Recurrentemente, la conservación de la naturaleza se asocia a la gestión de áreas silvestres protegidas remotas, de gran extensión, con biodiversidad y belleza evidentes. Sin embargo, en el contexto de un planeta globalizado y altamente urbanizado, la problemática de la conservación asoma como un desafío no planteado en las ciudades del país las cuales, mediante una naturaleza muchas veces invisibilizada, concentran oportunidades sociales y medioambientales impensadas.

©Fundación Legado Chile
©Fundación Legado Chile

Esteros, ríos, cerros y humedales tienen el potencial para consolidarse como nuevos refugios de biodiversidad y como catalizadores de problemáticas sociales. Como parte del Programa de conservación “Llanquihue, ciudad de humedales”, desde diciembre de 2016 hasta marzo de este año Fundación Legado Chile diseñó el primer “Plan de Acción Medioambiental para Llanquihue”, un prototipo de innovación social financiado por Innova Corfo Los Lagos. Este corresponde a una metodología inédita en el país orientada a la diagnóstico, planificación, conservación y monitoreo participativo de ecosistemas urbanos, basada en los “Estándares Abiertos para la Conservación de la Naturaleza” y el “Project Management for Wildlife Conservation”, metodologías incentivadas y utilizadas por diversas organizaciones internacionales a nivel mundial.

©Fundación Legado Chile
©Fundación Legado Chile

El Plan de Acción Medioambiental se diseñó mediante un proceso participativo de 15 meses, que  involucró a distintos actores sociales, políticos, económicos y educativos de la ciudad y la región. Estos, en conjunto a especialistas relacionados a la planificación territorial, la ecología, las ciencias sociales y ambientales, definieron las prioridades de conservación, sus amenazas, y las acciones necesarias para revertirlas. Mediante el diseño de 7 estrategias de conservación, el proyecto busca resguardar las funciones ecológicas de los ecosistemas de la ciudad, mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales, y desarrollar habilidades, aptitudes y conocimientos en los actores del territorio que aseguren la sostenibilidad de los procesos de conservación en el corto, mediano y largo plazo.

El prototipo se desarrolló en 4 etapas:

  1. Diagnóstico y Conceptualización
  2. Planificación
  3. Implementación de sistemas de monitoreo
  4. Sociabilización y transferencia

La primera etapa del proyecto, “Diagnóstico y conceptualización”, comenzó con una serie de entrevistas y focus groups que permitieron reconocer las principales problemáticas medioambientales y sociales del territorio. Dicha información se profundizó en talleres de conceptualización, donde se definieron “objetos de conservación”, “amenazas” y “factores contribuyentes” en conjunto a la comunidad, académicos y autoridades políticas. El resultado fue la definición de 7 objetos de conservación en la ciudad (4 humedales urbanos, un estero, el borde lacustre y el nacimiento del río Maullín), la identificación de 6 amenazas directas (entre ellas, impermeabilización y relleno de humedales, tala ilegal de bosque ribereño, depósito ilegal de desechos y escombros y presencia de especies exóticas), y 36 factores sociales, políticos y económicos que contribuyen a la manifestación de dichas amenazas.

©Fundación Legado Chile
©Fundación Legado Chile

En la segunda etapa, “planificación”, se diseñaron 7 estrategias de conservación, 15 estrategias y más de 60 actividades y resultados asociadas, en 4 talleres orientados a las autoridades locales y servicios regionales.  Al mismo tiempo, y en base a las priorizaciones y urgencias del territorio, se profundizó una estrategia específica orientada a la Planificación y diseño territorial-urbano, en conjunto al Magister en Arquitectura del Paisaje UC. Para esto se diseñó el primer Plan de Infraestructura Verde Urbana del país, el cual afecta a las áreas con mayor potencial de proyecto en torno a los objetos de conservación mediante objetivos: restaurar, habitar y conectar. El P.I.V involucró el desarrollo de imágenes objetivo, tipologías y soluciones constructivas y una cartera de proyectos prioritarios de inversión pública-privada en diversos puntos de la ciudad.

De forma complementaria, se instaló un sistema de monitoreo en diversos puntos de la ciudad. Estas 6 estaciones inalámbricas de monitoreo registran variables relacionada a la calidad del agua (ph, oxigenación, turbidez y temperatura), información que es transmitida, albergada y puesta a disposición de forma automática en una plataforma web abierta para la comunidad de Llanquihue, Chile y el mundo (humedalesllanquihue.org).

©Fundación Legado Chile
©Fundación Legado Chile

En esta última etapa se buscó transferir el Plan de Acción Medioambiental de forma estratégica a la comunidad y gobernanza local. Para esto se desarrolló un manual para la replicabilidad de Planes de Acción Medioambiental en contextos urbanos del país, el cual se encuentra a libre disposición en la plataforma. Al mismo tiempo, dicha plataforma dará a conocer los resultados de las estrategias y servirá como portal de denuncias ambientales en torno a los objetos de conservación definidos.

Esta primera experiencia en Llanquihue marca un precedente para la conservación del patrimonio natural de la región de Los Lagos. Esta ciudad, emplazada en el origen del río Maullín (sitio prioritario de conservación a nivel nacional) asoma como un foco de oportunidades y de innovación para el desarrollo de nuevas herramientas de conservación de la naturaleza y diseño urbano resiliente. En definitiva, la ecología urbana y la conservación de ecosistemas en ciudades proponen un nuevo enfoque disciplinar que poco a poco comienza a instalarse en la planificación y gestión de nuestro territorio. En la medida en permitan empoderar a las comunidades locales, mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, e involucrar y comprometer a autoridades locales y regionales, este puede facilitar la compleja tarea que supone el paradigma del desarrollo sostenible en Chile.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...