El registro más antiguo de humanos -hasta ahora- en la Patagonia meridional data de alrededor de 12 mil años atrás. Estos primeros habitantes eran, a partir de los datos entregados por estudios arqueológicos realizados en la zona, cazadores recolectores que venían desde el norte y se refugiaban dentro de cuevas, los cuales se piensa que podrían ser quienes precedieron a la culturas indígenas de nuestro territorio austral.

Familia Selk´nam, de izquierda a derecha: Kiliutá, Minkiól, Keelo, Khausél (jefe de familia), Kiuttemink y Alcheke ©A. De Angostini
Familia Selk´nam, de izquierda a derecha: Kiliutá, Minkiól, Keelo, Khausél (jefe de familia), Kiuttemink y Alcheke ©A. De Angostini

De estos cazadores recolectores, hasta las culturas que habitaron la región de Fuego-Patagonia existe escaza información. La interrupción en la historia de pueblos como los Kawesqar, Yaganes, Aonikenk, Haush y Selk´nam fue abrupta y dolorosa, pues sufrieron invasiones y grandes matanzas que desencadenaron en un exilio forzado de los territorios que venían habitando por miles de años, dejando los espacios despoblados para la “civilización”.

Es por ello que gran parte de lo que se sabe de estos pueblos, fuera de la interpretación arqueológica, es gracias a los relatos y registros de exploradores y misioneros en la época de la Colonia. Sin embargo, hay que considerar que estos relatos corresponden a otras formas de ver el mundo, las cuales eran muy distintas a las de los primeros habitantes y las que poseemos hoy.

Infografía región Fuego Patagonia ©Material elaborado por el PAR Explora Magallanes -perteneciente al Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación- y ejecutado por la Universidad de Magallanes, en conjunto con el Museo del Recuerdo realizado en el marco del Festival de la Ciencia en 2020.
Infografía región Fuego Patagonia ©Material elaborado por el PAR Explora Magallanes -perteneciente al Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación- y ejecutado por la Universidad de Magallanes, en conjunto con el Museo del Recuerdo realizado en el marco del Festival de la Ciencia en 2020.

Conocimiento territorial

Sin lugar a dudas, nadie ha habitado estos territorios como ellos lo hicieron, conviviendo durante miles de años armónicamente, adaptándose al cambio climático; derretimiento de los hielos, formación de territorios insulares (Archipiélago Tierra del Fuego), extinción de la megafauna, expansión de los bosques, entre quizás tantas cosas más.

No obstante, en las aulas nos han enseñado históricamente que los pueblos ancestrales eran primitivos, con esa imagen del primitivismo como una involución del Homo Sapiens impuesta por los civilizados colonizadores, que se difamó a través de la literatura de los viajeros. El caso más recordado es el de Charles Darwin, quién con sus lamentables comentarios sobre los Yaganes y de este territorio impactó negativamente en la imagen de los fueguinos.

Cumbre K´TERO “La Lechuza”en Selk’nam (página 141 libro) ©Sergio Baeriswyl Rada
Cumbre K´TERO “La Lechuza”en Selk’nam (página 141 libro) ©Sergio Baeriswyl Rada

Sin embargo, esto no era así. Cada nuevo estudio en torno a estos pueblos nos demuestra de la gran riqueza cultural que construyeron, como era su leguaje oral que exploradores y misioneros reflejaron en algunos diccionarios, como Bridges con el idioma Yagan y Beauvoir en el idioma Selk´nam y Aonikenk, entre otros ejemplos.

Asimismo, estos pueblos ancestrales poseían un gran conocimiento territorial para poder haber habitado por miles de años este territorio tan hostil. Como un ejemplo de esto sólo basta pensar cómo, a través de lo que hoy llamamos “pasos de indios”, los canoeros ahorraban cientos de kilómetros de navegación transportando sus canoas por “picadas” en tierra. De estos pasos hoy se conocen decenas con certeza y se infieren que hay cientos más en la Región de Fuego-Patagonia.

Croquis cumbre K’TERO “El croquis de esta cumbre es imperfecto comparado con la “realidad” de la foto. Pero la imperfección es lo que realmente expresa las emociones de enfrentar en soledad este maravilloso monumento de la naturaleza, intacto, tal como fue creado hace millones de años y sin intervención humana. Esta cumbre se llama la lechuza en Selk’nam K’TERO”. ©Sergio Baeriswyl Rada
Croquis cumbre K’TERO “El croquis de esta cumbre es imperfecto comparado con la “realidad” de la foto. Pero la imperfección es lo que realmente expresa las emociones de enfrentar en soledad este maravilloso monumento de la naturaleza, intacto, tal como fue creado hace millones de años y sin intervención humana. Esta cumbre se llama la lechuza en Selk’nam K’TERO”. ©Sergio Baeriswyl Rada

Además, los mismos Selk´nam dividieron la región en “Haruwens”, territorios que pertenecían a un linaje familiar y que se piensa, eran divididos según los recursos disponibles en él. La superficie de estos seguramente variaba si había acceso a la costa, a vegas, recurso maderero, entre otros, lo que demuestra su gran manejo del territorio.

Del exilio al reencuentro

En el siglo XXI ya no podemos ver a sus descendientes viviendo como lo hacían sus ancestros, sin embargo tenemos la certeza de que están vivos y aunque no tuvieron la oportunidad de traspasar todos sus saberes, formas de habitar y cultura de generación en generación, en la actualidad hay un pueblo vivo, descendientes que están rescatando la esencia de sus saberes, que merece y debe ser reconocido.

TANKA TORR HATENK “El lomo de Tanka torr” asociado a la cordillera Darwin, (página 142 libro) ©Sergio Baeriswyl Rada
TANKA TORR HATENK “El lomo de Tanka torr” asociado a la cordillera Darwin, (página 142 libro) ©Sergio Baeriswyl Rada

Hoy existe una Comunidad, una Corporación y una Fundación conformada por familias Selk´nam que se han ido agrupando y han revitalizado a su pueblo. “Puedo decir con certeza que una de mis ramas familiares fue brutalmente arrancada de Tierra del Fuego, pero logró sobrevivir a una infinidad de situaciones que muchos consideramos inhumanas hoy en día”, nos relata Fernanda Olivares Molina, Presidenta de la Fundación Hach Saye.

A pesar de las negaciones a sentirse Selk´nam y a los continuos obstáculos que han tenido que superar, para ellos, en palabras de Fernanda y seguramente de muchos integrantes de su comunidad “Ser Selk’nam en el siglo XXI es difícil de describir, pero por sobre todo es orgullo”.

Croquis TANKA TORR HATENK “Su nombre hace referencia a una ballena de dimensiones descomunales cuyo lomo sobresale del agua formando una isla errante, donde vive una parcialidad tribal de gigantes llamados Tanka”. ©Sergio Baeriswyl Rada
Croquis TANKA TORR HATENK “Su nombre hace referencia a una ballena de dimensiones descomunales cuyo lomo sobresale del agua formando una isla errante, donde vive una parcialidad tribal de gigantes llamados Tanka”. ©Sergio Baeriswyl Rada

“Paisajes ancestrales del fin del mundo”

Así se llama el libro de Sergio Baeriswyl Rada, Premio Nacional de Arquitectura, quien tras varios viajes por el sur de Tierra del Fuego complementó sus viajes con su afición por el dibujo, “buscando descubrir a través del croquis aquello que se oculta a la fotografía y que solo se revela por la seducción al dibujo” gestó un trabajo que dará mucho de qué hablar.

Sergio tuvo la gran idea de contactar a la Corporación Selk´nam para trabajar en la re-denominación de cierta toponimia fueguina reivindicando de alguna forma a quienes habitaron por miles de años este territorio. Una iniciativa que algunos podrían criticar pero cuyo valor y el aporte que generará en el territorio son indiscutibles. En cierta forma, estos bautismos y re-denominaciones de “Los monumentos naturales retratados en este libro muestran paisajes inéditos, con nombres del pueblo ancestral Selk ́nam, que les devuelven a esta cultura sus lugares, para perpetuarlos y ojalá jamás volver a borrarlos de la memoria por lo menos en estos dibujos”, señala Sergio.

Cerro Covadonga Ona
Cerro Covadonga Ona ©Álvaro Soto Valle

No sólo es esperanzador por la posible perpetuidad de su nueva toponimia, sino por su aporte a la revitalización de este pueblo que a  tantos nos enseñaron en la escuela que estaba extinto, aunque a veces sólo por una confusión de términos. En Tierra del Fuego hubo un genocidio, lo que es un acto perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, asegura el autor.

“A pesar de todo, la transmisión familiar y cultural ha llegado hasta el siglo XXI. Hoy estamos cada vez más conscientes de lo que heredamos y lejos de querer sacar provecho, hemos iniciado un camino largo y con muchos obstáculos. Poner en valor una cultura desde el interior, cuando muchos te niegan el derecho a existir es complejo, tratar de fortalecer los conocimientos heredados de la familia y los adquiridos de la literatura se vuelve un lindo desafío” comenta Fernanda Olivares.

Croquis cumbre Covadonga Ona “Nombre dado en honor a Niña Selk´nam que fue secuestrada y terminó siendo sirvienta de R. Stubenrauch, poderoso empresario de la época. Conocida en Punta Arenas como “Chonga”, donde era popular y querida. Se decía que espiaba y pasaba información a un Cacique Aonikenk, lo que ayudó a prevenir más desgracias hacia los pueblos originarios. Hoy en día la Comunidad Selk´nam lleva su nombre”. ©Sergio Baeriswyl Rada
Croquis cumbre Covadonga Ona “Nombre dado en honor a Niña Selk´nam que fue secuestrada y terminó siendo sirvienta de R. Stubenrauch, poderoso empresario de la época. Conocida en Punta Arenas como “Chonga”, donde era popular y querida. Se decía que espiaba y pasaba información a un Cacique Aonikenk, lo que ayudó a prevenir más desgracias hacia los pueblos originarios. Hoy en día la Comunidad Selk´nam lleva su nombre”. ©Sergio Baeriswyl Rada

En estos tiempos de crisis ambiental y pandemia la forma que tenían estos pueblos semi-nómades de convivir armoniosamente con la naturaleza y ser parte de ella es un gran ejemplo a considerar, y para quienes habitan Fuego-Patagonia seguramente son los mejores ejemplos de convivencia con este “inhóspito” territorio.

Para los expertos, nos hemos acostumbrado a nombrar cumbres, estrechos y lagos con toponimia extranjera, que quizá a muchas le encontramos sentido y nos haría “mucho ruido” el cambiarlas. No cabe duda que estos pequeños cambios que parecen detalles son de alto impacto y ayudan a construir identidades territoriales. Muy importante en estos días de cambio, de descentralización y en la que se está escribiendo una nueva constitución.

Al menos en el Sur de Tierra del Fuego, aunque no terminen siendo oficiales las toponimias propuestas, se pretende construir un territorio más justo, que espera poder escribir su propia historia.

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