«Ruta eléctrica: Parques Nacionales de Chile» es el nombre de la aventura que Benjamín Valenzuela, junto a su pareja Ignacia Jory, desarrollan hace dos meses. Tal como contamos antes de que emprendieran rumbo, su idea principal es viajar por Chile para recorrer y conocer todos los parques nacionales del país por un año a través del auto C40 eléctrico de la marca Volvo. Ya finalizaron la primera etapa, en los que los protagonistas fueron los nueve parques de la zona norte del país.

“Fue super gratificante y a la vez bastante agotador -física y mentalmente-, sobre todo por el tema logístico de gestionar ruta eléctrica hacia el norte de Chile. Sin embargo, se puede hacer, conlleva más tiempo que un vehículo convencional. Por eso estamos haciendo este viaje también, para evidenciar que se puede trabajar en una ruta e infraestructura eléctrica”, destacó Benjamín.

Fueron miles de kilómetros recorridos para conocer parques que brindaron temperaturas cambiantes, paisajes inhóspitos, inesperados encuentros y mucho más. En general, son zonas menos visitadas que las del sur, aunque no dejan de ser experiencias inolvidables. Al respecto, Benjamín comenta sobre las carencias en infraestructura de estos parques, además de su lejanía y altura, que complejiza llegar a ellos.

Hablamos de los parques nacionales Lauca, Salar de Huasco, volcán Isluga, Llullaillaco, Morro Moreno, Pan de Azúcar, Nevado tres Cruces, Llanos del Challe y Fray Jorge.

Los nueve parques nacionales del norte

El Parque Nacional Lauca, fue creado en el año 1970 y comprende una superficie de 137.883 hectáreas, que abarcan zonas de precordillera y altiplano. Pertenece a la comuna de Putre, provincia de Parinacota, Región de Arica y Parinacota. El año 1981 fue declarado parte integrante de la Red Mundial de Reservas de la Biósfera.

Parque Nacional Lauca- Créditos Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Lauca- Créditos Benjamín Valenzuela.

Benjamín e Ignacia quedaron fascinados con este lugar, incluso lo llamaron “su favorito”: “Nos tocó la última patita del invierno boliviano, pero nos sorprendió de manera muy positiva la cantidad de fauna que se encuentra ahí, además de los senderos bonitos junto a un paisaje que es impactante».

Otra parada en la Región de Tarapacá fue entre volcanes, lagunas y cerros sagrados del pueblo aymara, donde se emplaza el Parque Nacional Volcán Isluga. Esta área silvestre protegida, creada el 3 de enero de 1967, alberga una de las concentraciones más impresionantes de biodiversidad asociada al ecosistema alto andino, entre ellas, especies de la fauna tales como la tagua andina, suri (ñandú), vicuñas y tres especies de flamencos. Mientras tanto, la principal flora del lugar es la queñoa y la llareta, entre otros.

«Queríamos subir el volcán, pero no lo pudimos hacer por una tormenta de nieve en la cima. Pese a estar en una zona árida, es super verde con mucha fauna domesticada. Sin la contingencia que está sucediendo en Colchane, sería un destino turístico bastante atractivo”, añadió Benjamín.

Parque Nacional Isluga. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Isluga. Créditos a Benjamín Valenzuela.

Luego, el paso fue por el recientemente declarado Parque Nacional Salar del Huasco, que se sitúa en la comuna de Pica, Región de Tarapacá. Se ubica en el centro de dos sierras que van desde Norte a Sur y llegan a superar los 4.500 metros. Su superficie es de 9.950 hectáreas. Es reconocido como uno de los humedales más prístinos del altiplano, siendo una importante reserva hídrica en uno de los lugares más áridos del mundo.

Parque Nacional Salar de Huasco. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Camino al Parque Nacional Salar de Huasco. Créditos a Benjamín Valenzuela.

Luego, el Parque Nacional Llullaillaco fue una sorpresa mientras realizaban su viaje. Esta área protegida comprende 268.670 hectáreas de superficie y se encuentra a 275 kilómetros al sudeste de la ciudad de Antofagasta. Se localiza en la cordillera de los Andes de la Región de Antofagasta y fue declarado área silvestre protegida del Estado en 1995.

Parque Nacional Llullaillaco. Créditos Benjamín Valenzuela
Parque Nacional Llullaillaco. Créditos Benjamín Valenzuela

Como dato curioso, entre las manifestaciones culturales destaca una sección del Camino del Inca (Qhapaq Ñan) y un santuario inca de altura, localizado en la cumbre del volcán Llullaillaco, donde se encontraron las momias de niños sacrificados mejor preservadas en el mundo.

“Fue una verdadera sorpresa de los parques del norte, es super desconocido. Muy pocas personas van, principalmente porque el camino para llegar es muy malo, hay que pasar por dos mineras, aunque los caminos son públicos. Además, es un lugar que requiere muchas solicitudes, tales como, firmar permisos para acceder. Una vez estando ahí, el parque es maravilloso, hay muy bonitos paisajes con el volcán de fondo”, agregó.

Parque Nacional Llullaillaco. Créditos Benjamín Valenzuela
Parque Nacional Llullaillaco. Créditos Benjamín Valenzuela

Continuando su travesía, el Parque Nacional Morro Moreno se encuentra en el sector de la península de Mejillones, Región de Antofagasta, en la cordillera de la Costa. Está ubicado a 65 kilómetros al norte de la capital regional y su superficie corresponde a un total de 7.313,89 hectáreas. En este atractivo lugar existe una diversidad de ambientes continentales, marinos e insulares que poseen importantes y variados recursos faunísticos, vegetaciones, geológicos-geomorfológicos, paisajísticos y arqueológicos únicos en Chile.

Parque Nacional Morro Moreno. Créditos a Benjamín Valenzuela
Parque Nacional Morro Moreno. Créditos a Benjamín Valenzuela

Con este parque, y en general todos los de la costa del norte, la pareja evidenció la problemática de los perros y la tenencia responsable. “Los perros son un problema gigantesco dentro de esos parques porque la gente los bota, se forman jaurías perjudiciales para la fauna nativa e incluso para todos quienes asisten porque pueden atacar a cualquiera que se cruce. Más allá de eso, la playa y el mar dan una sensación de tranquilidad agradable, además de haber senderos establecidos. Al estar más cercano a la ciudad, es un lugar mucho más amigable y desarrollado. Sin duda para desconectarse o escaparse, es una alternativa super viable”.

Otra parada fue el Parque Nacional Pan de Azúcar, creado en 1985 y que comprende más de 43 mil hectáreas, entre las regiones de Antofagasta y Atacama. En esta última se emplaza la mayor parte del parque, sumado a un sector insular.

Parque Nacional Pan de Azúcar. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Pan de Azúcar. Créditos a Benjamín Valenzuela.

Es un centro de endemismos notables, como por ejemplo elementos de la familia de las cactáceas, con más de 18 especies. Una particularidad de este parque es que posee ambientes marinos y terrestres, por lo que la fauna es diversa y abundante.

Parque Nacional Pan de Azúcar. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Pan de Azúcar. Créditos a Benjamín Valenzuela.

La sexta semana del viaje nos ubica en el Parque Nacional Nevado de Tres Cruces, ubicado en la Región de Atacama, en las comunas de Copiapó y Tierra Amarilla. Cuenta con más de 59 mil hectáreas de protección, en una zona donde la búsqueda de aventura es un motivo de visita. “Este lugar es la puerta al volcán Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo y la montaña más alta en Chile, después del Aconcagua. Ese es su atractivo principal para los que buscan trekking de alta montaña, a lo que se suman los salares que permiten avistar flamencos muy de cerca”, destacó Benjamín.

Parque Nacional Nevado tres cruces. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Nevado tres cruces. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Nevado tres cruces. Créditos a Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Nevado tres cruces. Créditos a Benjamín Valenzuela.

El recorrido siguió por el Parque Nacional Llanos de Challe, que cuenta con una superficie superior a 45 mil hectáreas. Fue creado en 1994, del Ministerio de Bienes Nacionales, con la finalidad de proteger la formación vegetal desierto costero del Huasco. Este es uno de los lugares clave para el florecimiento del desierto florido. La flora de este lugar supera las 200 especies, entre las que hay nativas y endémicas.

Parque Nacional Llanos del Challe. Créditos Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Llanos del Challe. Créditos Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Llanos del Challe. Créditos Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Llanos del Challe. Créditos Benjamín Valenzuela.

El último parque en la lista fue el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, creado en 1941 y que protege poco más de 8 mil hectáreas en la Región de Coquimbo, provincia del Limarí, comuna de Ovalle. Es una Reserva Mundial de la Biósfera declarada por la UNESCO por poseer un bosque valdiviano en una zona desértica costera. Se trata de un fenómeno natural que no se encuentra en otra parte del desierto de Atacama. La existencia de este bosque depende de la condensación de la neblina costera, llamada camanchaca.

Parque Nacional Fray Jorge. Créditos Benjamín Valenzuela.
Parque Nacional Fray Jorge. Créditos Benjamín Valenzuela.

“Este parque es mucho más educativo que el resto, tiene un sendero super corto, de 1 km. Es uno de los bosques más frágiles de chile y se puede apreciar muy notoriamente la camanchaca. Si bien es posible apreciarla en los parques ya mencionados, como Llanos del Challe, Pan de azúcar y en Morro Moreno, en Fray Jorge se aprecia el fenómeno más de cerca dentro del bosque valdiviano, cuando está más densa”, comentó la pareja.

Continua la travesía

Luego de la primera parte de su aventura, Benjamín Valenzuela comenta que una de las cosas que más le fascinó fue la fauna que es posible encontrar a tanta altitud: «Me llamó mucho la atención, así como lo impresionante de la vida y la sobrevivencia en lugares tan inhóspitos”.

Ahora la pareja continúan su viaje hacia la zona centro y sur del país, comenzando por el Parque Nacional La Campana y luego Rapa Nui, permaneciendo hasta agosto o septiembre por la zona centro. Si te interesó esta aventura, puedes seguirla de cerca a través del Instagram @benjavalenzuelawallis y su canal de Youtube.

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