El trekking de Las Horquetas está ubicado en el segundo Parque Nacional más visitado en la Región de Aysén: Cerro Castillo. Este fue designado en 1970 como reserva y en 2017 cambió de categoría a Parque Nacional. Hacer esta ruta a pie y con mochila es una oportunidad única de aproximarse a sus ventisqueros colgantes, lagunas glaciales, ríos prístinos y abundante fauna de la Patagonia, como el icónico huemul y el cóndor andino. Tiene 5.437 metros de desnivel acumulado.

La mejor época para ir es de noviembre a abril, ya que en otoño el escenario es muy atractivo con el cambio en la coloración de las hojas, pero se debe estar preparado para encontrar nieve, viento blanco y clima inestable, sobre todo en los cruces de portezuelo. Sin embargo, en diciembre y enero hay presencia del tábano negro que puede ser muy molesto.

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Créditos: Felipe Lamas Lazo

El acceso a Las Horquetas, sendero administrado por la Corporación de Turismo de Villa Cerro Castillo, se encuentra en el km 70 de la Carretera Austral, Ruta 7, al sur de Coyhaique y es hasta las 13:00 hrs., para tener tiempo suficiente para llegar al campamento Río Turbio. Si vas en transporte público, desde Coyhaique se debe tomar cualquier bus en dirección a Cochrane (salen a diario), y bajarse en la laguna Chiguay. Luego se deben recorrer a pie los 7 km que separan la laguna con el inicio del sendero.

Recomendaciones antes de asistir

La travesía tiene áreas de dificultad técnica, como el cruce de dos portezuelos, cruce de arroyos y acarreos de piedra. La ruta está señalizada de forma intermitente y la infraestructura de los campamentos es básica. Es imperativo llevar cocinilla. Se recomienda llevar carpa para 4 estaciones, saco de dormir de -10 °C, bototos de caña alta, bastones y sandalias para los cruces de ríos.

La travesía de las Horquetas abarca 53,5 km de pura belleza en el corazón de la naturaleza patagónica. Existen cinco zonas diferentes para acampar las cuales están en senderos rústicos a través del bosque nativo. Los cuatro días se distribuyen así:

Día 1: Las Horquetas – campamento Río Turbio (16 km)

El sendero comienza en el sector de Las Horquetas, junto a la Carretera Austral. Los primeros kilómetros transcurren en una caminata suave a través de pampas y pequeños caseríos donde aún viven gauchos dedicados a la ganadería en medio de la soledad de la montaña. Por lo anterior, es importante dejar siempre las tranqueras cerradas. Más adelante se llega a un arroyo que debe ser vadeado en varias oportunidades. Por ello, es más que recomendable cargar un par de zapatillas livianas o sandalias cerradas para no tener que mojar los bototos de trekking.

Créditos: Felipe Lamas Lazo

Tras 13 km intercalados entre pampa, barreales, bosques de lenga y cruces de arroyo, se alcanza la guardería de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), donde los visitantes deben registrarse y pagar el derecho a ingreso de $14.000 por persona (solo efectivo). Luego de 1 hora más de caminata se alcanza el campamento Río Turbio, ubicado a varios metros del río, donde hay varios sitios para acampar, letrinas y mesas para comer.

Además, cada acceso considera el pago de servidumbre de paso a favor de los propietarios de los campos aledaños al Parque Nacional Cerro Castillo, que para el caso de Mirador Laguna asciende a los $4.500+IVA y para Estero Parada $3.500+IVA. De existir algún margen al final de la temporada, este será reinvertido en proyectos de beneficio comunitario.

Créditos: Felipe Lamas Lazo

Día 2: Campamento Río Turbio – Paso Peñón – campamento El Bosque (8 km)

El segundo día arranca bordeando el río que baja desde el glaciar El Turbio. Poco a poco se asciende bajo un bosque de lenga y coihue, donde es posible avistar el característico carpintero negro o magallánico. La ruta se intercala con claros de bosque, pequeñas cascadas y zonas musgosas hasta pasar el límite de la vegetación, ingresando a las pendientes de piedra y nieve donde ya se avista el paso Peñón.

Este portezuelo es un largo y encajonado paso cubierto por un acarreo de piedras empinado, un tramo bastante cansador. Por ello, se sugiere hacer descansos para tomar fotografías hacia los magníficos glaciares del cordón Castillo, donde se suelen ver cóndores planeando entre sus agudos farellones.

La alta humedad del paso Peñón hace que el tiempo pueda cambiar de un instante a otro. Las nubes y el viento blanco pueden volver a este portezuelo en un peligroso cruce de montaña, encontrando ráfagas de 80 km/h o más. Por ello se debe estar siempre atento a las condiciones climáticas y organizar las jornadas de caminata según el pronóstico.

Es justamente en este entorno húmedo de montaña donde podemos comprender el pasado geológico de los Andes patagónicos. El derretimiento de los glaciares es el que dio vida a los senderos y valles que hoy conforman el Parque. Las formaciones dramáticas de sus montañas dan cuenta de un pasado glaciar reciente que aún presenta cambios geológicos y vulcanológicos en esta zona indómita de Aysén.

Desde el portezuelo se desciende bordeando el arroyo que cae del ventisquero Peñón por terreno rocoso y de acarreo bastante inestable. Aún cuando existe un sendero claro, se deberá descender con cuidado, especialmente en consideración del peso que la travesía de varios días exige trasladar. Finalmente se vuelve a ascender por un bosque para alcanzar el segundo campamento: El Bosque, el cual cuenta con mesas y sitios para acampar.

A lo largo de todo este tramo y los días por venir, es posible cruzarse con especies como el huemul, puma, guanaco, chingue patagónico y zorro colorado, entre otros. Por ello es importante caminar con tranquilidad y respeto a los animales nativos.

Créditos: Felipe Lamas Lazo

Día 3: Campamento El Bosque – laguna Cerro Castillo – Morro Negro – campamento Porteadores – campamento Neozelandés (9 km)

El tercer día es el más exigente físicamente, pero el que ofrece las vistas más gratificantes. Comienza desde el camping con un fuerte ascenso a orillas del río que corresponde al desagüe de la laguna Cerro Castillo. Se alcanza una meseta y tras avanzar poco más aparece la bellísima laguna glacial de tonos calipso, a los pies del cerro Castillo.

El sonido estruendoso del desprendimiento de los glaciares, los cóndores que enseñan a sus crías a volar y cazar, genera la sensación de estar en las entrañas de la montaña patagónica. Es importante recargar agua en este punto, ya que no existen más alternativas hasta llegar al campamento Porteadores.

La ruta sigue avanzando por acarreos de roca, hasta un mirador en el Morro Negro, que ofrece una vista hacia todo el valle del río Ibáñez e incluso hasta Argentina, con días despejados. Probablemente se trata de la mejor perspectiva de toda la travesía.

A continuación, toca cruzar el portezuelo del cerro Castillo a través de una zona escorial y roca lavada con vistas al cerro Palo. Cuando el cielo está borrascoso, el descenso puede presentar ráfagas de viento que obligan a agacharse para reducir la fricción al mínimo.

Los bastones de trekking son los mejores aliados en este tramo ya que tocan 2 horas de descenso por pendiente muy pronunciada y terreno inestable, hasta alcanzar una meseta distintiva por sus grandes rocas, planos areniscos y el inicio del bosque.

Los primeros indicios de vegetación son un alivio que se completa al ingresar a la protección del bosque de lenga, el cual acompaña hasta llegar al campamento Porteadores. Para alcanzar el campamento se debe cruzar el estero Parada entre troncos y piedras grandes. Más pequeño que los demás, y como su nombre lo señala, se trata de un campamento de tránsito, camino al mayor campamento Neozelandés, valle arriba.

Es recomendable, si aún hay energías, continuar la caminata 2 horas más hasta el campamento, para el último día tener tiempo suficiente para visitar la laguna Duff y bajar hasta el final del circuito, en el estero Parada.

Día 4: Campamento Neozelandés – laguna Duff – estero Parada (15 km)

El cuarto día, desde el campamento Neozelandés, son 2,4 km hasta la preciosa laguna Duff, ubicada al fondo del valle del rocoso estero Parada, en una morrena glacial envuelta por el anfiteatro de cumbres filosas de la cordillera del Castillo y otras pequeñas lagunas de altura. Es un trayecto más de montaña y se recomienda poner atención a la orientación.

Créditos: Felipe Lamas Lazo

En el último tercio los monolitos de piedra ayudan a guiar el camino. De regreso al campamento Neozelandés, se debe considerar que el inicio del descenso es hasta las 15:00 hrs., dado que en la montaña hay menos horas de luz.

El descenso desde el campamento Neozelandés es relativamente fácil. Son cerca de 10 km a través de un sendero bien marcado por el borde del cajón del estero Parada, envuelto por bosques, orquídeas silvestres y en otoño, hongos como morillas, changles y digueñes. En eso, el bosque se abre para entrar a una zona de praderas de pastoreo de ovejas y vacas, y pequeños hitos sugieren sutilmente el pronto reencuentro con la civilización.

El intenso circuito de 4 días por los solitarios valles y montaña patagónica llega a su fin en la salida oficial del Parque, marcado por un gran letrero informativo que se ubica junto a un camino vecinal de tierra que conecta, tras dos horas más de caminata, con Villa Cerro Castillo.

*Este artículo fue originalmente publicado en la Guía Chiletur Trekking 2023.

2 Comentarios

2 Comentarios

  1. Leonora Lombardi. (Chile)

    Muy buen recuento de una maravillosa travesía al sur del mundo.

  2. evari$to barriga

    El condor no caza e$ carroñero «ojo ahi»

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