Una cosa es la capacidad que tenemos de ver el paisaje tal y cual se presenta a nuestra acostumbrada visual y otra es verlo bajo el agua; sumergidos bajo el paisaje y en el paisaje, llevando nuestro cuerpo a otro estado en el que dejamos fuera lo superfluo, cualquier instante que conduzca a nuestro ajeteadro cerebro a experimentar sentimientos terrenales por cosas que, por más que sepamos que son nimias frente a la vida, nos toca correrlas igual.

Bajo el agua están alerta otras capacidades. Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, que de vez en cuando hay que sacar a pasear, más allá de nuestras supervivencias diarias, a estados bucólicos en los que sentimos que somos parte del todo, del eje perfecto en el cual gira la Tierra.

He buceado profesionalmente solo una vez. Mi vida está asociada a la tierra y por ahora permanezco en ella. No les puedo contar mis aventuras acuáticas como Steve Sissou, pero conozco a alguien que puede hacerlo y que, además capta con su cámara este paisaje submarino. Julián Fernández, que vive en un bosque,  tuvo la oportunidad de bucear en un remoto, fronterizo y deslumbrante lugar en el sur de Chile: El Lago Azul en Cochamó, región de Los Lagos.

El Lago Azul tiene un profundidad aprox de 400 metros. ©Julián Fernández
El Lago Azul tiene un profundidad aprox de 400 metros. ©Julián Fernández

El Lago Azul, llamado así por el intenso color azulino de sus aguas en las que en ocasiones se reflejan perfectamente los cerros que lo rodean, es uno de los grandes atractivos de la comuna de Cochamó, en donde suelen realizarse excursiones, paseos en kayak o incluso circuitos de mountainbike que van desde Llanada Grande al Lago Azul cruzándolo en bote hasta su extremo sur para continuar al sendero que va al lago Las Rocas.

Aquí encontrarán una entrevista a Julián Fernández, quien relata un poco más de su experiencia y lo que para él ha significado la práctica del buceo.

©Julián Fernández
©Julián Fernández

¿Habías estado en algo más azul en tu vida? ¿Cómo describirías este color?

Sí, había estado en lugares así de azules. Isla de Pascua y Cozumel tienen ese azul, el “Deep Blue” o azul profundo, que se le llama. Lo describiría como un azul único que se repite en diferentes lugares, como un pantone, como el azul maya.

¿Podrías describir el paisaje que viste/vieron con un sentimiento?

Expansión, eso es lo que sentí allá abajo, que me extendía por completo en el tiempo y en el espacio.

¿Qué tan importante consideras el paisaje como interacción diaria?

La creo básica. Para mí el paisaje es el territorio; extenso y trascendental, me hace sentir más profundo y estar más conectado con lo que creo y siento.

©Julián Fernández
©Julián Fernández

¿Qué lección te ha dado vivir en un bosque?

Para mí es una lección constante, diaria, me gusta ser el protagonista del sin fin de cambios que ocurren en un bosque, de todas las etapas y niveles de vida que se presentan según los cambios y estados climáticos. Me gusta ser parte de este movimiento, me invita a reflexionar en la profundidad de este, en el interior, en la reflexión de los procesos y vida misma.

¿Qué lección te ha dado sumergirte en un bosque?

Si bien en este lago puntual no había un bosque propiamente tal, en la desembocadura de éste en el río Mapocho, o en muchísimos de los buceos que hemos realizado en lagunas y lagos de la zona, sí te sumerges en bosques, y te da la sensación de un  grado de “arqueología marina”.

©Julián Fernández
©Julián Fernández

Si pudieras transmitirle al menos una sensación de ese buceo a la disconformidad social/política del actual Chile ¿Cuál sería y por qué?

Nuevamente la expansión, la altura de miras, la profundidad, el poder abarcar un sin fin de realidades y no solo la aglomeración y visión de unos pocos.

¿Qué se sumergió contigo bajo el agua?  ¿Qué dejaste en el agua? y ¿Qué te trajiste del fondo?

Conmigo se sumergió la ansiedad, soy una persona extremadamente hiperquinética,  y mágicamente en ese buceo dejé la ansiedad bajo el agua. Me traje del fondo esa certeza, pero no inmediata, sino que más adelante entendí que la había dejado, esa sensación de no querer funcionar con ansiedad, sino estar consciente y presente.

©Julián Fernández
©Julián Fernández

Tuviste acceso a bucear en el Lago Azul, ¿Qué opinión tienes de los accesos libres?

Me parece sumamente importante que las personas podamos acceder libremente a todo tipo de aguas, parques y playas siempre y cuando no se confunda “libre” con “gratis”, que exista una conciencia al respecto,  una cultura y pensamiento real sobre el tema. No porque sea libre puedo hacer lo que yo quiera.

¿Crees en los intraterrestres? Estar bajo metros te hace creer que sí existe un mundo bajo la tierra…

Sí, creo en los intraterestres, creo que en esta dimensión existen muchos tipos de vida que uno no tiene idea que suceden. Tiene que ver con los estados de conciencia, mientras más conectado está uno, más entiende la totalidad del cosmos. Y sí, siempre estoy atento bajo el agua a cualquier tipo de vida, y si existe un mundo bajo tierra, estaría genial conocerlo.

Si tuvieras que proyectarle en el cielo una imagen de cualquiera de todos tus buceos a los niños sirios ¿Cuál sería?

Una imagen del río con dos buzos de fondo y los ases de luces, “siempre hay luz al final del camino”,  aunque sea trillada es una frase para mí, muy cierta. En esta destrucción total del bosque en el río, entran pequeños ases de luz, pequeñas señales de vida, que te hacen creer que no estás solo, que la vida sigue. Eso.

Contacto: Julián Fernández P.  / Tel: +56 9 92360639 / vimeo.com/julefilms / julefilms@gmail.com

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