Los delfines nariz de botella están entre las especies que más ríen, junto a los primates. Crédito: © Noreen HaCohen
Los delfines nariz de botella están entre las especies que más ríen, junto a los primates. Crédito: © Noreen HaCohen

La risa, ese sentimiento tan universal entre nuestra especie, es más comúnmente asociada a las hienas cuando se piensa en cómo ríen los animales. Pero los estudios sobre este sentimiento tan inherente al humano, es ahora más profundamente estudiado por científicos que intentan descifrar qué significan las vocalizaciones de los animales, qué representan en los distintos contextos en los que las emiten y, también, si estas pueden asociarse a nuestra conceptualización de la risa. Es este el trabajo que recientemente ha arrojado nuevas luces sobre la risa de los animales, cómo se comportan en entornos sociales y cómo varían estas vocalizaciones según las especies y las situaciones en las que recurren a ellas para enviar mensajes o comunicar mensajes.

Un reciente estudio publicado por la revista Bioacoustics, The International Journal of Animal Sound and its Recording y que llevó por título «Reproducción de vocalizaciones y risas humanas: una revisión comparativa» (original en inglés: Play vocalisations and human laughter: a comparative review) por la antropóloga Sasha Winkler, especializada en bioantropología y el estudio del comportamiento social de los primates, el juego, la risa y la flexibilidad conductual; reportó que al menos 65 especies de animales —desde aves, mamíferos: primates, roedores, cetáceos, como delfines—  emiten sonidos y vocalizaciones que encajan dentro de la conceptualización generalizada sobre la risa. El estudio en sí contó además con la autoría de Gregory Bryant, especialista en comunicación y profesor del Departamento de Comportamiento, Evolución y Cultura de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

Para dar con esta conclusión, Winkler revisó y estudió extensa bibliografía sobre vocalizaciones efectuadas por animales durante ratos de juego para intentar catalogarlas y descifrar si estas se correspondían con conductas o comportamientos vinculados a la risa. En consecuencia, se catalogaron también estos ruidos y se les otorgó una categorización que puede ir desde chillidos, pitidos, silbidos, tonos con características similares a jadeos, con respiración fuerte (que pueden ser cortos, rítmicos, de baja frecuencia, o incluso a menudo ruidosos), hasta llamadas tonales agudas, ronroneos o rezongos, quejas y llamadas ultrasónicas, con ondas que están por encima de la capacidad de audición del oído humano.

Distintos tipos de vocalizaciones y su categorización según Winkler y Bryant (2021). Crédito: © Play vocalisations and human laughter: a comparative review.
Distintos tipos de vocalizaciones y su categorización según Winkler y Bryant (2021). Crédito: © Play vocalisations and human laughter: a comparative review.

Dado que algunos tipos de comportamientos durante el juego pueden parecer peleas, los animales pueden vocalizar o «reír» durante el juego para evitar que las interacciones se intensifiquen y se vuelvan agresivas o dañinas, informaron los investigadores en abril a la revista Bioacoustics, que publicó el estudio. A diferencia de las peleas, el juego suele ser repetitivo y ocurre independientemente de otros comportamientos sociales, como el apareamiento o la búsqueda de comida, precisa la autora principal del estudio, Sasha Winkler.

Los animales con frecuencia emplean estas vocalizaciones durante los ratos de distracción o diversión para indicar que no actuarán de manera agresiva durante las peleas de juego u otras interacciones que pudiesen ser interpretadas como bruscas o tomadas como acciones de confrontación, señaló Winkler al medio estadounidense ARS Technica. Estos ruidos o vocalizaciones también actúan para un factor disuasivo, que sirve para desactivar la posibilidad de que otros individuos interpreten las acciones como un ataque y emprendan una escalada. “Algunas de estas acciones podrían interpretarse como agresión. La vocalización ayuda a señalar durante esa interacción que ‘en realidad no voy a morderte el cuello’. Y que por tanto va a ser una mordida simulada”, explicó Winkler. Esto, también contribuye a que la interacción no se convierta en una agresión real.

De 65 especies estudiadas por Winkler y Bryant, al menos 10 tienen distribución en Latinoamérica. En esta lista predominan los primates, pero también hay especies como el delfín nariz de botella. Acá te los presentamos:

1. Delfín nariz de botella (Tursiops truncatus):

Tursiops truncatus. Crédito: © Zschmolka
Tursiops truncatus. Crédito: © Zschmolka

Es el más común en la familia de Delphinidae y se distribuye en todos los océanos. Este animal se caracteriza por su inteligencia y naturaleza sociable.

2. Mono ardilla (Saimiri sciureus)

Saimiri sciureus. Crédito: © Mirian Barragán
Saimiri sciureus. Crédito: © Mirian Barragán

Esta especie posee cola larga, no prensil, con la porción terminal de color negro. Se distribuye en Brasil, Venezuela, Guyana Francesa, Guyana y Surinam.

3. Tamarino labiado (Saguinus labiatus)

Saguinus labiatus. Crédito: © Luiz Fernando Figueiredo
Saguinus labiatus. Crédito: © Luiz Fernando Figueiredo

También llamado mono ardilla común, es endémico de las Américas. Su distribución comprende el este del Perú, el norte de Bolivia y el oeste de Brasil. Se les encuentra en selvas tropicales. Se alimentan de frutas, flores, néctar y de presas pequeñas, como sapos, lagartos e insectos.

4. Degu común (Octodon degus)

Octodon degus. Crédito: © Jacek555
Octodon degus. Crédito: © Jacek555

Este es un roedor endémico de Chile. También es llamado ratón cola de pincel, degú o ratón de las pircas y ardilla chilena.

5. Saraguato de manto o mono aullador dorado (Alouatta palliata)

Allouata palliata. Crédito: © Leonardo C. Fleck
Allouata palliata. Crédito: © Leonardo C. Fleck

Habita en el sur de México, también en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, al norte y occidente de Colombia, en Ecuador y la Región de Tumbes en Perú.

6. Tití común (Callithrix jacchus)

Callithrix jacchus. Crédito: © Guilherme Farah
Callithrix jacchus. Crédito: © Guilherme Farah

Esta especie es endémica de los bosques del oriente de Brasil, especialmente entre el río Paranaíba y el río São Francisco.

7. Uacarí de cabeza negra (Cacajao melanocephalus)

Cacajao melanocephalus. Crédito: © Bruna Bezerra.
Cacajao melanocephalus. Crédito: © Bruna Bezerra.

Habita en la Amazonia, en bosques de galería e inundables en territorio de Colombia, Venezuela y Brasil.

8. Mono araña centroamericano (Ateles geoffroyi)

Ateles geoffroyi. Crédito: © Steven G. Johnson
Ateles geoffroyi. Crédito: © Steven G. Johnson

Es uno de los monos del Nuevo Mundo más grande. El macho mide entre 38 y 50 cm, la hembra entre 34 y 52 cm. Habita en el sur y este de México y en América Central 3​ hasta Panamá, alcanzando probablemente el extremo norte del Pacífico colombiano.

9. Tití lomo (Leontocebus tripartitus)

Leontocebus tripartitus. Crédito: © Golden Mantle Tamarin
Leontocebus tripartitus. Crédito: © Golden Mantle Tamarin

Se distribuye en la alta Amazonía entre el río Curaray y Napo en Perú y en el sur del río Napo en Ecuador. En Ecuador habita en la Amazonía centro, en los bosques húmedos tropicales de tierras bajas.

10. Margay​ (Leopardus wiedii)

Leopardus wiedii. Crédito: © Malene Thyssen
Leopardus wiedii. Crédito: © Malene Thyssen

Este felino es también conocido como maracayá, yaguatirica, caucel o gato tigre. Se distribuye ampliamente por todo el continente, desde México hasta el sur de Sudamérica con poblaciones en Uruguay, Argentina y Brasil.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...