El destino de Alex Perry (33) pudo ser diferente. Su infancia transcurrió en Southport, un pueblo del estado de Connecticut a una hora de Nueva York, que él describe como una burbuja: muchos de sus habitantes partían cada mañana a trabajar en Wall Street y por la tarde regresaban a sus elegantes casonas. Ese estilo de vida, sin embargo, no llamaba su atención. “Siempre supe que había mucho más que eso en el mundo”, dice.

Es que Alex desde pequeño fue curioso. Tal vez movido por esa curiosidad es que a los 16 años partió a vivir con una familia desconocida a Zaragoza, España, para aprender el idioma. “Si manejo el inglés y el español podré comunicarme con la gran mayoría del mundo”, pensó en ese momento. Ya sabiendo español -o spanglish, como dice él-, viajó por distintos países de Centroamérica y se impresionó con los paisajes de naturaleza.

Alex Perry Backcountry skiing in Hokkaido, Japan
Alex Perry haciendo Backcountry en Hokkaido, Japón

Una vez que se graduó como Licenciado en Ciencias Políticas -con especialización en Relaciones Internacionales- en la Universidad de Rochester, en Nueva York, hizo las maletas otra vez, ahora con destino a Colorado, para trabajar como instructor de esquí, una de sus pasiones. Allí hizo amistad con estudiantes chilenos y argentinos que pasaban el verano. “En ese momento empezó mi conexión con Sudamérica”, dice.

Hace siete años, Alex comenzó a trabajar en el área de ventas de Patagonia, cuando la compañía estaba en plena etapa de expansión. En el trabajo sabían que hablaba español y un día le preguntaron si tenía interés en trabajar con el equipo de Latinoamérica. “¿Vieron mi currículum? Yo no sé nada de negocios ni de marketing”, se sinceró ante la oferta. “Perfecto. El trabajo es suyo”, le respondieron. Ese camino lo llevó donde está hoy: Alex es gerente general para Latinoamérica -desde México hasta Tierra del Fuego-. “No podría imaginar una mejor región para trabajar, porque cada día aprendo algo nuevo. Considero un día que he aprendido algo nuevo como un buen día”.

-Después de siete años trabajando en la región, ¿cuál ha sido el aprendizaje más relevante?

-Que siempre es bueno tener un plan con mucho propósito, pero también hay que tener la flexibilidad de seguir cualquier camino que se abra delante tuyo.

Alex Perry sailing
Alex Perry navegando

Verano de 1968. Yvon Chouinard y un par de amigos aceptan el desafío que les propuso Douglas Tompkins: partir desde California con destino a la Patagonia arriba de una combi. Parecía una locura recorrer más de 16 mil kilómetros con tablas de surf y equipos de escalada en una Ford E-Series, pero seis meses después estaban donde querían estar: escalando el Fitz Roy, una montaña de 3.400 metros de altura y de dificultad extrema.

Esa aventura fue clave para que Yvon Chouinard creara la empresa. “Cuando regresó a California, Yvon se dio cuenta de que la Patagonia era el paisaje más prístino que había visto en su vida”, cuenta Alex. “Yvon fue capaz de proyectar su mirada 50 años hacia el futuro y entender que lo mejor que podíamos hacer era cuidar esa parte del mundo. Entonces, el nombre Patagonia, que es el nombre que esas comunidades y su gente nos están prestando, como decimos nosotros, es súper importante para acordarnos de nuestras raíces y de por qué estamos en este negocio. Esa es una región prístina y bella, pero también intensa, llena de alma y corazón. En Patagonia Latinoamérica estamos dedicados a honrar la gente y las tradiciones de la Patagonia real”.

La conexión con la tierra y con las comunidades de la Patagonia se volvió más estrecha aun cuando, a comienzos de este año, Kristine Tompkins invitó a Alex a incorporarse al directorio de Amigos de los Parques -corporación que tiene como propósito cuidar y poner en valor los Parques Nacionales de la Patagonia chilena-. A fines de abril, Alex Perry se incorporó oficialmente a esta organización, que va por tres años de existencia.

“Es un honor gigante”, dice Alex. “Doug y Kris han hecho un trabajo enorme con todas sus fundaciones ahí y ella me pidió formar parte de la Corporación Amigos de los Parques para dar una mirada, tal vez, nueva y más joven, y para seguir poniendo presión para que ese fuego brille alrededor de los parques nacionales”.

Alex explica que en Estados Unidos los parques nacionales son parte de la cultura e incluso del ADN de sus habitantes, y ese concepto quieren fomentar en la región. “Te diría que Chile es el país que más ha avanzado en cultura de parques nacionales en Latinoamérica”, asegura. “He viajado por todo el mundo y la relación de los chilenos con los parques nacionales es emocionante y es un honor empujar ese camino en Chile. Tenemos que tratar el planeta como un recurso natural que tenemos que cuidar”.

Patagonia promueve, además, el activismo ambiental. La empresa dona cada año el equivalente al 1% de sus ventas a organizaciones ambientales en los 20 países donde está presente. En Chile, Patagonia ha colaborado con unas 50 organizaciones, además de financiar documentales para impulsar la defensa ambiental de los territorios. “Vamos a seguir con eso y, de hecho, estamos añadiendo más recursos a nuestro programa de films”, dice Alex. “Seguiremos auspiciando cada vez a más gente que esté viviendo y tomando en serio las filosofías que compartimos. Contar historias es la mejor manera de compartir los aprendizajes”.

– ¿Después de documentales como “Estado Salmonero”, “Lawqa” y “Defiende Maipo”, ¿cuál es tu reflexión?

-Los aprendizajes son muchos. En primera instancia con “El hijo del pescador” (la película sobre el surfista chileno Ramón Navarro), hace cinco o seis años, aprendí que hay un montón de historias en Chile que son un ejemplo para los demás.

Alex adelanta algunos planes: “Vamos a seguir presionando fuerte en el tema de salmoneras, tenemos varios planes para eso, y también estamos muy involucrados con Defiende Maipo porque todo lo que está pasando en el Cajón del Maipo es una pesadilla. Tenemos planes para lanzar más películas con nuestros embajadores, especialmente relacionadas con esos temas”.

Alex Perry 4
Alex Perry 

Alex dice que la pandemia ha sido uno de los momentos “más fuertes y extraños” de nuestras vidas y estima que este episodio cambiará nuestra relación con la naturaleza. “Creo que después de este tiempo vamos a sentir el llamado de la naturaleza, de la vida outdoor y de la necesidad de cuidar el planeta. De hecho, durante la pandemia vimos que casi se triplicó la cantidad de gente que salió al outdoor para hacer un trekking y fue imposible encontrar una bicicleta para comprar. Esa tendencia va a seguir y creo que va a ser parte de la nueva normalidad”.

-¿Cómo vive Patagonia el dilema de ser una empresa que requiere consumidores y, por otra parte, fomentar la sustentabilidad?

-Para nosotros es parte del modelo de negocios, porque cada vez que tomamos una decisión que es buena para el planeta ha resultado mejor para el negocio. Por ejemplo, sabemos que el 12% de las emisiones de CO2 de nuestra empresa viene desde la operación -las tiendas y las oficinas- y el resto se genera en la fabricación, entonces tenemos que ir a las cadenas de proveedores para atacar el problema. Otro ejemplo son los materiales NetPlus que estamos usando a través de una empresa que se llama Bureo, que recicla redes de pesca utilizadas en más de 50 comunidades en Chile. Son redes que podrían llegar a las playas y al mar, pero nosotros pagamos por esas redes de pesca y la convertimos en ropa. Entonces provocamos un cambio hacia un modelo circular donde entre más ropa Patagonia uno está comprando, menos redes de pesca llegan al mar o a la playa. Más de 700 mil kilos de redes de pesca ya han sido rescatados y convertidos en ropa… De hecho, este jockey que llevo ahora (lo muestra) está hecho de redes de pesca recolectadas en Chile y cumple con todos los estándares de calidad. El próximo año vamos a lanzar 95 estilos de baggies (shorts) usando estas redes de pesca en ese producto.

También quiero mencionar todo el trabajo que estamos haciendo con la agricultura regenerativa orgánica. Para nosotros el algodón orgánico es un hecho desde 1996. El año que viene unos 40 estilos de camisetas serán de algodón orgánico. Este es un paso más hacia el concepto de dejar la Tierra mejor de como la encontramos.

-Yvon Chouinard dijo en una entrevista: “Patagonia está en el negocio de salvar el planeta”. ¿Qué significa eso en la práctica?

-Que ese es nuestro norte, es el lente a través del cual vemos cualquier decisión que tomemos. Pensamos en nuestro negocio casi como si fuera una fundación financiada por una empresa de ropa. Yo hablo todos los días con mi equipo sobre ese concepto: tenemos que ser rentables, no somos caridad; tenemos que ser los mejores y entregar el mejor producto del mundo, pero también queremos inspirar a los demás y demostrar que pueden usar su negocio como una herramienta de cambio para salvar el planeta. Y no solo va a ser una opción por el planeta, también será lo mejor para su negocio porque la próxima generación va a elegir a ese tipo de empresas.

Alex Perry on Orcas Island, WA
Alex Perry en Isla Orcas

-En algunas entrevistas has reflexionado sobre la importancia de que una empresa reconozca su impacto en el planeta, lo mida y emprenda acciones para reducirlo. ¿Cómo ves el panorama de otras compañías?

-El sistema B es el mejor primer paso, porque te pone todo encima de la mesa. Después de una década siendo empresa B, nosotros sabemos dónde estamos y tenemos un plan para reducir nuestras emisiones de carbono y nuestra basura, y mejorar nuestro tratamiento con toda la gente, desde los empleados hasta las cadenas de proveedores. Ya te comenté que el 12% de nuestras emisiones vienen desde nuestra operación y el 88% desde la fabricación y manufacturación, entonces con ese dato podemos preguntarnos ¿qué podemos hacer en el corto plazo para ser carbono neutral? Lo que estamos haciendo como Patagonia es invertir en energías renovables alrededor del mundo, donde tenemos oficinas y tiendas. Por ejemplo, estamos construyendo paneles solares en Punta de Lobos para compensar el 100% de nuestra operación en Chile por los próximos 10 años.

El estilo de Patagonia es el siguiente: somos trabajadores, nos abocamos mucho en el desarrollo de los productos, nos preocupamos de la calidad de los materiales y luego le contamos a otras empresas qué hemos hecho. Yo veo que está muy de moda ser más green o hablar de ser más sostenible, y eso es bueno porque provoca una mayor conciencia de sostenibilidad, pero lo nuestro es hacer el trabajo y luego mostrar cómo lo hicimos. Y son todos bienvenidos en ese proceso.

-A veces se habla de la economía circular como algo idealista o filantrópico. ¿Es la economía circular, en la práctica, un modelo de negocios?

-Sí. Nosotros tenemos el programa Worn Wear, en el que reparamos y arrendamos ropa. Tenemos una línea de negocio donde vamos comprando ropa vieja de nuestros clientes, ellos reciben un crédito y pueden comprar lo que quieran. Tomamos ese producto, lo lavamos y lo vendemos de nuevo. O bien, reparamos cualquier prenda Patagonia de manera gratuita. Podemos decir que la relación con nuestros clientes empieza con la transacción. Las empresas gastan mucha plata para atraer clientes y después que compran “chao, nos vemos”. Para nosotros es ahí donde empieza la relación con nuestros clientes. De hecho, el programa Worn Wear creció 40% el año pasado durante la pandemia y tenemos planes para expandirlo de manera súper agresiva. Entonces, vuelvo al punto de que somos un negocio, creemos en el poder de las empresas de cambiar sus formas para tener un negocio rentable de largo plazo y así salvar el planeta.

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