La vida rápida y globalizada como la conocemos hoy en día, requiere de una instantaneidad que muchas veces está enfocada en el objetivo final y no en todo el proceso, olvidándose muchas veces de lo que ocurre en el trayecto. 

Esto es lo que está sucediendo actualmente con los tiburones ballenas (Rhincodon typus), quienes se están viendo amenazados por los grandes barcos que cruzan las aguas donde ellos habitan, tal como lo expone una reciente investigación encabezada por más de 50 científicos.

Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello
Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello

Amenaza latente

El tiburón ballena se caracteriza por ser el pez más grande del mundo, llegando a medir más de diez metros de largo con un peso de casi 20 mil kilogramos. En palabras de Maximiliano Bello, asesor de políticas públicas de Mission Blue, organización dirigida por la destacada oceanógrafa Dra. Sylvia Earle y dedicada a proteger el océano; este animal marino es “como un bus de grande, son impresionantes y bellísimos”.

Una de las principales preocupaciones es que en los últimos años se ha registrado una disminución masiva en su número, razón por la cual es actualmente una especie catalogada en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Tras dicha latente amenaza, la investigación académica publicada por la revista científica estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), explicaba que aunque el comercio internacional de carne, aletas y otros productos de tiburón ballena ha sido regulado, la especie continuaba disminuyendo su población.

Sin embargo, gracias a estimaciones globales realizadas por los científicos de la investigación, donde midieron el riesgo potencial de posibles colisiones fatales de esta especie con el tráfico marítimo, recopiladas de manera satelital a través del Proyecto Global Shark Movement (GSMP), es que lograron sacar conclusiones al respecto.

Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello
Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello

Las rutas coincidentes

Según datos de la Organización Mundial del Comercio, el transporte marítimo internacional, representa alrededor del 80% del comercio mundial de mercancías, lo que enciende las alarmas respecto a los hallazgos descritos anteriormente.

“Hay un evidente aumento del traslado de bienes y servicios a través del mar, lo cual incrementa exponencialmente los efectos que producen las grandes embarcaciones, las cuales son cada vez más tecnologizadas, lo que quiere decir que muchas de ellas son manejadas por computador, donde le introducen el puerto de salida y el puerto de llegada y buscan la ruta”, expresa el asesor de políticas públicas de Mission Blue, agregando que eso provoca que estas embarcaciones no tengan conciencia de los animales marinos.

Uno de los hallazgos más importantes realizados tras el seguimiento, fue que de los casi 350 ejemplares rastreados, la mayoría pasaba la mitad de su tiempo en aguas superficiales, las cuales coincidían verticalmente con las profundidades de calado de grandes barcos en movimiento.

Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello
Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello

“Hay que entender mejor los patrones de agregación de la especie. Los tiburones ballenas tienden a agregarse en zonas dependiendo, en muchos casos, de su estadío de edad, entonces es fundamental comprender dónde están esas zonas para poder eliminar los potenciales pasos de embarcaciones, generando áreas sensibles o protegidas para que no colisionen con ellas. Hoy en día, la gran amenaza de los cetáceos son los choques con las embarcaciones, ya que no alcanzan a moverse lo suficientemente rápido”, comenta Bello.

Y, es que la investigación realizada a través de los seguimientos satelitales, confirmó la exposición potencial en un 90% de los tiburones ballena ante grandes embarcaciones en denominados “puntos críticos”, localizados tanto en áreas costeras como oceánicas, incluyendo importantes áreas de agregación de la especie.

«Sugerimos que el riesgo que corren los tiburones ballena es probablemente mayor de lo que se cree actualmente y puede representar una fuente sustancial de mortalidad críptica que permanece sin cuantificar para esta especie en peligro de extinción y que, sin mitigación, puede conducir a una mayor disminución de la población», se lee en la investigación.

Además, los científicos advirtieron que la actividad de las embarcaciones de carga en las áreas utilizadas por los tiburones ballena, puede tener impactos complejos en aspectos esenciales del comportamiento y la fisiología de la especie.

Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello
Tiburón ballena (Rhincodon typus) ©Max Bello

El punto de partida para la protección del tiburón ballena y otras especies

Dado a que, la investigación arrojó una extensa ruta por la cual se movilizan los tiburones ballenas, es que Bello agrega que es necesario seguir invirtiendo en investigaciones científicas para que nos permitan conocer el comportamiento de este tipo de especies, que aún son un misterio para nosotros.

A su vez, el estudio académico concluyó con la recomendación de dos medidas que podrían implementarse para la protección de la especie en las áreas de alto riesgo identificadas por los científicos: una de ellas relacionada a la necesidad de un esquema de notificación internacional, que apunte a consolidar los registros de colisiones para garantizar la visibilidad y apoyar la implementación regional de medidas de gestión; y otra, relacionada con medidas de mitigación, donde sugieren separar las embarcaciones de las personas y reducir la velocidad de las mismas.

La mortalidad oculta sustancial de los tiburones ballena que propone el estudio, sugiere que también podría estar ocurriendo con otras especies marinas, sobre todo de grandes proporciones, por lo cual la nombrada investigación podría ser un punto de partida para futuras creaciones de políticas públicas.

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