A semanas del anuncio de la Estrategia Nacional del Litio de Chile, se han visto reacciones positivas y negativas en cuanto a los planes de conservación de las zonas afectadas por la minería del litio. Tal como comentábamos en el artículo Gobierno presenta Estrategia Nacional del Litio para Chile: ¿qué opinan expertos?, el plan no dejó a ningún sector indiferente, pero casi todas las reacciones tenían foco en el peligro que esta actividad significa para los frágiles ecosistemas de los salares. 

Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
Flamencos. Créditos a Sara Undurraga

En estos salares del Desierto de Atacama habitan los flamencos, aves que son claves para el ecosistema. Las especies que habitan en la zona son el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), la parina grande (Phoenicoparrus andinus) y la parina chica (Phoenicoparrus jamesi), los cuales han disminuido considerablemente su reproducción dentro de los últimos años, de acuerdo a información de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Donde alguna vez habrían llegado a nacer más de 10.000 polluelos, este año apenas se encontraron 800 crías en el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, muy cerca de la Reserva Nacional Los Flamencos, ubicada en la cuenca del Salar de Atacama. 

El gigante Salar de Atacama, ubicado en la Región de Antofagasta, y que actualmente está siendo explotado por dos compañías mineras diferentes, parece ser hasta ahora la mayor fuente de litio en nuestro país. Además es uno de los sitios con mayor valor biológico para los flamencos, pues es a la vez un lugar de anidación, alimentación, y de paso, mientras se encuentran en periodos de migración, muchas veces ocasionada por la amenaza que siente esta especie ante la invasión de su hábitat natural. 

Salar de Atacama.
Salar de Atacama.

Debido a esto, cabe la duda de si los flamencos están siendo directamente afectados por la minería del litio. Para encontrar estas respuestas, conversamos con Dominique Durand, quien es conservacionista especializada en aves, quien participa como encargada de proyectos especiales de la fundación MERI, relacionados con la conservación del cóndor y el flamenco andino; con Guillermo Cubillos, encargado del área de conservación del Zoológico Nacional de Chile, y con Rudecindo Espíndola, agricultor, integrante de la asociación atacameña de agricultores, topógrafo, investigador y miembro de la OPSAL, Observatorio Plurinacional de Salares Andinos. 

Los impactos de la “minería del agua”

Para Dominique Durand el flamenco ya está bajo la amenaza minería del agua: “A la minería del litio se le llama minería del agua porque es básicamente tomar el agua y evaporarla, hacer estas piscinas donde se evapora el agua, para dejar al descubierto el mineral que le sirve, y estas piscinas succionan mucha agua del salar”. 

Según explica, al evaporar el agua en grandes cantidades, la salinidad del salar sube, y eso significa que ya no es posible para muchas especies seguir existiendo ahí: “Estamos hablando de ecosistemas muy frágiles, desérticos, aislados, únicos, que tienen mucha vida, que habitan con una gran salinidad, lo que los hace ecosistemas muy específicos. El gran problema de la minería del agua es que evapora agua del desierto y eso hace que todo el sistema se desordene”.

Para los flamencos esto sería un problema ya que utilizan distintos tipos de lagunas en su día a día. “Usan lagunas para anidar, para alimentarse y de paso. Las de nidificación son las que usan para su reproducción y hacen sus nidos de barro. Las de alimentación, son en general más profundas, donde los flamencos van solo a alimentarse. Las de paso son más pequeñas y sirven para llegar a las lagunas grandes”, explica Dominique.

Así, el impacto de la minería del litio en los salares es algo que se considera un peligro directo para los flamencos y enciende alarmas dentro del mundo de la conservación. Guillermo Cubillos, encargado del área de conservación en el Zoológico Nacional de Chile, comenta: “Yo siento que si la actividad minera se transforma al nivel de una amenaza insostenible, los flamencos se pueden ver afectados por estas actividades, por su reproducción, y a estar en sitios de resguardo y de alimentación. ¿Qué va a pasar con estas aves que son migratorias? Probablemente van a cambiar sus lugares de anidación”, declara. 

Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
Flamencos. Créditos a Sara Undurraga

Este dificultoso sistema de los flamencos para su alimentación, descanso y reproducción los hace más propensos a migrar cuando se sienten amenazados, poniendo en riesgo la continuidad de la especie, pues pueden pasar una temporada completa sin que vuelvan a las lagunas donde construyen sus nidos. Según Durand, el flamenco tiene una reproducción muy lenta y vive mucho tiempo, por lo que “no están apurados por reproducirse”. En ese sentido, pueden pasar un año sin reproducirse y para ellos no es terrible.

Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
Flamencos. Créditos a Sara Undurraga

El representante del Zoológico Nacional cuenta sobre la investigación que se ha realizado por cerca de nueve años para estudiar los movimientos de los flamencos por medio de tecnología satelital: “nos hemos dado cuenta que estos patrones de movimientos están determinados por el alimento, sitios para la nidificación, refugio, y esta búsqueda de sitios para distintas actividades están conectados a través de corredores aéreos, que tienen una importancia determinante en que estos animales puedan llegar a su destino final a cumplir sus funciones ecológicas”.

“En ese sentido, si nosotros vemos alterado alguno de los salares y lagunas altiplánicas donde los animales se refugian, nidifican o alimentan, evidentemente los flamencos pueden verse afectados y pueden desplazarse a otras zonas. Es decir, si vamos aumentando los niveles de explotación o de uso de territorio donde están los flamencos, vamos restringiendo cada vez más los espacios donde los flamencos viven y hacen sus necesidades”, comenta Cubillos en cuanto a la explotación progresiva del hábitat de esta especie. 

Sin embargo, el investigador también comenta que al ser aves migratorias, es normal que pasen al otro lado de la cordillera. Por lo tanto, el mayor impacto en realidad sería para Chile, que de pronto vería una menor frecuencia en las apariciones de estas aves, debido a que se encontrarán en otras lagunas, alejadas de la minería. 

En ese sentido, se provocaría un impacto ecológico por la migración en masa de la especie. Esto porque su importancia para el ecosistema se relaciona firmemente con los salares. “Los flamencos para nosotros son especies paraguas. Al conservar los flamencos altoandinos no solamente estamos conservando esa especie, sino que también estamos conservando los frágiles ecosistemas altoandinos, los humedales altoandinos que albergan una cantidad de fauna impresionante, desde las cianobacterias que existen, hasta los niveles más altos en la cadena evolutiva, y en este sentido otras aves que coexisten junto a los flamencos también se pueden ver afectados”, declara el investigador del Zoológico Nacional. 

La importancia cultural del flamenco

Otro punto importante para la conservación de los flamencos es comprender que poner en peligro a este animal, no solo poniendo en peligro al ecosistema que habitan y a otras especies, sino que la importancia cultural que tiene esta ave para las comunidades que conviven con ella. 

Rudecindo Espíndola, agricultor, integrante de la asociación atacameña de agricultores, topógrafo, investigador y miembro de la OPSAL, Observatorio Plurinacional de Salares Andinos, explica cómo la presencia de esta especie en la región es fundamental para las creencias de la nación Licanantay: “Los flamencos forman parte de nuestra vida, de nuestra cosmovisión. Las plumas de flamenco tienen importancia, o por ejemplo sus huevos estaban en la dieta de nuestros ancestros”. Además agrega que esta afectación podría tener, según su visión, consecuencias irreversibles.

Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
Flamencos. Créditos a Sara Undurraga

Por su parte, Dominique Durand utiliza el concepto de aves bioculturales para referirse a especies como el cóndor y el flamenco. Según Durand “son aves que son súper importantes ecológicamente, pero que al final crecieron con la cultura humana (…) acá se hacen pagos para la lluvia con sus plumas, son el gran guardián de las aguas para la cultura atacameña, entonces si erradicas el animal del pueblo, estás cortando también una parte de su historia y su cultura, y eso es muy triste, porque no solo desaparece el flamenco, sino que desaparecen sus costumbres ancestrales, como cuando se extingue una lengua”. 

Rudecindo comenta que como pueblo no están de acuerdo con la Estrategia Nacional del Litio, mencionado que como comunidad Toconao están trabajando “en la protección del territorio en el recurso hídrico territorial, de flora y fauna. Estamos haciendo trabajos importantísimos de arqueología en los salares, donde estamos datando lugares de las primeras ocupaciones humanas en el salar, o sea de las primeras ocupaciones que ocurren en nuestro territorio, y eso lo estamos haciendo como comunidad de Toconao, no lo está haciendo el consejo de monumentos, ni el Estado chileno”.

Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
Flamencos. Créditos a Sara Undurraga

Para Espíndola, quien ha dedicado gran parte de su vida a la conservación de la nación Licanantay, “el llamado es a analizar esta  propuesta que en el fondo nosotros no la queremos, eso significa la destrucción de los salares, y nos van a dejar un santuario de desechos. Entonces nosotros no estamos conformes y nunca vamos a estarlo, no lo buscamos en realidad. Nosotros como estamos, estamos en paz”, declara. 

Dentro de esto está considerado el flamenco. A pesar de las duras críticas al proyecto de Estrategia Nacional del Litio con respecto a la consulta a las comunidades indígenas, Espíndola coincide con el estado de afectación en el actualmente se encuentran los flamencos: “tienen una desorientación respecto al lugar a su lugar de poder estar o vivir y pasar particularmente porque algunos flamencos caen a las piscinas de evaporación de las mineras y eso les genera la muerte o simplemente no pueden salir. Si salen, salen con un daño en sus pies, en sus patitas o en sus alas”. 

Coexistencia para sobrevivir 

¿Qué habría que tener en cuenta entonces? Por su lado, Durand hace un llamado a aprender a coexistir. Aprender a cuidar de nuestra agua, porque en el fondo todos la necesitamos: “para eso, mi consejo sería que la gente que va a tomar decisiones hable con las personas que tienen información para que se tomen las decisiones correctas. Creo que eso es lo mejor, dialogar, hablar con todos los agentes, con el pueblo atacameño y con gente experta. Siento que en el momento en el que está el planeta tenemos que aprender a coexistir”. 

“Este es un lugar atacameño, con 18 comunidades que tienen que coexistir, el agua tiene que coexistir, la minería tiene que coexistir, tenemos que pensar cómo lo hacemos para que sea mejor para todos. Un ecosistema entre más diverso sea, más rico, y con nosotros es lo mismo. En este momento hay gente que sabe tanto en el mundo, que entre mayor información que tengamos de gente capacitada, mejor serán las decisiones para todos”, sostiene la representante de la Fundación MERI.  

Por su parte, Guillermo Cubillos también enfatiza en la necesidad de un plan de conservación que incluya no solo a nuestro territorio, sino que considere a Perú, Bolivia y Argentina también, o simplemente el impacto de nuestra estrategia sería muy reducido. 

El representante del Zoológico Nacional comenta la importancia de que “no solo debe ser a nivel nacional, sino también crear un prisma un poco más grande que abarque también los otros territorios donde estos flamencos también viven. Por eso es importante generar el diálogo también con las comunidades indígenas que son los que le llevan el pulso a lo que está pasando a nivel local”. 

Cubillos, al igual que Durand, apuesta por un encuentro de saberes para ayudar al ecosistema: “hay que considerar muchos antecedentes del mundo científico y también de los saberes locales, de manera que podamos complementar y podamos generar ya una ayuda real a la conservación”. 

Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
Flamencos. Créditos a Sara Undurraga
1 Comentario

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  1. Ana Narvaez

    ¿No existe algún mecanismo en la Mineria del Agua, que busque capturar el agua evaporada y reincorporarla al sistema original a modo de reparar el impacto?

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