Verduras, Frutas y Semillas que comemos
“Verduras, frutas y semillas que comemos”: el último libro de Alicia Hoffmann que invita a conocer nuestros alimentos
Los coloridos y detallistas dibujos de la botánica e ilustradora que falleció en noviembre de 2022, son protagonistas de esta obra dedicada a los vegetales que habitualmente consumimos. Un trabajo desarrollado con apoyo del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, que nos lleva a recorrer el ojo generoso de Alicia y su pasión por acercar la naturaleza a las personas.
La vaina rojiza y a medio abrir de un poroto granado y sus verdes hojas, nos invitan a mirar los detalles de esta planta que tantas y tantos hemos saboreado y que, con especial delicadeza, se dibuja en la portada de “Verduras, frutas y semillas que comemos”, el último libro de Alicia Hoffmann, la destacada botánica e ilustradora chilena que falleció en noviembre de 2022.
Recorriendo páginas de la aceituna al zapallo, el texto presenta 33 especies que comemos habitualmente, y lo hace a través de coloridos dibujos, infografías e información sobre cada una de estas plantas, permitiendo que nos acerquemos a su forma, origen y cualidades nutricionales, entre otras características.
El libro, realizado en colaboración con Juan Armesto, co-fundador e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y la diseñadora Teresa Montero, corresponde a la versión actualizada del libro “Plantas que comemos”, desarrollado por los mismos autores en dos ediciones -en 1995 y 2015-. Esta nueva obra, dirigida principalmente a niñas y niños, y realizada con apoyo del IEB, incorpora otros alimentos ilustrados y trazados en detalle por Alicia Hoffmann, quien fuera una gran observadora, amante de la naturaleza y divulgadora científica.
“Muchas de las plantas que comemos son originarias de América. De algunas de estas especies existen numerosas variedades en Chile, como es el caso de las papas del archipiélago de Chiloé. De ahí también deriva la importancia de promover la conservación de la flora nativa, ya que nos permite estudiar el valor de las especies y variedades poco conocidas”, se describe en el texto, ya disponible para todo público en la Editorial Libro Verde. Verduras, frutas y semillas que comemos – Librería Libro Verde
Considerando la creciente preocupación mundial por la alimentación deficiente -tanto en niños como adultos-, este libro también busca aportar a un mayor conocimiento sobre estas plantas comestibles, y contribuir al bienestar y salud de las personas.
De esta manera, la obra nos enseña que, por ejemplo, lo que comemos de la alcachofa -especie pariente del cardo- es básicamente su flor; que el apio, verdura que crece de forma silvestre y se consume hace miles de años, aparecía ya plasmado en las pinturas de los egipcios, o que el arroz es el segundo cereal más consumido en el mundo.
Asimismo, el texto nos muestra algunas especies que forman parte de nuestra biodiversidad y territorios. Es el caso del maqui, arbusto originario de Chile con un alto contenido de antioxidantes, que es utilizado con fines medicinales por los pueblos originarios, desde antes de la llegada de los españoles. Otro exponente es el piñón, semilla de la araucaria -especie endémica que crece en los bosques del sur de Chile y Argentina- alimento fundamental para las comunidades pehuenches, que se consume cocido o como harina. La nalca, planta de enormes hojas, es otra especie destacada que abunda en bosques y costas del sur de Chile, y cuyos tallos son utilizados como alimento, así como también sus hojas en la preparación del curanto.
Co-creación, naturaleza y dibujo
Teresa Montero, quien trabajó durante muchos años junto a Alicia Hoffmann, tanto en el diseño como en la edición de muchos de sus libros, comenta sobre el último texto y la particular forma de trabajo que su colega y amiga tenía.
“Este libro, originalmente pensando para niños, tiene una propuesta mucho más visual que el anterior, buscando que los dibujos fueran los protagonistas. Para esto se utilizaron ilustraciones antiguas, pero muchas nuevas también, incorporando otros alimentos como el maqui o el plátano. La idea es que a través de estas frutas, verduras y semillas que están presentadas alfabéticamente, se pueda relatar una historia en torno a cada especie. Éste es un libro apetitoso y que además se puede leer de forma no lineal”, comenta.
La diseñadora destaca que el criterio de elección, fue aquello con que nos topamos en un mercado, una feria y una mesa, integrando estos conocimientos con el medio. “Esto también implica conocer cuál es la importancia ecológica que tiene la planta, cuál ha sido su historia, sus cualidades nutritivas, cómo se prepara y de qué forma la comemos. Hacer la síntesis de todo eso fue muy difícil y pasamos horas y horas en ese proceso”.
Teresa Montero conoció a Alicia hace dos décadas, en su taller de grabado, espacio donde la botánica siguió explorando su veta artística y creativa. A raíz de eso, también se generó una relación de amistad y trabajo en donde asegura, siempre hubo espacio para compartir visiones, crear en conjunto y conversar sobre cada detalle.
“La variedad en su tipo de dibujo permitía trabajar de forma especial. Algunos eran más coloridos y detallados, otros permitían ver la estructura de las especies. Sus dibujos son realmente una belleza. Voy a extrañar mucho compartir con Alicia, quien era muy activa, observadora y no podía estar sin trabajar. Para ella esto era un modo de vida, de comprender el mundo y compartirlo. Hasta los últimos días de su vida ella pasaba muchas horas diarias dibujando e investigando para construir sus libros. Así que realmente no era un trabajo, ni algo separado de la vida. Y eso es muy bonito”, recuerda la diseñadora.
En ese contexto, Montero destaca la gran contribución de la botánica al conocimiento de nuestra biodiversidad y a la divulgación científica. “Como línea general de todos los libros, Alicia buscaba ser cercana y precisa a través de sus dibujos y contenidos. Concebía la ciencia como parte del día a día, y como una forma de pensamiento sobre el mundo. Ella conocía cada planta de su jardín y cada pájaro nuevo que llegaba hasta su casa y eso era tema de conversación. Por lo tanto, la difusión que impulsaba estaba muy entremezclada con lo cotidiano. Realmente ella lograba transformar la ciencia y el conocimiento sobre la naturaleza en algo tangible y cercano”, concluye.
En honor a Alicia Hoffmann
Nacida en 1932, la botánica descubrió su pasión por el dibujo y la naturaleza a temprana edad, durante sus excursiones a la cordillera junto a su familia. Y luego, el mundo vegetal la llevó a recorrer un largo camino que incluía investigación, docencia, ilustración y la creación de libros clave para la educación ambiental en Chile.
Sus libros, ilustrados por ella, nacieron del interés por fomentar el vínculo entre las personas y el resto de la naturaleza, y así ayudar a protegerla. Co-creó Aves de Chile; Plantas que comemos; Ecología, conocer la casa de todos; Darwin en Sudamérica; El Alerce, gigante milenario; Ecología del Agua; Ecología y la gran minería del cobre, entre otros.
Más detalles de su vida y contribuciones Alicia Hoffmann y la ruta por su jardín – Instituto de Ecología & Biodiversidad (ieb-chile.cl)