Actualización: Después de una tensa votación por parte de la Comisión Regional de Evaluación Ambiental este jueves 9 de marzo, donde en un comienzo existía un empate de 6 votos a favor y 6 votos en contra de la construcción del megaproyecto minero Dominga, finalmente se rechazó su puesta en marcha. El voto decisivo lo dio el intendente de la Región de Coquimbo, Claudio Ibáñez.

En el último tiempo el proyecto minero Dominga, que contempla la construcción de dos minas a cielo abierto en la comuna de La Higuera, región de Coquimbo, norte de Chile, ha sido foco de atención debido en gran parte a la fuerte oposición que han presentado diversas organizaciones y habitantes del sector quienes no sólo han acusado ilegalidades en la etapa de evaluación ambiental del megaproyecto minero de extracción de hierro, sino que además destacan las consecuencias que este podría traer para la biodiversidad marina.

Esta semana se vivirán momentos claves para la tramitación de este proyecto cuando en primera instancia, los representantes de la campaña «Salvemos La Higuera» presenten diversos antecedentes de las presuntas irregularidades ante la Cámara de Diputados en una sesión especial que se realizará este miércoles 8 de marzo en Valparaíso, donde solicitarán la invalidación del EIA.

Además, este jueves 9 de marzo (después de 3 años de tramitaciones) se votará a las 9 am la Resolución de Calificación Ambiental, RCA, del proyecto minero Dominga en el salón Prat de la Intendencia Regional en la región de Coquimbo, la última instancia que debe enfrentar el megaproyecto para ser aprobado.

© César Villarroel
© César Villarroel

¿Por qué se está en contra de este proyecto?

Dentro de las principales críticas al proyecto minero portuario de la empresa Andes Iron, se encuentran las presuntas irregularidades que ha tenido el proceso de evaluación ambiental. Según ha denunciado la ONG Oceana, en esta etapa se han realizado al menos tres importantes infracciones partiendo por el hecho que se permitió a Andes Iron presentar sin justificación una cuarta Adenda. (Las Adendas son los documentos que presentan los titulares de proyecto, al solucionar las observaciones hechas por los servicios públicos al proyecto). El reglamento del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental establece que se pueden presentar hasta 2 Adendas y en casos excepcionales y justificados una tercera y en este caso hubo 4.

Por otro lado, Oceana denunció que el SEA de Coquimbo desestimó las observaciones presentadas por Conaf que apuntaban a aspectos críticos del proyecto que no habían sido respondidos y que tenían relación con la contaminación y sus posibles consecuencias para la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt que se encuentra cerca del sitio donde estaría emplazado el megaproyecto minero y portuario. Finalmente, se señaló que la línea de base presentada por Andes Iron se encontraba incompleta.

«Andes Iron subestimó el área de influencia marina del proyecto al no considerar desde un inicio el impacto de las embarcaciones que transportarán el mineral sobre el medio marino. Tras reiteradas observaciones de las autoridades, la minera recién en octubre de 2016 se hizo cargo de considerar dicho impacto, habiendo transcurrido tres años de iniciado el proceso de evaluación ambiental, lo cual resulta inconcebible. Andes Iron, en reiteradas ocasiones, afirmó que el área de influencia marina de Dominga se limitaba solamente a la bahía Totoralillo Norte. Sin embargo, luego de la insistencia de las autoridades, la compañía reconoció que su área de influencia sería mayor», señaló a Ladera Sur Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile.

A esto se suman los efectos que un proyecto como este podría tener sobre la biodiversidad del sector.

© César Villarroel
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Consecuencias para la vida marina

Wladimir Morales, miembro de la Agrupación Defensa Ambiental de Serena-Coquimbo, ha enumerado diversos impactos que Dominga podría traer a la comuna de La Higuera y las localidades de Punta Choros, Caleta Hornos, Chungungo y Totoralillo. Entre ellos se encuentran el aumento de ruido con altos decibeles (que pueden afectar el  altamente sensitivo sistema auditivo de los cetáceos), diversos daños a la flora y fauna que anida, habita y se reproduce en La Higuera, consecuencias económicas para los pescadores del sector que manejan el 80% de la producción de locos y machas de la región, e incluso efectos sobre los cetáceos (ballenas y delfines) que se alimentan en los bancos de krill que hay justo donde pasarían los buques cargueros del proyecto.

Van der Meer suma a esta lista otros peligros como las potenciales colisiones de las embarcaciones con los cetáceos que habitan/visitan el área en busca de alimentos y los potenciales derrames de hidrocarburos en el mar que podrían causar un grave daño en la flora y fauna marina de los ecosistemas, entre ellos las áreas protegidas de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt y las Reservas Marinas Choros-Damas e Isla Chañaral. Sin olvidar el impacto de la planta desalinizadora de agua: «esta contempla devolver la salmuera al mar, generando un cambio en la salinidad del agua, en un lugar donde existen especies altamente sensibles a cualquier variación».

«Hay zonas que por su biodiversidad única deben ser preservadas, como es el caso de La Higuera. Esta zona es reconocida mundialmente como uno de los 34 hotspots de biodiversidad del mundo, donde vive alrededor del 80% de la población mundial del pingüino de Humboldt, y otras especies en peligro de extinción como el chungungo, el pato yunco, la ballena azul y la ballena fin y que corren grave peligro de aprobarse este megaproyecto», dijo Van del Meer, quien además destacó el uso sustentable de los recursos pesqueros que han logrado los pescadores de las seis caletas que componen la comuna de La Higuera. «¿Vamos a poner en peligro todo esto por un proyecto que tiene apenas 22 años de vida útil?», reflexionó.

Por su parte, Cristóbal Díaz de Valdés, representante del “Movimiento Chao Pescao” ha sentenciado: “No nos cabe en la cabeza que un sitio que ha sido declarado prioritario para la conservación por el Estado de Chile y que está sujeto a acuerdos y leyes internacionales hoy se vea nuevamente amenazado por un megaproyecto de industrialización” y añade que esta se convertirá claramente «en una zona de sacrificio».

El momento decisivo

Luego de que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) recomendara la aprobación del proyecto minera Dominga, argumentando que el proyecto «cumple con la normativa ambiental» asegurando que ya se habían solucionado los errores, omisiones e inexactitudes durante el proceso de evaluación (aquí los compromisos propuestos por la empresa), muchos se encuentran expectantes ante lo que podría suceder este jueves durante la votación de la RCA.

«El jueves es un día clave. Nosotros esperamos que la Comisión Evaluadora se dé cuenta de los graves errores en los que incurrió el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Coquimbo al recomendar la aprobación de Dominga y detenga el daño irreparable que significaría aprobar un proyecto como este. Existe suficiente evidencia para rechazar el proyecto, por lo que sería un retroceso aprobarlo, considerando todas las irregularidades», señaló a Ladera Sur la Directora Ejecutiva de Oceana, Liesbeth van der Meer.

© César Villarroel
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Las principales características del proyecto Dominga

El proyecto minero-portuario Dominga, que fue presentado en primera instancia en 2013 al proceso de evaluación ambiental, contempla la construcción de dos minas a cielo abierto en La Higuera, un puerto y una planta desalinizadora en Totoralillo Norte –sólo utilizará agua de mar desalinizada en todos sus procesos mineros–.

Está programado su inicio de producción de hierro y cobre para 2020 y la minera se mantendría activa por 22 años, en los que se espera extraer 12 millones de toneladas de hierro concentrado y 150 mil toneladas de cobre concentrado al año.

Ante las críticas sobre su impacto en el medio ambiente, la empresa ha propuesto medidas de mitigación para disminuir los efectos que podría tener la implementación de Dominga, entre ellos, la instalación de barreras acústicas durante la construcción, un plan de monitoreo de las especies en los ambientes aledaños y un plan de gestión para la conservación de la vegetación.

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