, coordinador del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano, de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC).

Cuatro comunidades indígenas están dentro de las nuevas áreas protegidas del Bajo Paraguá. Crédito: © Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.
Cuatro comunidades indígenas están dentro de las nuevas áreas protegidas del Bajo Paraguá. Crédito: © Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.

El Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá San Ignacio de Velasco se creó el 12 de febrero de 2021 con 983 mil hectáreas de bosques primarios de la Chiquitanía, luego de cinco años de espera desde que la población y las autoridades locales plantearon convertir estos bosques en áreas protegidas para detener la deforestación. En tanto, el Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá Concepción fue declarada el 16 de marzo de 2021, con un territorio de 154 mil hectáreas.

En estas áreas protegidas de Bajo Paraguá han sido registradas 79 especies de árboles, arbustos y palmeras, entre ellas el asaí (Euterpe oleracea), que se ha convertido en fuente de trabajo para las comunidades indígenas.

3.- Frenar la deforestación y la expansión agrícola: Serranía Incahuasi y Serranía San Lorenzo

El Área Natural de Manejo Integrado y Comunitario de la Serranía Incahuasi tiene 29 mil hectáreas de bosques húmedos y submontanos en los Andes bolivianos, en el departamento de Chuquisaca, una de las regiones con mayor producción de hidrocarburos en Bolivia.

Área Natural de Manejo Integrado Serranía San Lorenzo. Crédito: © Fundación Natura
Área Natural de Manejo Integrado Serranía San Lorenzo. Crédito: © Fundación Natura

La presencia y explotación de gas en esta zona ha sido una de las razones que llevó a las comunidades campesinas que habitan en este territorio que han visto como una alternativa convertir sus bosques en un área protegida.

También se trata de un territorio que permite el almacenamiento de entre 3 toneladas a 254 toneladas de CO2 por hectárea, según indica ‎Henry Bloomfield, Coordinador de Unidad de Áreas Protegidas de la ‎Fundación Natura.

El área protegida Serranía Incahuasi, creada el 7 de abril de 2021, es un espacio de 29 mil hectáreas que también conserva las principales las fuentes de agua para la ciudad de Muyupampa.

Serranía Incahuasi alberga una gran variedad de vida silvestre que incluye 141 especies de plantas, 14 de ellas en peligro de extinción o vulnerables, como la Cedrela angustifolia. En esta área protegida también se encuentra 67 especies de aves, incluido el guacamayo militar (Ara militaris).

El Área Natural de Manejo Integrado y Comunitario Serranía de Incahuasi se creó con participación de la población local. Crédito: © Fundación Natura.
El Área Natural de Manejo Integrado y Comunitario Serranía de Incahuasi se creó con participación de la población local. Crédito: © Fundación Natura.

Otra zona reservada que ha sido creada recientemente en Bolivia es el Área Natural de Manejo Integrado Serranía San Lorenzo, un territorio de 54 mil hectáreas. Henry Bloomfield, coordinador de la Unidad de Áreas Protegidas de la ‎Fundación Natura, señala que los bosques de esta área protegida son una isla en un sector altamente afectado por la agricultura y ganadería en La Chiquitanía.

“Es una zona ganadera, de donde sale el agua para el centro poblado de San Lorenzo. Cada año veían que el caudal se iba reduciendo, por ello, el municipio impulsó la creación de esta área protegida”, dice Bloomfield.

4.- Los nuevos corredores biológicos

Los corredores biológicos o corredores de conservación son espacios geográficos que tienen como función mantener la continuidad de los ecosistemas para evitar el aislamiento de las poblaciones de fauna silvestre y mantener el aprovisionamiento de los servicios ambientales.

Las dos nuevas áreas protegidas del Bajo Paraguá son parte de un corredor biológico. Crédito: ©: Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.
Las dos nuevas áreas protegidas del Bajo Paraguá son parte de un corredor biológico. Crédito: ©: Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.

En esos territorios pueden unirse áreas protegidas o remanentes de ecosistemas originales con las zonas reservadas. Y aunque en Bolivia no existe una figura legal para estos corredores, hay muchos espacios que han sido identificados como tales.

Con la creación de las cinco nuevas áreas naturales protegidas en Bolivia, también se han establecido corredores biológicos. Uno de ellos está formado por las dos nuevas áreas protegidas de Bajo Paraguá junto con el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, la Reserva de Vida Silvestre Ríos Blanco y Negro, la Reserva Científica, Ecológica y Arqueológica Kenneth Lee y el Parque Nacional Copaiba que han formado un nuevo corredor biológico natural.

En estos bosques existen especies como el jaguar (Panthera onca) y otros mamíferos grandes que requieren extensos territorios, además de ser el hábitat de especies en peligro de extinción como los perros de monte (Speothos venaticus).

Vista panorámica del Área Natural de Manejo Integrado Serranía San Lorenzo. Crédito: © Fundación Natura.
Vista panorámica del Área Natural de Manejo Integrado Serranía San Lorenzo. Crédito: © Fundación Natura.

El otro corredor que se ha formado está compuesto por Área Natural de Manejo Integrado y Comunitario de la Serranía Incahuasi y el Área Natural Municipal de Manejo Integrado de Igüembe, convirtiéndose en un espacio protegido para especies emblemáticas como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus). En este territorio también habitan pumas (Puma concolor), leopardos (Panthera pardus) y ocelotes (Leopardus pardalis).

Lee la nota original en este enlace: Bolivia: ¿Cuáles fueron las razones detrás de la creación de las nuevas áreas protegidas?

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