El 30 de abril de 2020, durante una inspección matutina en el centro de cultivo Matilde 3, en la Isla Matilde, en la Región de Aysén, personal de la empresa salmonera Australis Mar S. A, encontró una ballena enmallada y muerta en una de las balsas de jaula ubicada en aguas de la Reserva Nacional Las Guaitecas, que forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNASPE) de Chile.  

El cetáceo de 15 metros se encontraba amarrado en cuerdas y cadenas de metal correspondientes a los fondeos y amarres de las loberas, infraestructura diseñada para evitar ataques de lobos marinos. Esto se puede ver en el video solicitado ante Sernapesca por Alex Muñoz, director para América Latina del programa Pristine Seas de National Geographic, mediante una solicitud de transparencia.  

Ballena muere en salmonera de Australis Mar, video de Sernapesca (2020), obtenido y editado por Alex Muñoz

Como parte del entonces denominado “Plan de Enmalle de Mamíferos”, protocolo obligatorio según el Reglamento Ambiental de Acuicultura, la empresa informó al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), que ordenó llevar los restos de la ballena a un lugar costero protegido para realizar las diligencias.  

El ejemplar en cuestión fue identificado por fiscalizadores de Sernapesca como una ballena sei (Balaenoptera borealis), especie de cetáceo misticeto de la familia Balaenopteridae. Esta especie fue declarada en peligro de extinción en 2002 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y en Chile fue clasificada como “En peligro crítico» en 2011.  

Alex Muñoz, abogado que ha dedicado su carrera a la protección de los océanos, explica que “la ballena es una especie protegida en Chile, que es un país que se declaró hace algunos años como santuario de ballenas, donde además su caza está prohibida absolutamente. Sin embargo, existen todavía amenazas sobre las ballenas, como las salmoneras, que hemos visto que se han transformado en una trampa mortal para estos animales”.  

Recogidos todos los antecedentes del caso, el 5 de mayo de ese año, Sernapesca interpuso una denuncia ante la Fiscalía Local de Puerto Aysén para esclarecer las causas del varamiento y establecer eventuales responsabilidades.  

La necropsia de la ballena fue llevada a cabo por la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medioambiente y Patrimonio Cultural (Bidema), de la Policía de Investigaciones. “Australis, además, con el fin de poder prestar toda la disposición para esclarecer las causas de esta situación, dispuso de los servicios de investigadores expertos en cetáceos, para la ejecución de la necropsia de la especie, teniendo como entidad patrocinante al Centro de Investigación para la Sustentablidad (CIS) de la Universidad Andrés Bello”, señala la empresa en su Reporte de Sostenibilidad (2020).  

Al respecto, Alex Muñoz comenta que “uno esperaría que el peritaje fuera independiente. Si es que un informe como esta necropsia es contratado por la empresa, carece de la objetividad necesaria para poder ser la única prueba que es considerada por un tribunal”.  

En la necropsia se abrieron cuatro ventanas de inspección de tejidos, los que luego fueron analizados en un laboratorio. Según informó la empresa en el mismo reporte, los resultados “sustentan como principal causa de muerte, un mecanismo de defensa y/o huida frente a la persecución por depredadores como orcas (Orcinus orca)”. El reporte señala que la ballenaal ser perseguida por las orcas, se habría precipitado hacia el módulo de cultivo buscando protección, quedando enmallada y sufriendo el posible ataque de sus depredadoras, ocasionándole la muerte”. 

Determinadas las causas de muerte, el 06 de mayo de 2021, en el Juzgado de Letras y Garantía de Puerto Aysén, se realizó la audiencia de sobreseimiento definitivo de la causa, al determinar que los hechos denunciados no eran constitutivos de delito, respaldando así la hipótesis de la muerte por ataque de orcas, y descartando la intencionalidad o negligencia de Australis Mar.  

“El informe dice que las ballenas sei tienen una conducta de vararse naturalmente. Lo que se desprende del video es que este no fue un varamiento natural, sino que es una ballena que se enredó en estructuras industriales de una salmonera, que trató de liberarse durante mucho rato y que agonizó hasta morir producto de estas heridas. Por lo tanto, me parece que el Tribunal no indagó lo suficiente como para determinar la responsabilidad de la empresa”, dice Alex Muñoz.  

Ballena sei muerta en centro de cultivo Matilde 3, video de monitoreo Sernapesca (2020)
Ballena sei muerta en centro de cultivo Matilde 3, video de monitoreo Sernapesca (2020)

¿Qué hacer en caso de enmalle de mamíferos marinos? 

En el reporte de la empresa Australis Mar, Paola Marquardt, encargada de Asuntos Regulatorios, comenta que “en general, se cuenta con poca información respecto las medidas que se deben tomar en caso de interacción con la fauna. Los mamíferos marinos, como las ballenas, son especies de gran tamaño por lo que su desenmalle puede implicar riesgos para el personal de los centros y se debe contar con la asesoría de especialistas para seguir las directrices recomendadas”. 

En Reglamento Ambiental para la Acuicultura (Decreto 320 de 2001) se especifica que “todo centro de cultivo de salmónidos ubicado en río, estuario o mar deberá instalar alrededor de las redes peceras y en todo su perímetro, una red que deberá estar elaborada de un material y resistencia tal que permita evitar o minimizar los enmalles de mamíferos marinos en las redes peceras”.  

Para Alex Muñoz, “las jaulas de salmón revisten un peligro intrínseco para las ballenas, delfines y lobos marinos. Las redes que se ponen para evitar interacciones con las salmoneras son simplemente para evitar que se escapen los peces y no para resguardar la integridad o la salud de los mamíferos marinos”, explica.  

Ballena sei muerta en centro de cultivo Matilde 3, Javier Verdejo en Twitter (@javierverdejop), 2020
Ballena sei muerta en centro de cultivo Matilde 3, Javier Verdejo en Twitter (@javierverdejop), 2020

También se solicita a los centros tener un plan ante contingencias, que incluye el enmalle de mamíferos marinos. En 2021, mediante una resolución exenta, se estableció el tipo y alcance de las interacciones con mamíferos marinos respecto a las cuales deberán aplicarse estos planes. Es decir, se determinó las especies de mamíferos marinos respecto a las cuales deberán aplicarse estos protocolos y de qué forma.  

Posteriormente, en 2022, se establecieron los contenidos mínimos que deberán contener los “Planes de acción para enfrentar la interacción de mamíferos marinos con infraestructura del centro de cultivo”. A contar del 30 de marzo de 2022, todo centro de cultivo deberá contar obligatoriamente con este plan, el cual debe ser evaluado y aprobado por el Sernapesca.  

Concesiones en áreas protegidas: La deuda de la Ley para la Naturaleza  

El centro de cultivo Matilde 3, donde ocurrió el enmalle de la ballena sei, está ubicado en la Isla Matilde, una de las islas que componen la Reserva Nacional Las Guaitecas. Esta es un área protegida del Estado destinada a la conservación de los ecosistemas naturales y forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNASPE). La reserva no protege solo las islas de este archipiélago, sino que también los fiordos y canales que las rodean.  

Estas son áreas de gran diversidad marina debido a la abundante productividad biológica y diversidad de hábitats del sector, lo que lo convierte en una de las zonas de crianza y alimentación más importantes de las ballenas azules en el hemisferio sur. De hecho, solo dos semanas luego del enmalle de la ballena sei, Australis Mar reportó el avistamiento de otros cuatro ejemplares de la misma especie cerca de las balsas.  

Lamentablemente, esta reserva ha sido ocupada por la actividad acuícola. Así, constituye una de las 402 concesiones de acuicultura que se ubican en áreas protegidas, lo que representa un 30% del total de las concesiones entregadas, según un estudio de la fundación Terram en 2022.

Según información de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), en la Reserva Nacional Las Guaitecas se ubican 312 concesiones de acuicultura.

Salmoneras en Reserva Nacional Las Guaitecas, Aquiaysén
Salmoneras en Reserva Nacional Las Guaitecas, Aquiaysén

“Esto ha pasado muchas veces, y va a seguir pasando mientras existan salmoneras en estos hábitats naturales de la ballena. Lo más grave aún es que esto ocurra dentro de un área protegida donde el objetivo principal es la conservación de la biodiversidad”, asegura Alex Muñoz.  

El 14 de junio fue aprobada la Ley para la Naturaleza, que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.  Uno de los artículos más controversiales de esta ley buscaba impedir la renovación y otorgamiento de nuevas concesiones en reservas naturales, pero fue rechazado por el Congreso.  

Así, queda vigente lo dispuesto por la Ley General de Pesca y Acuicultura, que prohíbe el otorgamiento de concesiones solo en las tres categorías más estrictas de protección: parques nacionales, monumentos naturales y reserva región virgen.  

En definitiva, para Muñoz, “en la ley del SBAP no se puso ninguna cortapisa efectiva a la entrega de salmoneras en áreas tan relevantes como reservas nacionales o reservas marinas”. Para él, esto es algo que se debe enmendar y comenta que además “deberíamos transparentar toda la información sobre impactos de estas salmoneras en ballenas, delfines y otros mamíferos marinos que sabemos que están muriendo dentro de las salmoneras, pero que se ha mantenido oculto por estas empresas durante tantos años”.  

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