Javier se para sobre una roca y desde lo alto mira la corriente incesante del río Trancura. Camina hacia atrás, toma aire y corre para saltar a sus frías aguas. Al caer, al ruido del chapuzón se le suma el “¡crack!” de un hueso quebrado.

Javier Arias Aliante, por entonces de 25 años, había sufrido una fractura de columna. A los días, en el hospital de Pucón, el médico tratante le informaba a su madre que moriría, pero a Javier no le preocupaba. Estaba convencido de que eso sería lo último que le podría suceder.

A los pocos días, le notificaron que por la magnitud de la fractura, nunca más podría volver a caminar. Fue una noticia complicada que no quería escuchar, sin embargo, algo en él lo empujaba a mirar su pronóstico de forma positiva. Seguía con vida y sabía que más temprano que tarde, al salir del hospital, volvería a disfrutar de las aguas del Trancura.

Así fue como a los cuatro meses de estar hospitalizado, apenas una semana después de salir, junto a sus amigos volvió al río. Y no para observarlo, sino que para lanzarse al agua misma, a sentir esa sensación que desde chico lo llenó de vitalidad. “Fue una sensación muy rica. Volver a la naturaleza y al agua fría. Era en lo que más pensaba estando en el hospital muerto de calor. Eso sí, volver al agua también trajo sentimientos encontrados porque ya no podía hacer lo que sabía”, dice Javier.

Sin embargo, para él nunca hubo impedimentos. Si bien sabía que su vida cambiaría en cuanto a las capacidades físicas, los anhelos por vivir de lo que más disfrutaba en la vida, nunca se esfumarían. Nada ni nadie lo pudo detener.  “Si bien siempre se necesita apoyo de todo tipo, sabía que iba a seguir adelante para poder vivir de lo que más me gusta: trabajar en el río”, agrega Javier Arias (hoy de 28 años) mientras habla de Agua Viva, su emprendimiento de rafting en Pucón que inició hace poco más de un mes.

¿De qué se trata tu emprendimiento?

Ofrezco servicios de turismo. Hago rafting clase 3 por el Trancura bajo y trotadas familiares por el Río Liucura. Actualmente somos 5 personas las que trabajamos, entre guías, fotógrafos, transportistas, etc.

¿Por qué el nombre Agua Viva?

Porque el agua es energía y fuerza y los ríos y sus caudales tienen vida propia. Por eso el nombre, siempre en movimiento.

¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en el río?

Vivir de lo que más me apasiona y por la persona que más quiero, que es mi hija, que tiene seis años. Pero también me gusta poder conocer a nuevas personas. Me encanta hablar con los turistas y compartir con ellos desde el traslado hasta el río mismo.

¿Y qué es lo que más te gusta hacer fuera de tu trabajo?

Las actividades en el río. Ahora comencé a practicar hidrospeed, que es como una tabla de bodyboard, pero para el río. Eso sí, voy con harta seguridad y apoyo porque si no, me trago toda el agua. Hay que cuidarse.

Hoy Javier Arias viaja todos los días desde Curarrehue a Pucón para atender en la agencia donde se instala Agua Viva. Son cerca de 25 minutos de trayecto, manejando en una camioneta adaptada para sus necesidades físicas. Se mueve a diario para lograr sus metas, pero lo más importante, es que sabe que no solo lo está haciendo de buena forma, sino que la vida le ha permitido trabajar de lo que verdaderamente le apasiona, ser feliz y poder darle la mejor calidad de vida posible a su hija.

Si bien Agua Viva recién comienza, ya cuenta con una buena gama de clientes y su emprendimiento promete. Sabe que triunfar depende de él y demuestra a diario que no existen limitantes que le impidan perseguir sus sueños.

Para saber más acerca de Agua Viva, puedes contactar directamente a Javier Arias al +569 85804812 o visitar su página de Facebook.

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