Reutilización de redes de pesca, rescate de troncos desde el fondo de los lagos del sur, buscar alternativas para eliminar el plástico de las cocinas, separación de residuos para eventos masivos y pintura hecha a partir de plumavit. Todas son iniciativas que tienen algo en común: se desarrollaron en Chile y buscan aportar como buenas prácticas para el medio ambiente.

Junto a Épica, un vino producido con energías renovables, queremos invitarte a conocer estos emprendimientos sustentables y que te inspires con sus historias.

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Cada uno de ellos fue seleccionado por su visión, que tal como lo hace Épica, busca utilizar los recursos de manera responsable con el medio ambiente ya que tal como dicen en la marca: “ayudar al medio ambiente es clásico, pero hacerse cargo es épico”.

Bureo: skates desde redes de pesca

©Bureo
©Bureo

Los estadounidenses Ben Kneppers, David Stover y Kevin Ahearn son tres amigos estadounidenses que se conocieron en Australia y son amantes del mar. “Decidimos combinar nuestras habilidades en sostenibilidad, finanzas e ingeniería con nuestra pasión por el océano para crear una solución positiva al creciente problema del océano: la contaminación plástica”, dice Kneppers. Fue así como dieron con su actual emprendimiento, Bureo, en el que se dedican a recoger las redes de pesca en el océano para transformarlas en pellets que luego serán reutilizados para hacer skates, lentes de sol y sillas, entre otras cosas.

Actualmente las redes de pesca ya representan el 10% del total de los residuos plásticos que terminan en el mar y se han convertido en una verdadera amenaza para la fauna marina, como las tortugas, que quedan enredadas en ellas y terminan ahogándose. Desde que comenzaron en 2013, en Bureo ya han recolectado en las costas chilenas más de 200 mil kilos de redes de pesca para reciclar, según sus estimaciones. Además, están asociados a Sonapesca, lo que les ha permitido ayudar, a través de sus ganancias, a proyectos medioambientales locales para comunidades pesqueras. Ya han financiado 10 de estos proyectos.

Bosque Hundido: mueblería sustentable

©Bosque Hundido
©Bosque Hundido

Los grandes troncos de mañíos, coihues, lingues o raulíes que adornan los fondos de lagos al sur de Chile fueron la gran inspiración de los hermanos Felipe y Rodrigo Martino, junto a su amigo Pedro Vial: ahora crean muebles a raíz de los árboles que por alguna razón cayeron a los lagos.

Todo partió hace cuatro años cuando Pedro, quien vacacionaba en un lago del sur, tuvo un inconveniente con un tronco que estaba en la entrada del lago. Llamó a su amigo Felipe, quien fue junto a su hermano a ayudarlo a sacar el tronco. Pedro trabajaba con maderas y se dio cuenta de que ese pedazo de árbol cortado tenía su madera en perfectas condiciones. Desde entonces, estos amantes del buceo y la naturaleza empezaron a sacar troncos del fondo de los lagos para darles una segunda vida y hacer muebles con ellos. Investigaron y, dos años después, empezaron a funcionar oficialmente dando vida a su emprendimiento Bosque Hundido.

Ellos estiman que al año retiran cerca de 50 troncos de árboles nativos de los lagos de la Región de Los Ríos y la de Los Lagos. Además, el proceso de secado de la madera y hacer un mueble puede durar desde un año y medio a tres años. “Nosotros, a través de nuestros muebles de madera recuperada, buscamos dar un mensaje y un pequeño grano de arena a buscar mejores prácticas al medio ambiente”, dice Felipe.

EnvuelBee: por una cocina sin plástico

©Envuelbee
©Envuelbee

Una escena cotidiana: almuerzo familiar, en el que sobra alimento y, para guardarlo y que se mantenga en buen estado se tapa con un rollo de plástico. ¿El problema? Una vez que se termina de usar, el plástico se bota a la basura y no se recicla. Así es como se desechan toneladas de plástico al año desde las casas. Frente a esto, dos chilenas buscaron una solución: cubiertas de alimentos hechas a partir de cera de abeja.

Magdalena Echeverría y Trinidad Lira empezaron su negocio en 2017. Magdalena cuenta que se enteró que hacían estos productos en el extranjero e intentó comprarlos, pero no había disponibles en ningún lado. Por eso se dio cuenta de que era un buen negocio y lo intentó imitar. Cuando lo estaba logrando, se enteró de que alguien más estaba haciendo lo mismo. Se contactaron y decidieron seguir el negocio juntas. Hoy son Envuelbee. “Lo más divertido es que estábamos las dos tratando de hacer lo mismo, al mismo tiempo, y a menos de un kilómetro de distancia en Puerto Varas”, dice riéndose.

Los productos de Envuelbee son telas que se elaboran con cera de abeja, resina de Pino y aceite de coco. Estos ingredientes tienen propiedades antimicóticas -evita que salgan hongos- y antibacterianas, además de ser 100% reutilizables. Magdalena estima que, en el año que tienen de funcionamiento, han eliminado más de 5 mil unidades de rollos de rollo de plástico. Y van por más. “Queremos que sea de consumo masivo porque es la forma de que efectivamente se elimine el plástico a nivel masivo. Queremos que sea un ítem de la lista del supermercado que esté a la altura del alusa plast”, enfatiza.

EcoEngranaje: reciclaje en eventos masivos

©Ecoengranaje
©Ecoengranaje

Para hacerse una idea, en un evento en el que asisten 250 mil personas, se pueden reciclar cerca de 17 toneladas de residuos. Parece una tarea importante para el medio ambiente, pero antes de junio de 2017 no había nadie que se dedicara a implementar los mecanismos para recoger y reciclar la basura que se produce en un evento masivo. Los pioneros fueron Samuel De Vicente y Sebastián Salazar: los creadores de EcoEngranaje.

La idea surgió a raíz de un viaje a Europa de Samuel, en el que se dio cuenta que allá estaban muy avanzados en la cultura del reciclaje y que casi no había basura en las calles. Empezaron de a poco con un centro de acopio en la casona de la Universidad Andrés Bello y ahora prestan asesorías, servicios de separación y retiro de material orgánico, enfocándose en vidrio, plástico, papel aluminio, madera y plumavit. El resultado: desde que empezaron han reciclado 100 toneladas de estos materiales, según sus propias estimaciones.

“Hacemos todo lo posible por tratar de no sacar recursos al medio ambiente y dejar en claro por qué se recicla y por qué es algo positivo para la comunidad, para el mundo entero”, dice Salazar.

Idea-tec: pintura desde plumavit reciclado

©Idea Tec
©Idea Tec

El plumavit es un material que si no se recicla puede demorarse mil años en degradarse. Y, según un levantamiento de información realizado por Cristina Acuña y Constanza Cifuentes, Químicas de la Universidad de Chile, en nuestro país y el extranjero este material prácticamente no es tratado. Fue así como, a través de la reutilización de plumavit, crearon pintura de demarcación vial y decorativa de fachada.

La empresa Idea-tec la formaron en 2014 y nació desde la idea de querer resolver problemáticas ambientales a través de la Química, bajo la tarea de enfocarse en materiales que por algún motivo no son tratados. Así fue como llegaron al plumavit. Fue así como después de varios intentos llegaron a su producto actual. Y los resultados son positivos. “Por cada tineta de pintura reciclamos entre 3,3 a 4,4 kg de plumavit y evitamos la emisión de CO2 al ambiente, equivalente al consumo energético de una casa promedio por 8 días”, explica Constanza.

©Idea-tec
©Idea-tec

Los productos se elaboran a través de un proceso en que los residuos de plumavit se mezclan con aditivos en una máquina especialmente diseñada para eso. A partir de ese material se crea un concentrado que luego va al proceso habitual de fabricación de pinturas. Así generan pintura vial que se ensucia menos y limpia más fácil que las acrílicas; y una pintura de fachada que es impermeable. “Nos gusta generar tecnología chilena y realizar un tratamiento local de los residuos, sin depender del mercado de residuos internacional”, dice Constanza.

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