Los bosques de la cordillera de Nahuelbuta son  uno de los ecosistemas con mayor diversidad de anfibios en Chile. Algunas de las especies presentes en la zona son Alsodes vanzolinii; sapo de pecho espinoso de Barrio (Alsodes barrioi); sapo esmeralda de la selva (Hylorina sylvatica); ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii) y  Rhinella rubropunctata.

Una de las especies más desconocidas de Nahuelbuta es el sapo de Bullock (Telmatobufo bullocki), también conocido como rana montana de Nahuelbuta, anfibio endémico de nuestro país. En Chile se encuentra clasificado como una especie “Vulnerable” y “Rara” según el reglamento de clasificación de especies (RCE). La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo ha clasificado como una especie “En Peligro”, debido principalmente a la extensión de su presencia, la cual es de sólo 3.054 km2. Sus poblaciones se encuentran fragmentadas y sus densidades son bajísimas. Su hábitat presenta una disminución continua a lo largo de su extensión en la provincia de Arauco, Chile.

Características de la especie

sapo de Bullock adulto ©Andrés Charrier
sapo de Bullock adulto ©Andrés Charrier

T. bullocki es un anfibio de tamaño mediano a grande, de coloración amarillo ocre. Su piel presenta una serie de protuberancias que cubren todo el dorso del animal. A los costados detrás de los ojos tiene dos glándulas parotídeas bien desarrollados característica del género Telmatobufo.

Este anfibio presenta actividad fundamentalmente nocturna en bosques antiguos bien conservados que tengan una gruesa capa de hojarasca húmeda. Durante el día están bajo el agua en los ríos o bajo grandes troncos y rocas. Tanto el amplexus (o abrazo nupcial) como la postura de huevos, se realizan dentro del agua en ríos de montaña con aguas prístinas bien oxigenadas. Las larvas se desarrollan en ríos de aguas rápidas muy limpias y bien oxigenadas. Éstas presentan una modificación del disco oral con un pico corneo que le permite aferrarse a las rocas y moverse así en contra de la corriente del río ayudadas con su cola.

Bajo amenaza

©Andrés Charrier
©Andrés Charrier

Tanto el reemplazo del bosque nativo por plantaciones (monocultivos) de pino y eucaliptus como los mega incendios ocurridos en la zona centro sur del país, son las principales amenazas de esta especie. Sin embargo desde hace unos años un nuevo peligro aparece para esta especie sobre sus ya degradados hábitats: la implementación de una serie de proyectos hidroeléctricos  (centrales de paso) que se han ido apoderando en forma rápida de casi todos los grandes ríos del país.

Este es el nuevo escenario al que se ven sometidos los anfibios de Nahuelbuta y el nuevo desafío para su conservación. En el marco de un proyecto de investigación y conservación financiado por National Geographic, fue posible registrar densidades de 20 individuos post metamórficos de Telmatobufo bullocki en un tramo de menos de 70 m de largo en el Estero Provoque de Elicura, siendo este uno de los sitios de reproducción con mayor abundancia de la especie encontrados en Chile.

Boca de larva ©Andrés Charrier
Boca de larva ©Andrés Charrier

El problema se inicia el 28 de julio de 2016 cuando se presenta ante el servicio de evaluación ambiental (SEA), la consulta de pertinencia de ingreso al SEIA del proyecto “Gustavito” de la empresa española Hidrowatt, por parte del titular de éste, Don José María Grugues Ortuño. Posteriormente, con fecha 11 de septiembre de 2017, se presentó ante el servicio de evaluación ambiental, una consulta de pertinencia de ingreso al SEIA de otro proyecto, «Provoque», también de la misma empresa.

En ambos casos, el Servicio de Evaluación Ambiental resolvió que estos proyectos no deben ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), en función de lo establecido en los literales a, b1 y c del artículo 3° del DS N° 40/2012, Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Este pronunciamiento se encuentra contenido en la resolución Exenta 401/2015 del 27 de octubre del 2016 y Resolución exenta N° 28 del 22 de febrero del 2018.

©Andrés Charrier
©Andrés Charrier

Si bien, estas “Mini-centrales” de capacidad inferior a los 3MW, no requieren ingresar al SEIA, el que estos dos proyectos, se realicen uno a continuación del otro y que sean presentadas por el mismo titular sumando en conjunto 3,5 MW, nos hace pensar en que las dos mini – centrales hidroeléctricas en Elicura pudiesen configurar fraccionamiento, situación que constituye una violación a la legislación nacional vigente, la cual señala en su art. 11 bis (Ley 19.300) señala:

“Los proponentes no podrán, a sabiendas, fraccionar sus proyectos o actividades con el objeto de variar el instrumento de evaluación o de eludir el ingreso al SEIA. Será competencia de la superintendencia del Medio Ambiente (SMA) determinar la infracción a esta obligación y requerir al proponente, previo informe del SEA, para ingresar adecuadamente al sistema”.

sapo de Bullock ©Andrés Charrier
sapo de Bullock ©Andrés Charrier

Pero más allá de esto, es muy preocupante que este tipo de proyectos sea aprobado, sin ningún tipo de evaluación sobre los impactos que genera en la diversidad de especies presentes en el lugar, sobre todo cuando estos sitios albergan especies altamente amenazadas y donde las consecuencias para las especies pueden ser irreversibles.

El área de influencia directa del proyecto es una zona de reproducción de T. bullocki y esta especie depende completamente de las aguas y las condiciones del río, ya que las posturas de los huevos y el desarrollo de las larvas se realizan dentro del estero Provoque, en aguas limpias con un bajo nivel de sedimentación, correntosas y con buena oxigenación. Por lo tanto la instalación de estas centrales de paso en la zona representa una real amenaza para la especie, al alterar de forma significativa este estero.

Es importante señalar que existen una serie de proyectos hidroeléctricos en diferentes etapas de desarrollo en Nahuelbuta, algunos ya con resolución de calificación de impacto ambiental como la Central Hidroeléctrica Río Picoiquén e Hidroeléctrica Cayucupil, otros como los dos proyectos de Elicura cuentan con resolución para no ingresar al SEIA; casos como los de la Central Hidroeléctrica Butamalal donde se resolvió que existían causales para un EIA, han realizado varias campañas que podrían conducir a su reingreso al SEIA. Hoy sabemos que esto es solo el principio. En la provincia de Arauco, existen más de 60 resoluciones que otorgan derechos de agua cuyo uso está destinado a energía hidroeléctrica.

En la zona de Elicura no sólo existe presencia del sapo de Bullock sino además de la rana chilena (Calliptocephalella gayi), rana esmeralda (Hylorina sylvatica) o la rana de antifaz (Batrachyla taeniata). En este mismo curso de agua se pueden observar especies de peces nativos del género Trichomycterus (bagres) y especies de pancoras del género Aegla; también zorros de Darwin (Lycalopex fulvipes), coipos (Myocastor coypus) y patos cortacorrientes (Merganetta armata), el cual se puede observar en este estero así como en apenas un puñado de otros sitios de la cordillera de Nahuelbuta. Es por esta razón que la implementación de proyectos hidroeléctricos en la zona sin evaluación ambiental y sin medidas de mitigación, afectarán de forma irreversible tanto a las especies presentes en la zona como a la comunidad local.

©Andrés Charrier
©Andrés Charrier

Al mismo tiempo, estas dos mini-centrales hidroeléctricas, se contraponen en forma directa con los esfuerzos que se comienzan a desarrollar en materia de restauración en la cuenca del lago Lanalhue, dado que se encuentra en plena ejecución el “Programa de recuperación de servicios ambientales de los ecosistemas lacustres de la provincia de Arauco”, iniciativa que tiene como foco principal el lago Lanalhue, con acciones directas sobre sus tributarios (río Calebu, río Elicura y estero el Peral), donde se considera implementar acciones de restauración y protección de estos cuerpos de agua, así como acciones para reducir el nivel de amenaza de la flora y la fauna.

Por todo esto, creemos que es necesario reevaluar la calificación de “bajo impacto” para este tipo de proyectos tanto en Nahuelbuta como en otros sectores del país, ya que si bien son más pequeños que las represas o centrales de pasada mayores a 3MW, claramente abren una puerta para sortear las exigencias de SEIA (mediante la presentación por partes “fraccionamiento”) y porque el impacto está directamente asociado al sitio donde este tipo de proyectos se implemente.

En esta misma línea, es necesario generar una instancia de trabajo inclusiva destinada a revisar y modificar los aspectos de la legislación que hacen posible la afectación del patrimonio natural sin ningún tipo de evaluación, al considerar proyectos como “de bajo impacto” solo por su magnitud en el papel, también se debe garantizar el principio de precaución ante la posible afectación de especies amenazadas, por cualquier tipo de proyecto, en este caso y en otros.

Si bien puede ser necesario un crecimiento en la matriz eléctrica del país, el problema de las hidroeléctricas plantea un problema ético y moral para las especies que dependen directamente de estos ríos, que está lejos de ser resuelto por el modelo económico.

©Andrés Charrier
©Andrés Charrier

Finalmente es necesario propiciar la generación de capacidades instaladas a escala local, con la finalidad de avanzar en el conocimiento de los diferentes ecosistemas y especies presentes en los territorios, teniendo como pilares fundamentales a la comunidad local, además de contar con medidas desde el Estado, que garanticen la protección de las especies y ecosistemas amenazados.

Proteger nuestra biodiversidad, depende solo de nosotros, de nadie más.

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