Paisaje Cultural e Histórico: Los Canteros de Colina
En el Pueblo de Canteros de Colina, existen artesanos que se dedican exclusivamente a trabajar la piedra. Conoce qué hacen y dónde podemos ver su trabajo, acá.
Hace un tiempo escuché una charla de Rolando Abarca, cantero de Colina, en el marco de un curso sobre Patrimonio Cultural. Rolando es uno de los cerca de 1800 canteros que viven en Pueblo de Canteros de Colina, quienes se dedican a trabajar diariamente la piedra, al igual que sus padres y abuelos. El pueblo esta ubicado en un entorno urbano-rural en la comuna de Colina, a los pies del cerro Pan de Azúcar de donde extraen la piedra. Su pasión e interés por darlo a conocer, me motivaron a escribir este post sobre ellos.
El Pueblo de Canteros de Colina se reconoce como Paisaje Cultural e Histórico de Santiago. Sus habitantes son herederos de un saber que conserva tradiciones y costumbres ancestrales ya que el oficio de cantero es uno más antiguos del mundo. Cuenta Rolando, que hasta el día de hoy los adoquines se construyen al igual como se hacían en Chile hace 400 años, y en Europa hace 2000.
Los primeros canteros llegaron a Chile en 1556 con el objetivo de reforzar el Fuerte Tucapel ubicado en la región del Bío Bío durante el gobierno de García Hurtado de Mendoza, eran 7 canteros y fueron enviados personalmente por el Rey de España. Entre sus primeras obras también se destacan la construcción del Puente Cal y Canto y la Canalización del Río Mapocho en Santiago. También participaron en la construcción de la Catedral Metropolitana de Santiago, el Palacio de la Moneda y varias calles de la capital cubiertas por adoquines. En una primera etapa los canteros se ubicaron en el Cerro Santa Lucia para preparar adoquines de las calles céntricas, como Catedral y Estado, entre otras. Luego se movieron al Cerro San Cristóbal, extraían de ahí piedra para la construcción de los Tajamares del Mapocho, ordenada por Benjamín Vicuña Mackenna. La sobreexplotación del cerro, los obliga a emigrar al sector de los cerros Pan de Azúcar, La Campana y la Pedregosa en Colina, donde se establecen definitivamente en el año 1884. Los adoquines que se encuentran fuera del centro de Santiago, como las calles Pedro de Valdivia, Vivaceta y Avenida Matta, provienen de las Canteras de Colina.
Los Canteros de Colina, descienden, en su gran mayoría, de los primeros siete canteros que llegaron desde Europa antes de la Colonia.
Cuenta Rolando que ser cantero es difícil, exige una destreza y técnica que se aprende con los años por herencia familiar. Antiguamente el Rey de España designaba “Cantero Magíster” a quien cumpliera perfectamente con tres oficios:
–Minero Artesanal: El cantero debe saber como sacar la piedra del cerro, ya que sin conocimientos, puede ser peligroso.
–Herrero de alto nivel: El cantero debe fabricar sus propias herramientas para trabajar la piedra.
–Mampostero: El cantero debe ser experto en mampostería en piedra para trabajarla y darle forma.
El Rey entregaba una “Marca” al “Cantero Magíster” que era utilizada como firma de sus trabajos. Dicha “Marca” duraba tres generaciones en que se le iban agregando partes al dibujo. En los restos del Puente Cal y Canto y en la Iglesia Santo Domingo en el centro de Santiago, podemos apreciar estas “Marcas” talladas en las piedras. De esta manera se entiende como un trabajo de “autor”.
Según cálculos de Rolando, el Cerro Pedregoso en Colina tiene alrededor de 60 millones de toneladas de basalto, piedra con la que se construyen los adoquines. En Colina se fabrican cerca de 9 millones de adoquines al año, sus piedras se reparten por todo el país. El 60% de la piedra extraída se utiliza en adoquines, y el resto para enchapados, soleras y despuntes para venta de chancado, utilizando el total del material extraído.
El Pueblo de Canteros de Colina cumplió 130 años y en el año 2010 fue declarado Zona Típica por el Consejo de Monumentos Nacionales, dicho nombramiento aun no se oficializa por falta del decreto del Ministerio de Educación. (Para leer del conflicto, aquí.). Con este recurso los canteros tienen la esperanza de protegerse frente a las amenazas de inmobiliarias que buscan sacarlos de su lugar.
El legado de los canteros es evidente en la ciudad de Santiago, son los primeros constructores de grandes obras públicas y de envergadura urbana. Son portadores de un oficio ancestral que perdura en el tiempo sin perder vigencia.
Si caminamos por el centro de Santiago, podemos apreciar la gran cantidad de piedra que se necesitó para construir la ciudad, es muy interesante saber de donde viene esa piedra y entender todo el trabajo y conocimiento que implicó su construcción.
Para conocer más de los Canteros de Colina recomiendo visitar el pueblo y leer el libro que el mismo Rolando Abraca escribió. “Canteros de Colina: Historia y Patrimonio Cultural” (Editorial Midia, edición editorial Teresa Vial, fotografías Enrique Cerda.)