Las altas temperaturas que de a poco han empezado a ser más constantes en la zona central, comienzan a secar lo que brotó en la primavera de forma silvestre. De esta manera los cerros agarran su color característico del verano. Este año el verde de los cerros duró más que otros años. Recordaremos por mucho tiempo esta primavera tan lluviosa.

La imagen corresponde a un Espino (Acacia caven) en la zona de Rapel, RM, Chile.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...