Un viaje por el inadvertido micromundo, bajo el ojo del ganador del concurso de fotografía de Ladera Sur

“Yo describo al micromundo como todo aquello que es imposible ver a ojos desnudos”, comenta Ricardo Varela, fotógrafo especializado en macrofotografía y fascinado por pequeñas especies, quien recientemente recibió el primer lugar en “Reino Fungi en Chile 2022/23”, el 8vo Concurso de Fotografía de Ladera Sur.

La fotografía macro, a la que se ha dedicado por más de cinco años, es la que le ha permitido un acercamiento especial y cercano a la naturaleza, observando muchas cosas que sin su querida cámara simplemente no tendría la posibilidad de ver, ni menos compartir a todas las personas.

– ¿Cómo te iniciaste en la fotografía del micromundo? ¿Qué es lo que te interesó de él?

– Me inicié en la fotografía del micromundo hace unos años atrás, simplemente porque tenía muchas dudas sobre qué sucedía allá abajo con los insectos. Sentía que me generaba mucho más interés -fotográficamente hablando- describir en una foto cosas que no se saben o que, si uno no logra grabarlas, de alguna manera, nunca se van a ver. En el micromundo también pasan muchas cosas y tenía ganas de fotografiar eso; lograr captar con mi cámara mis inquietudes acerca de los insectos y las cosas pequeñas, para poder transmitírselo al mundo.

– ¿Tienes algún grupo o especies que te haya fascinado más fotografiar?

– Soy amante de la naturaleza en general, todos los seres vivos me provocan la misma fascinación. Pero, a la hora de hacer fotografía macro, me he inclinado mucho por los coleópteros en Chile, tenemos una diversidad muy bonita.

Me he dedicado también a intentar fotografiar una variedad de insectos coloridos, dentro de los cuales están los escarabajos joya y los «burritos«, que en Chile presentan colores que uno piensan que no existen en nuestro país. Sin embargo, tenemos insectos increíbles, con colores maravillosos y he tenido la suerte de poder ver algunos de los más lindos.

– ¿Qué experiencia o anécdota nos puedes compartir sacando alguna de las fotografías que nos compartes?

– Si bien por la macrofotografía uno camina mucho, a la vez es una caminata pausada, entonces, son salidas muy tranquilas, son experiencias muy espirituales. Es muy sencillo poder toparte cara a cara con una especie que deseabas ver, me ha pasado muchas veces, y creo que tengo muchos encuentros con insectos o con cualquier cosa que en algún momento de mi vida lo vi en un libro y dije: “oh, algún día tengo muchas ganas de ver a este animal o insecto”.

Más que anécdotas, diría que son muchas las experiencias de ver por primera vez algo. Quizás una de las mejores fue fotografiar por primera vez un ejemplar vivo en Chile de la “Mosca azul de Philippi” (Philippimyia cyanocephala). Era una mosca de la cual no se tenían registros desde su primera colecta que fue por ahí en los 80′. Tuve la suerte de toparme con esa mosca y hacerle las primeras fotos en la historia por decirlo así, donde se podía apreciar su morfología, su color y detalles. Esas son las experiencias que tenemos los fotógrafos macro: tener la oportunidad de mostrar por primera vez al mundo algo. Eso es muy bonito. 

– ¿Qué es lo más difícil de realizar este tipo de fotografía?

– Lo más difícil es quedar conforme con mi trabajo. Intento ser muy exigente con mi trabajo fotográfico, lo cual me ha permitido a mí ir mejorando, año a año, toda mi técnica en esto de fotografiar el micromundo. Para mí, lo más difícil es aprenderme los nombres científicos de los insectos, es un desafío, ya que, son demasiados insectos y muchas veces se me olvidan en terreno.

Creo que, la fotografía macro es una disciplina que requiere de mucha paciencia, hay que tener tranquilidad para no espantar a los insectos. Una de las cosas más difíciles es controlar eso, sobre todo para las personas que no tienen paciencia o son ansiosas pueden tener algún tipo de problema. Hay que conectar con la naturaleza, te tiene que gustar mucho.

– ¿Cómo te sentiste cuando te enteraste que ganaste el primer lugar del 8vo concurso de fotografía Ladera Sur, “Reino Fungi en Chile 2022/2023?

– Me sentí super feliz, super agradecido también. Participé en el concurso porque me pareció que el jurado era muy profesional en cada una de sus áreas. Sentir que tu trabajo está siendo evaluado en un concurso, por pasteleros que están viendo pasteles, era una buena oportunidad para concursar y mostrar mi trabajo fotográfico que siempre he querido profesionalizar. Yo cuando hago mis fotografías, siempre trato de que sean lo más profesional posible, entonces estas son instancias que para mí significan mucho, ya que hablan de que estamos bien encaminados haciendo el trabajo y un primer lugar, en un concurso de esta magnitud, para mi carrera de fotógrafo naturalista es super importante. Muy feliz, super agradecido y mi reacción quedó plasmada en ese video de la premiación, con mi cara de incredulidad y mucha alegría.

– ¿Qué vemos en las fotografías que nos compartes?

En mis fotos siento que se puede ver por sobre todas las cosas: el amor, el aprecio, el agradecimiento y el respeto que siento por la naturaleza, algo que conservo desde muy pequeño. Siendo santiaguino, creo que los mejores momentos de mi vida los he pasado en terreno, compartiendo con las personas que quiero y observando especies que nunca en mi vida había visto, independiente si son especies de animales, flores, hongos, mamíferos, etc. Si es algo que estoy viendo por primera vez y estoy en la naturaleza, intento llevarme ese recuerdo en una foto.

Los fotógrafos de naturaleza somos coleccionistas de muchos recuerdos y es importante no olvidar lo que vimos, con quién estuvimos y cómo fue ese día. Intento plasmar con mucho amor y retribuir a la naturaleza en ese sentido, de que las personas puedan ver y apreciar a la naturaleza con una estética que les permita acercarse un poquito más.

– ¿Qué mensaje darías a las personas para que se acerquen más a este pequeño mundo que muchas veces pasa inadvertido frente a nuestros ojos?

– Justamente, como dice la pregunta, pasa inadvertido frente a nuestros ojos este mundo y yo creo que lo tenemos demasiado cerca. El mensaje es a las personas que tienen hijos, que acerquen a los niños a la naturaleza, a los bosques, que desde pequeños sientan que el bosque no es solamente para ir a buscar leña, sino que habitan seres y comunidades increíblemente hermosos. Tener la oportunidad de disfrutarlos de cerca es algo que se debería inculcar en las escuelas, en las familias, etc. Tener un acercamiento con la naturaleza hace a las personas mucho más felices sin duda, y probablemente ayude mucho con el desempeño de nuestro día a día.

Simplemente yo les diría que abran más los ojos, que se acerquen al bosque con respeto y que pierdan el miedo. Tenemos la suerte de vivir en un país que probablemente tiene una cantidad de animales que son nocivos o muy pocos son venenosos para el ser humano. Probablemente somos el único país de Latinoamérica donde te puedes meter a un río sin el miedo de que te salga una anaconda, un cocodrilo, una piraña, en Chile eso no pasa, tenemos la suerte de mezclarnos con la naturaleza.

Si nos acercáramos a la naturaleza, niños y adultos, tendríamos una sociedad con salud mental mucho mejor, creo que es un gran purificante.