Isla Robinson Crusoe: un destino imperdible para todo aventurero
La isla Robinson Crusoe, ubicada en el Archipiélago de Juan Fernández, es uno de esos destinos atípicos para los chilenos y extranjeros que buscan aventura. Para mi gusto corresponde a uno de los injustamente menos visitados por mercados nacionales e internacionales, digo injusto, porque es un destino que posee todo lo que uno busca: paisajes, variedad de servicios de alojamientos, muy rica gastronomía local, historia y por sobre todo entretención.
Llegar por vía aérea ya es una aventura, ya que, el aeródromo depende de condiciones climáticas óptimas para los vuelos provenientes desde Santiago (se recomienda visitar de diciembre a marzo). La primera impresión que se obtiene desde el avión es de estar llegando a la isla de Jurassic Park; imponentes y escarpadas montañas verdes, como el cerro el Yunque, le dan la bienvenida a los visitantes quienes se asombran con el aterrizaje en la pista que se encuentra sitiada entre dos acantilados. Luego del aterrizaje viene la mejor parte, el viaje en un rústico bote que va desde el aeródromo hasta la bahía de Cumberland, el cuál atraviesa casi toda la isla. En esta parte es posible apreciar delfines y muchos lobos marinos endémicos junto con observar los imponentes cerros que caen abruptamente hacia el mar.
Al llegar a la Bahía de Cumberland uno puede optar por variados servicios de alojamientos, desde un 5 estrellas hasta dos. Para mi gusto, que soy buzo, el real y principal atractivo es el buceo, debido a la excelente visibilidad y cantidad de especies submarinas. Otro gran atractivo e imposible poder dejar de lado, son los espectaculares senderos de trekking que rodean a la isla.
La historia de ella es realmente espectacular, primero por su nombre, el cuál se debe a una historia real del marinero escocés Alejandro Selkirk que quedó abandonado por 4 años y 4 meses en absoluta soledad en la isla, fue el pionero survivorman real, pero sin cámaras. Esta historia inspiró a Daniel Defoe a escribir el famoso libro Robinson Crusoe. Además, la isla esconde grandes historias de nuestro país, esta sirvió de cárcel para los detenidos después de la batalla de Rancagua o el naufragio del barco alemán Dresden, que se encuentra sumergido en la misma bahía.
El ceviche de Vidriola o Breca, el pulpo, las lasañas y empanadas de cangrejo dorado y la infaltable langosta en todas sus preparaciones es uno de los puntos grandes a favor de esta isla que incluso cuenta con 2 cervecerías locales. Ideal 4 días para visitar, conocer y comerse todo.