La semana recién pasada pasará a la historia de Puerto Varas como una semana dolorosa. Ad portas de la aprobación del reglamento de la nueva Ley de Humedales, en los últimos días fuimos testigos de tres rellenos en tres quebradas urbanas diferentes, todas en pleno corazón de la ciudad, a vista y paciencia de todos y todas. Tristemente, para algunos/as ciudadanos/as la nueva ley de humedales no se convirtió en un incentivo para proteger y poner en valor estos vitales ecosistemas, sino por el contrario, los motivó a adelantarse a la implementación de la nueva normativa y rellenar sus terrenos para futuras ventas o edificaciones.

Relleno de quebradas en Puerto Varas ©Comité Ambiental Comunal de Puerto Varas (1)
Relleno de quebradas ©Comité Ambiental Comunal de Puerto Varas 

Por otra parte, no se ha tenido un involucramiento temprano por parte de múltiples autoridades involucradas. Por último, como comunidad tomamos asiento en el cómodo palco de la indiferencia sobre lo que es público. Una vez más, el beneficio privado y a corto plazo está primando, ciega y torpemente, por sobre el bien común y el sentido de lo colectivo, que es responsabilidad de todos y todas. Una vez más no estamos siendo capaces de reconocer y proteger lo que debiese ser sagrado: las quebradas y humedales, nuestros últimos espacios naturales urbanos.

Si algo nos ha enseñado la pandemia es lo frágiles que son nuestros sistemas de vida y lo estrechamente ligada que está nuestra subsistencia a los ecosistemas en los que nos insertamos y de los que somos parte. Esto no es menos cierto en la ciudad. La naturaleza juega un rol clave, incluso (o quizás sobre todo) en entornos urbanos. El mejor ejemplo para graficar esto son los ecosistemas hídricos que por tanto tiempo nos empeñamos en esconder, y que nos recuerdan cada vez con más frecuencia que tienen una razón de ser. Humedales, quebradas, esteros y espacios del agua en general, son fundamentales para captar, conducir, almacenar y depurar las aguas lluvias, más aún en un territorio donde las precipitaciones son tan abundantes y las inundaciones están a la orden del día.

Puerto Varas. MM
M.M | Wikimedia Commons

Puerto Varas es una ciudad de borde lacustre. Al igual que en Ensenada, Llanquihue, Frutillar y Puerto Octay, la generosa presencia del agua y su exhuberante naturaleza han determinado nuestro habitar y moldeado nuestra identidad y cultura. ¿Por qué le damos la espalda? Si recorremos la ciudad hoy, con mucha dificultad encontraremos algunos fragmentos de esta naturaleza urbana, aislados, olvidados y rebosando de basura, una penosa muestra de lo que fuera un prístino y salvaje ecosistema de agua dulce. Podríamos argumentar que en el pasado se desconocía la importancia de estos ecosistemas naturales, y no sería justo evaluar hoy acciones que ocurrieron en un contexto muy distinto al actual. Sin embargo, los rellenos también están sucediendo hoy, como una manifestación más de muchos problemas socioambientales que seguimos postergando.

Aunque nos jactamos de nuestros hermosos paisajes, vistas y calidad de vida sureña, poco a poco el cortoplacismo de nuestras acciones nos está reventando en la cara: atención, puertovarinos y puertovarinas, no nos engañemos, ¡nos estamos ahogando en cemento, humo y caca!

Relleno de quebradas en Puerto Varas ©Comité Ambiental Comunal de Puerto Varas
Relleno de quebradas ©Comité Ambiental Comunal de Puerto Varas

Si esta frase suena a sensacionalismo, podemos ahondar en las escandalosas cifras que la sustentan: (1) cemento: la ciudad de Puerto Varas cuenta con menos de 3 m2 de área verde por habitante, menos que nuestros vecinos Llanquihuanos, y muy por debajo de los 9 m2 que recomienda la OMS y la ONU como mínimo (para qué decir lo lejos que estamos de los 50 m2 que se sugieren como el óptimo); (2) humo: la estación de monitoreo de calidad del aire instalada en mayo en nuestra ciudad nos tiene al borde de la declaración como Zona Saturada, con niveles por sobre Alerce, Puerto Montt e incluso Osorno en algunos días del año; y (3) caca: las mediciones de calidad de agua del lago han encontrado hasta 3.000 veces más coliformes fecales que lo permitido en distintos puntos de nuestras bahías. La situación no da para más.

Ahora más que nunca necesitamos que entre ministerios, gobiernos comunales, organizaciones, vecinos y vecinas dejemos de apuntarnos con el dedo, asumamos nuestras diversas responsabilidades y trabajemos en comunidad. En ese sentido, la elaboración del Catastro Comunal de Humedales Urbanos es una oportunidad única para que nos organicemos y trabajemos juntos por comunas más justas, verdes y sostenibles. Las organizaciones aquí firmantes nos ponemos a disposición de un proceso articulado para catastrar los humedales urbanos no solo de la comuna de Puerto Varas, sino también de la región. Pero para que este no sea un mero ejercicio simbólico y tenga un impacto real tiene que suceder ahora. Asumamos su urgencia con responsabilidad y sin más postergaciones.

¿Seremos capaces de estar a la altura de la profunda crisis social y ambiental que enfrentamos como sociedad, y responder con creatividad, innovación y asociatividad desde nuestro territorio?

Tenemos a la mano una opción real para hacer una diferencia. El cambio empieza hoy.

 

Instituciones y organizaciones adherentes:

Comité Ambiental Comunal de Puerto Varas

Corporación de Turismo y Cultura de Puerto Varas

Unión Comunal de Juntas de Vecinos Juntos por Puerto Varas

Transforma Puerto Varas

Geute Conservación Sur

Agrupación de Guías de Turismo de la Provincia de Llanquihue AG

Asociación de Tour Operadores ATO

Comunidad B Patagonia

Jardín Infantil Pehuén

Jardín Infantil Arándano

Jardín Infantil Rehue

Jardín Infantil Pre-school

Jardín infantil Dientecito de leche

Junta de Vecinos Nro 1

Patagua

Fundación Legado Chile

Regenera Orgánico

Birdschile

Fundación Conservación Marina

Cucha Puerto Varas

Volver a Granel

Taller Verdesur

Colegio de Arquitectos delegación provincial Llanquihue

Fundación Urbanismo Social

Mesa Provincial de Humedales de Llanquihue

Ensenada Sustentable

Parques Australes

Junta de Vecinos Villa Ensenada

Escuela rural Reinaldo Raddatz

Comité Ambiental Comunal de Frutillar

 

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