LO MEJOR DEL 2015. No solamente porque están muy lejos cada una de la otra, sino más bien porque cada isla que proponemos hoy tiene un sello propio y que las hace totalmente distinguibles. Cuatro actividades diferentes para cuatro islas nos describen qué se esconde en ellas.

Bien sabido es la enorme cantidad de cosas por hacer en Isla Mocha, una reserva nacional de encantos, que se propone día a día a preservar su despampanante flora y fauna. Y dentro de ese cuidado, la Conaf le prohíbe al visitante encender fuego. Pero lo curioso de esto, es que el fenómeno distintivo que rescatamos de esta isla, son las pequeñas fogatas que se pueden prender en el mar.

Tal cual. En Isla Mocha, frente a la costa de Tirúa, Región del Bio Bio, producto de pozos de gas natural, es posible prender fuego sobre el agua cuando la marea está baja, tal como muestra la imagen. Un fenómeno natural que es parte del espectáculo que ofrece este maravilloso lugar. Entra acá.

Cristóbal Correa cataloga la Isla Robinson Crusoe, parte del archipiélago de Juan Fernández, como “uno de los tres lugares más impresionantes de Chile”. En su publicación (aquí), Correa nos da las directrices para saber cómo llegar hasta ese sector de esta isla que destaca por ser sede importante de la pesca deportiva, una actividad poco conocida en Chile, pero que aquí se practica a diario (link externo). Como resultado, la gastronomía resulta ser un gran atributo y sus visitantes los más beneficiados.

Pero la fauna no está ahí exclusivamente para ser apreciada. En Isla Riesco cada animal cumple una función clave para el cuidado de sus bosques. José Antonio de Pablo estuvo ahí para entregarnos esta interesante publicación acerca de la vida de las aves de esta isla ubicada en la Región de Magallanes y su importancia para la mantención de un entorno limpio y sano. Una suerte de lucha del mundo animal, que busca proteger su medio ambiente contra los cinco proyectos de extracción de carbón que amenazan su ecosistema, contaminando acústica y ambientalmente la isla.

Accede aquí para ver en detalle su descripción e ilustración, que como dice su autor, “es una invitación a conocer Isla Riesco, a informarse y a participar activamente de los procesos que involucran la transformación del paisaje y especialmente del impacto sobre nuestros recursos naturales cada vez más amenazados”.

La singularidad de Tantauco es que es el único parque nacional de conservación voluntaria, invitando a quienes quieran a presentar proyectos de protección y restauración del ecosistema en la zona más austral de Chiloé.

Pero probablemente quien lo visite será testigo de otro valor distintivo. Dentro de sus 118 mil hectáreas y hasta hace poco tiempo sede de la carrera de deporte aventura Tantauco Exploration Race, el parque está diseñado para el trekking de todo tipo de niveles, por lo que sus 10 senderos que suman 130 kilómetros son la vía perfecta para conocer esta mágica reserva.

Al parque se suele acceder por la entrada norte en Chaiguata o a través de Caleta Inio en el sur, su último indicio de civilización y de complejo acceso, al que se puede llegar atravesando el Golfo de Corcovado en lancha o por aire. Revisa el link.

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