El río Blanco tiene un característico color turquesa que cambia en días de lluvia. Correntoso y salvaje, baja de lo profundo de un bosque templado lluvioso de los Andes Australes. Eso explica la pureza de sus aguas, ya que este bosque virgen que forma gran parte del Parque Nacional Hornopirén, se encuentra muy bien conservado.

Ahí habita el alerce y muchas otras especies como la lenga, el coigüe, la tepa, el ulmo y la luma. Es un territorio que además deslumbra por sus ventisqueros, lagunas y cerros rocosos; poco explorado, ya que los últimos kilómetros para llegar al parque hay que recorrerlos a pie.

Esta vista en particular está tomada desde la Carretera Austral, en el tramo que va desde Hornopirén a Caleta Puelche.

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