Nuestro medio ambiente, nuestro futuro
En un mundo amenazado por el cambio climático, las soluciones basadas en la naturaleza pueden ser una de las respuestas para la adaptación y resiliencia de la sociedad y el planeta. En la actualidad, los ecosistemas marinos y terrestres son fundamentales para la mitigación de los gases de efecto invernadero. Uno de ellos son las turberas, que son verdaderas y eficientes esponjas que almacenan agua y carbono, además de ser escasos a nivel mundial. En el Día Mundial del Medio ambiente, la embajadora británica de la COP26 en la región de América Latina y el Caribe, Fiona Clouder, nos expone algunos de los esfuerzos para mantener vivos estos lugares únicos, que se han realizado de forma bilateral entre Chile y Escocia.
Hoy es el Día Mundial del Medio Ambiente, y el tema de este año es la biodiversidad. En el Reino Unido nos estamos preparando para la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), que realizaremos junto con Italia en noviembre de 2021. La crisis mundial del Covid-19 nos ha hecho más conscientes del equilibrio de nuestro mundo, de la relación entre la humanidad, de la naturaleza y el medio ambiente y del valor de la biodiversidad.
América Latina y el Caribe se enfrentan no solo a los impactos del virus, sino que también a los del calentamiento global. Esta realidad contrasta con la capacidad de la región para contribuir con soluciones a ambos retos gracias a que cuenta con una gran proporción de la biodiversidad del mundo, con ecosistemas que van desde selvas tropicales hasta vastas zonas de nevados.
Es por ello que la región es fundamental para impulsar los temas clave de la COP26. Estos incluyen el avance de la acción climática y una creciente ambición en las estrategias nacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También incluyen promover la adaptación y la resiliencia al cambio climático, fomentar la transición hacia la energía y transporte limpios, posicionándolos a través de las empresas y el sistema financiero, y aprovechar las soluciones basadas en la naturaleza.
Los sistemas naturales nos proporcionan las herramientas para adaptarnos al aumento de la temperatura, y para capturar y almacenar carbono. En la actualidad, la agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra representan más del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que los ecosistemas marinos terrestres y costeros pueden representar hasta un tercio de la mitigación. A través de la cooperación global, aprovechando la ciencia y la innovación, e involucrando a los gobiernos, las empresas y la sociedad, podemos marcar la diferencia. Ese trabajo conjunto ha tenido resultados tangibles en el Reino Unido. Nuestra economía ha crecido en un 75% desde 1990, al tiempo que hemos reducido nuestras emisiones en un 43%.
El Reino Unido y Chile comparten características similares en términos de biodiversidad.
La Patagonia chilena y las tierras altas de Escocia son ricas en turberas, las que a pesar de cubrir solo el 3% de la superficie terrestre, almacenan tanto carbono como toda la vegetación del planeta. Sin embargo, se presenta el desafío de que actualmente las turberas se están degradando y, en lugar de absorber carbono, esta enorme reserva natural se está transformando en una gran fuente de emisiones. Por ello, es fundamental el trabajo colaborativo para su restauración y conservación.
Por esta razón, desde hace más de un año que los gobiernos de Escocia y Chile están realizando diferentes actividades con el objetivo de intercambiar conocimientos, experiencias y estrategias en la conservación y restauración de turberas y humedales. Durante la COP25 en Madrid en diciembre pasado, se realizó un taller internacional conjunto entre ambos países enfocado en esta temática. A principios de 2020, se llevó a cabo una visita de representantes chilenos al Reino Unido para conocer cómo se está implementando una estrategia lanzada por el país en 2018 que busca que dos millones de hectáreas de turberas se encuentren sanas y restauradas para el año 2040.
El compromiso del Reino Unido es seguir colaborando y apoyar a Chile en los compromisos recientemente anunciados en relación a la adaptación y mitigación de las turberas y en el desarrollo de su estrategia de conservación.
Estamos orgullos de nuestro modelo de trabajo conjunto, más aún porque se ha convertido en un referente internacional. Juntos podemos construir una economía mundial más justa, más verde y más resistente. Celebremos la belleza de la biodiversidad; pero también protejámosla, y aprovechémosla al máximo para abordar el cambio climático. No sólo en el Día Mundial del Medio Ambiente, sino que trabajando juntos por la COP26, por nuestro futuro y por un mundo mejor.