Era el día del Eclipse Total de Sol y ahí estaba yo en el Planetario escuchando una charla de varios científicos explicándonos el acontecimiento en sí; qué era un eclipse, los que venían, cómo se podían predecir, etc. Yo era parte de un reducido grupo de afortunados invitados a ver el eclipse desde un avión en una actividad organizada por National Geographic. Volaríamos en un avión de Skyairlines piloteado por Klaus Von Storch, quien en 2001 fue considerado como candidato a astronauta de la NASA y que hoy integra la Comisión Científica y Tecnológica del Comité de Ministros para el Desarrollo Espacial.

A mí me invitó Samsung quien me encargó captar el eclipse sacando fotos con el celular. Después de la charla en el planetario y un brunch en los hangares, Klaus nos explicó la trayectoria que íbamos a hacer y cómo ellos calculaban los vientos y las distintas alternativas que tenían en caso de que los vientos cambiaran. Nos contó que tenían que calcular cómo podían interceptar la sombra ya que esta iba a avanzar a una velocidad enorme a nivel de tierra, y nosotros teníamos que cruzar a través de la sombra con el avión para poder captarlo. Si no, habían hartas posibilidades de perder esa ruta y perder el momento exacto, porque la sombra avanzaba demasiado rápido.

Finalmente partimos. Durante el vuelo, el piloto iba comunicándose con nosotros y nos iba contando que él veía la sombra, que íbamos en buen camino, y en el momento del eclipse giró el avión y quedamos todos mirando el eclipse por las ventanas del avión justo cuando estaba casi completándose. Después se completó y fue como 1 minuto donde en el avión hubo un silencio absoluto, estábamos todos en shock. Se hizo de noche y se veían las estrellas, y hacia los costados alcanzábamos a ver la luz del sol. Estábamos viendo día y noche por la misma ventana. Fue un minuto muy especial, todos intentamos sacar las mejores fotos, pero fue corto. Me parece que más corto que lo que duraba el momento del eclipse desde la tierra porque nosotros íbamos avanzando y por ende atravesamos y cruzamos la sombra. Pero de igual forma fue algo espectacular, la gente estaba en shock. Fue corto, pero valió la pena.

Apenas llegamos al aeropuerto compartí mi foto y creo que ha tenido harto impacto porque, a diferencia de otras fotos, es un ángulo que no mucha gente ve, donde se puede ver casi la curvatura de la tierra porque estábamos a gran altura, a 39.000 pies. Además se ve la sombra avanzar, se ven las nubes, se ve una atmósfera totalmente distinta. La foto al sacarla de más lejos, sin hacerle el zoom de la argolla del eclipse, te permite captar cómo se ve la sombra impactando la tierra.

No me esperaba tanto pero fue realmente impresionante, y las fotos que logramos capturar con el Samsung Galaxy S10 cumplieron su misión y generaron el impacto esperado. Para el próximo eclipse también me gustaría verlo desde un punto de vista distinto, tendré que organizarme con tiempo.

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